Enterrar a una v¨ªctima de la dana: ¡°La ¨²nica opci¨®n era incinerarla, o llevarla a otro pueblo, y me negu¨¦¡±
Algunos cementerios afectados en la zona cero de las riadas reabren a marchas forzadas para dar una sepultura digna a los fallecidos
Con la manguera en la mano, la ropa manchada de barro, y un lazo negro, Juan Jos¨¦ Monrabal trabaja incansable, cada d¨ªa, en el cementerio de Catarroja. Se le puede ver al final, a la izquierda, donde est¨¢ enterrado su padre y donde espera, si nada se tuerce, que descanse tambi¨¦n su madre, Isabel Ib¨¢?ez, de 84 a?os. El martes el agua entr¨® por su casa, y falleci¨® ahogada en su habitaci¨®n. ¡°La semana que viene espero poder darle sepultura¡±, desea este hombre, de 54 a?os, que por un momento temi¨® no lograrlo. ¡°La ¨²nica opci¨®n qu...
Con la manguera en la mano, la ropa manchada de barro, y un lazo negro, Juan Jos¨¦ Monrabal trabaja incansable, cada d¨ªa, en el cementerio de Catarroja. Se le puede ver al final, a la izquierda, donde est¨¢ enterrado su padre y donde espera, si nada se tuerce, que descanse tambi¨¦n su madre, Isabel Ib¨¢?ez, de 84 a?os. El martes el agua entr¨® por su casa, y falleci¨® ahogada en su habitaci¨®n. ¡°La semana que viene espero poder darle sepultura¡±, desea este hombre, de 54 a?os, que por un momento temi¨® no lograrlo. ¡°La ¨²nica opci¨®n que me daban era incinerarla o enterrarla en otro pueblo, y me negu¨¦¡±, cuenta. Desde entonces, batalla para que Isabel descanse donde quer¨ªa, junto a su marido, lo antes posible.
De las 211 v¨ªctimas en Valencia, el jueves ya hab¨ªan sido autorizadas para la entrega a sus familias 105, seg¨²n datos del Tribunal Superior de Justicia de la comunidad. La mayor¨ªa de ellas est¨¢n optando por la incineraci¨®n, seg¨²n explica la Asociaci¨®n Nacional de Servicios Funerarios (Panasef), sobre todo, a causa de las dificultades de todo tipo en la que se encuentran los municipios afectados. Desde cementerios destrozados, hasta calles en muchos casos todav¨ªa impracticables que dificultan tambi¨¦n el traslado de los veh¨ªculos. Municipios como Alfafar, Massanassa o Sedav¨ª tienen sus camposantos todav¨ªa cerrados. Aldaia, Torrent o Cheste est¨¢n enterrando a personas. Paiporta empez¨® a dar alguna sepultura el jueves en una de sus dos infraestructuras.
La puesta en marcha se est¨¢ logrando a fuerza de voluntad y trabajo, aunque sea a medio gas, para ofrecer un poco de paz a los familiares de los fallecidos. ¡°Esto tardar¨¢ un mes en estar en condiciones ¨®ptimas, pero ma?ana vamos a enterrar s¨ª o s¨ª¡±, defiende Toni Soriano, el gerente del cementerio de Catarroja que est¨¢ arrimando el hombro, como todos, para reabrirlo. La mayor parte del cementerio est¨¢ enfangando, muchos nichos han sido reventados por el agua, e intentar adentrarse por algunas calles es como caminar por una pista de patinaje de barro. ¡°Nosotros haremos todo lo que est¨¦ en nuestras manos para que se hagan entierros dignos y en condiciones. Esto es un mal trago de los m¨¢s gordos¡±, insiste este hombre, que ha llegado desde Aldaia, donde vive, gracias a voluntarios que le han llevado.
