Soria lidera el gasto para el Gordo: ¡°Somos peque?os y nos conocemos todos¡±
En la provincia soriana se gasta hasta los 285,04 euros por persona, de media, por lo que se ha convertido en la que m¨¢s invierte en Loter¨ªa de Navidad
La constante peregrinaci¨®n hacia las administraciones de Loter¨ªa de Soria supone colas delante del mostrador y, con ellas, extractos de conversaciones deliciosas para los cotillas navide?os. ¡°?He tenido un p¨¢lpito!¡±, exclama uno. ¡°?De aqu¨ª es t¨ªpica la morcilla dulce!¡±, comenta otra, m¨¢s pendiente de las cosas del comer que de las cosas del so?ar. La fila avanza y los loteros despachan terminaciones, n¨²meros feos y guapos, el boleto del bar o de la empresa, el aniversario de no s¨¦ qui¨¦n, la cifra de no s¨¦ cu¨¢ntos¡ As¨ª hasta los 285,04 euros que se gastan por persona, de media, en la provincia de Soria, abrumadora l¨ªder espa?ola en inversi¨®n en Loter¨ªa de Navidad. Castilla y Le¨®n, alimentada por ese empuj¨®n, comanda el balance auton¨®mico, con 117,76 euros por barba, seg¨²n Loter¨ªas y Apuestas del Estado. La media nacional, 75,84 euros, es casi cuatro veces menor que en Soria. El porqu¨¦, seg¨²n los sorianos, porque ¨²ltimamente han ca¨ªdo varios premios ¨Dquiz¨¢ por tanto desembolso¨D y por el viejo ¡°Nos conocemos todos¡±. O sea, nadie va a permitir que el vecino, o compa?ero de curro, o parroquiano del bar, o colega del equipo de f¨²tbol, se haga rico y ¨¦l no.
Cada puesto de venta trata de seducir al pr¨®jimo necesitado de tapar grietas cacareando con carteles los premios vendidos en ediciones anteriores. Un Gordo por aqu¨ª hace unos a?os, varios segundos o terceros, n¨²meros donde solo bail¨® un d¨ªgito. Cada quien se las apa?a para hacerse querer mientras la clientela busca cualquier excusa para tratar de garantizar que la papeleta comprada resultar¨¢ agraciada el 22 de diciembre. Pilar y Rosa se afanan en la Administraci¨®n 6 de Soria, donde el tel¨¦fono suena constantemente y en la ventanilla desfilan almas con ganas de tentar al azar. Un sinf¨ªn de d¨¦cimos cuelga a la vista del p¨²blico mientras dentro, en cajones de aluminio, se encuentran las incontables posibilidades correspondientes a toda clase de entidades. All¨¢ van algunas: la delegaci¨®n del Gobierno en Soria, Correos, Cadena SER, Aguas de Soria, Soria Natural, o los elegidos por algunos pueblos, como Pobar u Hontalbilla de Valcorba. Los indecisos, celebra la caja registradora, a veces acuden con una idea, pero, como m¨¢s o menos conocen a familiares o amigos en cualquiera de las empresas o grupos con n¨²mero propio, acaban llev¨¢ndoselo por si las moscas. ¡°Soria es peque?o, la gente se pica y nos conocemos todos, la gente tiene predilecci¨®n y un sinf¨ªn de n¨²meros t¨ªpicos, siempre vuelan los que acaban en 13 o 15¡å, comentan las trabajadoras, con una m¨¢xima: ¡°Ventajas de ser peque?os¡±.
Eso s¨ª, hay truco. Quiz¨¢ el efecto contagio de ese gasto o el sentirse atra¨ªdo por los premios de ediciones anteriores fomentan que muchos turistas, o viajeros espec¨ªficos, acudan a la provincia y arramplen con los d¨¦cimos sorianos. Este argumento lo recuerdan tanto los empleados de las administraciones como alg¨²n lugare?o ligeramente ofendido por esa acusaci¨®n de dejarse tantos cuartos en la Loter¨ªa. ¡°?Una cosa es lo que se vende y otra cosa es lo que se gastan los sorianos!¡±, alega un se?or que espera turno mientras discute con un amigo sobre cu¨¢l elegir. A continuaci¨®n, un tajante ¡°en Soria tenemos pocos temas de conversaci¨®n y se habla de esto desde agosto¡±, frase que divide las opiniones alrededor.
