Las agresiones a sanitarios alcanzan su m¨¢ximo hist¨®rico en Andaluc¨ªa
Con 1.866 ataques, un 19% m¨¢s que en 2023, la Junta defiende que el plan de prevenci¨®n funciona y se denuncia m¨¢s, pero los sindicatos responsabilizan a la mala gesti¨®n
Aunque el n¨²mero de agresiones a los profesionales sanitarios andaluces ha ido creciendo de manera preocupante desde la pandemia, las cifras nunca hab¨ªan sido tan altas como en 2024. El a?o pasado se contabilizaron 1.866 ataques tanto f¨ªsicos como verbales a facultativos del Servicio Andaluz de Salud (SAS), un 19% m¨¢s que en 2023. Unos datos que la Consejer¨ªa de Salud interpreta como producto de la ¡°mayor sensibilizaci¨®n y conocimiento¡± del Plan de Prevenci¨®n y Atenci¨®n a las Agresiones, que se traduce en un mayor n¨²mero de denuncias, pero que, para las organizaciones consultadas, es una clara muestra del fracaso de esas medidas. ¡°El plan est¨¢ para acabar con las agresiones, no para que suban las denuncias¡±, zanja Rafael Ojeda, presidente del Sindicato M¨¦dico Andaluz, cuyo diagn¨®stico es compartido por el resto de sindicatos sanitarios consultados.
De esas 1.866 agresiones, recogidas en el Registro Inform¨¢tico de Agresiones a Centros (RIAC) del SAS, 362 fueron f¨ªsicas (un 19,4% del total) y el resto verbales. El 47,48% se produjeron en hospitales, siete puntos m¨¢s que el a?o anterior, y el 52,52% en centros de salud y las mujeres, con un 72,45%, fueron las principales v¨ªctimas. Esos casi 1.900 ataques, no solo representan una tasa del 15,01% de los profesionales sanitarios que trabajan en centros sanitarios p¨²blicos andaluces, sino que suponen 302 m¨¢s que las registradas en 2023, la mayor subida anual desde que se empezaron a recopilar estos datos hace 17 a?os.
¡°La cuesti¨®n es por qu¨¦ suben a?o a a?o. No puede aislarse este incremento de la situaci¨®n de descomposici¨®n de nuestro sistema sanitario¡±, puntualiza Daniel Guti¨¦rrez, responsable del Gabinete de an¨¢lisis y estudios de CC OO Andaluc¨ªa. ¡°La falta de personal, la gesti¨®n lamentable que padecemos, las dificultades para acceder a las consultas, las listas de espera y lo desprotegidos que se sienten los profesionales influye, no solo en generar un ambiente crispado en los centros sanitarios, sino porque tambi¨¦n hace imposible dar una asistencia medianamente aceptable¡±, enfatiza en este sentido Antonio Mac¨ªas, responsable del ¨¢rea de Salud de UGT Andaluc¨ªa. ¡°La falta de recursos y un sistema incapaz de dar respuesta a los pacientes, son un caldo de cultivo perfecto¡±, a?ade Ojeda.
Entre las causas de las agresiones, en el caso de los centros de atenci¨®n primaria, m¨¢s de la mitad est¨¢n relacionadas con las demandas del usuario, seguidas del desacuerdo con el trato o conducta del profesional (14,08%); con las normas de funcionamiento del centro (12,04%), sin causa aparente (7,04%) y disconformidad con el tiempo de atenci¨®n en el centro (6,84%). En el caso de los hospitales, el desacuerdo con la conducta o el trato con el profesional, encabeza el listado, con un 21,22%, seguido de las demandas del paciente (20,43%), el desacuerdo con las normas de funcionamiento (19,75%), sin causa aparente (18,17% y disconformidad con el tiempo de atenci¨®n, el resto.
La Consejer¨ªa de Salud hace hincapi¨¦ en ¡°el gran n¨²mero y la diversidad de las medidas de seguridad¡± que se est¨¢n implementando en los centros sanitarios p¨²blicos andaluces, como los dispositivos de seguridad, entre ellos c¨¢maras o alarmas individuales. Sin embargo, los representantes de los sindicatos consultados insisten en que ¡°esas medidas no est¨¢n funcionando¡±. ¡°Muchos centros de salud no est¨¢n dise?ados para tener puertas traseras en las consultas para que el profesional pueda huir, los botones del p¨¢nico muchas veces no funcionan, en otros centros no hay personal de seguridad¡¡±, enumera Guti¨¦rrez.
M¨¢s medidas disuasorias
Todos reclaman, como ha hecho Victorino Girela, presidente del sector de Sanidad de Csif en la comunidad, ¡°medidas disuasorias para frenar este tipo de actuaciones¡±. ¡°Es necesario poner en marcha un r¨¦gimen sancionador¡±, ha insistido. ¡°Este plan es incapaz de prevenir las agresiones, por parte de la administraci¨®n no hay acciones contundentes que disuadan incluso de reincidir¡±, a?ade Ojeda.
Una reciente encuesta de UGT-A sobre las agresiones a facultativos insist¨ªa en esa sensaci¨®n de desamparo por parte de los profesionales de la sanidad. Mac¨ªas advierte sobre la falta de respuesta judicial en estos casos: ¡°No puede ser que un profesional al que agrede un individuo que ve todos los d¨ªas y al que va a seguir viendo, tenga que presentar una denuncia individual, que se resolver¨¢ en el mejor de los casos dentro de no sabemos cu¨¢nto tiempo y con una sanci¨®n m¨ªnima para ese agresor al que tendr¨¢ que seguir atendiendo¡±. En este sentido, la Consejer¨ªa de Salud ha querido incidir en el acompa?amiento que por parte de los servicios jur¨ªdicos del SAS se hacen a las v¨ªctimas de estas agresiones, destacando que en 2024 se realizaron 197 asistencias, logrando 94 sentencias condenatorias, 34 de ellas tipificadas como delito de atentado.
Aunque solo el 20,3% de las agresiones registradas se han cometido por personas con problemas de salud mental o deterioro cognitivo, la Consejer¨ªa de Salud ha querido hacer hincapi¨¦ en este colectivo a la hora de tratar el perfil de los agresores, bajo la premisa que en el caso de los ataques f¨ªsicos, el porcentaje se ha incrementado hasta el 51,6%. Una distinci¨®n que tampoco ha gustado a los sindicatos que estaban presenten en la reuni¨®n en la que la Junta les ha trasladado esos datos. ¡°Nos parece lamentable que los citen para tapar el aumento de agresiones, cuando nosotros a la hora de denunciarlas jam¨¢s hacemos alusi¨®n a esta circunstancia para no estigmatizarlos¡±, se?ala Mac¨ªas. ¡°Esto es como dar a entender que las agresiones no valen lo mismo o que los profesionales no deber¨ªamos denunciar si nos agreden personas con trastornos mentales¡±, a?ade Guti¨¦rrez.