El proceso habitual para enterrar a una persona fallecida por causas naturales no suele alargarse m¨¢s de un d¨ªa, dos a lo sumo. Las v¨ªctimas de las riadas son muertes violentas, lo que obliga a abrir una causa judicial, y llevar a cabo autopsias. Y encima, con un n¨²mero de v¨ªctimas muy elevado (200 autopsias hasta el jueves), muchas de ellas sin identificar (54). Luis Francisco de Pedro, el due?o de la funeraria San Vicente M¨¢rtir, de Catarroja, inciner¨® el lunes a tres v¨ªctimas de Paiporta, lo que supone seis d¨ªas desde que murieron. ¡°Y eran casos normales, identificados con facilidad¡±, explica. Cuando se trata de personas de las que se necesita ADN para reconocerlas, el proceso es a¨²n m¨¢s complejo, y puede alargarse algunos d¨ªas m¨¢s, a?aden fuentes conocedoras del proceso.
La madre de Juan Jos¨¦, Isabel, permaneci¨® 42 horas en la casa de un vecino hasta que se la llevaron para hacerle la autopsia en la ciudad de la justicia. ¡°Le estar¨¦ agradecido toda la vida¡±, dice, emocionado, sobre el hecho de que le guardase el cuerpo, ante una falsa alarma de que el barranco se desbordaba de nuevo. ¡°Me volv¨ªa loco solo de pensar que se la pod¨ªa llevar el agua si la dej¨¢bamos en su casa¡±, recuerda. Ahora ya est¨¢ todo listo, asegura, pero a¨²n no han ido al juzgado a recoger la licencia de entierro. ¡°Hemos hablado para aguantarla un poco all¨ª. Le pido a la funeraria que se espere para poder limpiar todo esto, que ya no nos queda tanto. Para que los familiares cuando entren no vean tampoco los destrozos¡±, detalla.
El proceso de levantamiento de un cad¨¢ver es laborioso, intervienen un forense, el juzgado, y la funeraria que traslada los cuerpos hasta la ciudad de la justicia. Una vez realizada la autopsia, y con la licencia de entierro del juzgado, es la funeraria quien se hace cargo. Fuentes conocedoras del funcionamiento estos d¨ªas en Valencia admiten que puede haber alg¨²n caso de retraso en la entrega, ajeno al proceso judicial, a la espera de que los cementerios est¨¢n aptos, pero aseguran que no es la t¨®nica general. Oficialmente, no existen cifras de cuerpos pendientes de sepultura. De Pedro, due?o de la funeraria de Catarroja, insiste en que ellos no acostumbran a llevarse un cad¨¢ver de la ciudad de justicia (en este caso de la morgue de Feria Valencia) si no es para enterrarlo. Mantenerlos en sus c¨¢maras frigor¨ªficas cuesta 125 euros cada d¨ªa.
Claudia, Marcos y Mar¨ªa Jos¨¦ est¨¢n rastrillo en mano en el cementerio de Catarroja. Son tres voluntarios veintea?eros que se conocieron en Sevilla, llenando un cami¨®n con ayuda para Valencia, y que decidieron pasar a la acci¨®n. Se subieron a un coche juntos, hasta llegar a la zona de las riadas, y desde entonces no se han separado. ¡°Es lo menos que podemos hacer¡±, repiten. Juan Jos¨¦ y Toni solo tienen palabras de agradecimiento. ¡°Necesitamos que la gente se vuelque. Y tambi¨¦n en los colegios, que los ni?os puedan distraerse y no les quede un trauma¡±, insiste Juan Jos¨¦, que ha abanderado la batalla de reparar los cementerios. ¡°Le vamos a hacer un muy buen entierro a Isabel¡±, insiste Toni Soriano, el gerente del camposanto. Juan Jos¨¦ es la viva imagen de la tenacidad: ¡°Mis padres permanecieron juntos en vida, 64 a?os. Ahora muertos, nadie, menos un pol¨ªtico, los va a separar¡±.