El delegado comercial de Loter¨ªas de Soria, Miguel ?ngel Madruga, explica las claves de ese dineral destinado al azar. Primero, una racha triunfal en 2006, cuando Almaz¨¢n se ba?¨® en 375 millones de euros y por el territorio cayeron otros 100,5 kilos. En 2012, m¨¢s fortuna y 379 millones de El Ni?o. ¡°Que haya tocado tanto en una provincia peque?a hace que la sensaci¨®n de que toca sea m¨¢s cercana y que todos tenemos conocidos que tuvieron algo, no como en Madrid o Barcelona que no lo percibes¡±, describe Madruga, y en cuanto a lo demogr¨¢fico recuerda que Soria (90.000 habitantes) es una de esas provincias con m¨¢s personas nacidas all¨ª que viven fuera y que cuando vuelven al pueblo en verano hacen acopio. El historial favorable ayuda a que los turistas piensen que ¡°en Soria toca¡± y jueguen su dinero. ¡°Algunos gestores de puntos de venta dicen que si hay buena temporada micol¨®gica se vende m¨¢s¡±, a?ade, pues las setas dejan buen pellizco en las huchas locales. ¡°En toda Espa?a ocurre que no le toque al de al lado y a m¨ª no, somos as¨ª¡±, cree Madruga sobre el argumento de que al conocerse todos, nadie quiere quedar aislado si llega el premio.
La actitud resulta similar en lo urbano y en lo rural. Tres amigos catan un clarete en un bar de San Esteban de Gormaz (3.000 habitantes) y recitan un abanico de colegas que resultaron agraciados, como Pedro ¡®El Chato¡¯. Fernando Ben¨ªtez, de 61 a?os, admite poseer n¨²meros ¡°de todos los bares¡± y conf¨ªa en acertar como hiciera un hermano suyo: ¡°Ese caz¨® bien¡±. Ignacio Sierra, de 29 a?os, se multiplica tras el mostrador para abastecer la demanda del puesto 1 de Soria, en el transitado paseo del Collado, coquetamente engalanado para Navidad y buena excusa para dar un voltio y luego rascarse el bolsillo a ver qu¨¦ pasa el d¨ªa 22. ¡°Se vende m¨¢s que en 2023¡å, apunta el lotero, a quien los datos de gasto estimado dan la raz¨®n: el a?o pasado cada habitante gast¨® 276,21 euros, algo menos que ahora. ¡°Yo no soy creyente pero todos mis colegas y yo compramos el n¨²mero de la iglesia de mi pueblo, Salduero, a ver si les va a tocar a todos los viejillos y a nosotros no¡±, ilustra Sierra. De su experiencia laboral destaca las man¨ªas, con algunos que piden ¡°?El m¨¢s feo que haya!¡±, otros que ruegan no ver el billete o quienes apuestan ¡°por el que menos se venda¡±.
Alguno solicita consejo v¨ªa telef¨®nica, para evitar disgustos, sobre qu¨¦ terminaci¨®n adquirir mientras su hija mengua una enorme piruleta, ajena a que el domingo quiz¨¢ haya fondos para muchos m¨¢s dulces. Unas se?oras de Bilbao admiten que todav¨ªa no se han ¡°estrenado¡± en esto de los millones y que, c¨®mo no, ya que est¨¢n de viaje por la ciudad har¨¢n gasto. Felisa Maqueda, matriarca de 85 a?os, reparte entre su familia boletos de un n¨²mero que se niega a confesar y plantea una premisa de pura l¨®gica: ¡°?Gasto poco, por eso juego a ver si me toca!¡±. Uno de los clientes acude al establecimiento sin gran ilusi¨®n pero presto a abrir la cartera. Elige un n¨²mero, lo paga, y para casa.
-¡°?Suerte!¡±, desea el lotero. El comprador se gira: ¡°Igualmente¡±, dice riendo.