¡°Claro que da miedo el metro, pero peor es no tener curro al que ir¡±
Pese al refuerzo, entre las 7 y las 8 de este martes, de nuevo era imposible guardar un metro y medio de distancia con los compa?eros de vag¨®n
Guantes de l¨¢tex. Blancos, amarillos, azules (de varios tonos), morados, rosas, negros. Y mascarillas. No menos de 20 modelos distintos, contando el del se?or que se la ha tuneado con una visera de pl¨¢stico. Es lo que hay si se viaja en metro en hora punta en plena crisis del coronavirus. Otros se tapan con bufandas. El mal rollo de viajar en un vag¨®n donde es imposible mantener la distancia de seguridad es considerable. Se incumple la recomendaci¨®n oficial n¨²mero uno, no salir de casa; y la dos, si no hay m¨¢s remedio, no acerca...
Guantes de l¨¢tex. Blancos, amarillos, azules (de varios tonos), morados, rosas, negros. Y mascarillas. No menos de 20 modelos distintos, contando el del se?or que se la ha tuneado con una visera de pl¨¢stico. Es lo que hay si se viaja en metro en hora punta en plena crisis del coronavirus. Otros se tapan con bufandas. El mal rollo de viajar en un vag¨®n donde es imposible mantener la distancia de seguridad es considerable. Se incumple la recomendaci¨®n oficial n¨²mero uno, no salir de casa; y la dos, si no hay m¨¢s remedio, no acercarse a nadie menos de un metro y medio. ¡°Claro que da miedo, pero peor es no tener un curro al que ir¡±. Habla Fernando, con una caja de herramientas entre las piernas espera a unos compa?eros en la estaci¨®n de Diagonal. Van a montar muebles en unas oficinas de la calle de Muntaner.
Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) ha aumentado este segundo martes de coronavirus la frecuencia de trenes. Pasan cada dos o tres minutos en las l¨ªneas 5 y 1, las m¨¢s concurridas. Las fotos de vagones a tope incendiaron las redes el lunes. Pero pese al refuerzo, entre las 7 y las 8 de este martes, de nuevo era imposible guardar un metro y medio de distancia con los compa?eros de vag¨®n. ¡°Personas con s¨ªntomas o pertenecientes a grupo de riesgo no utilic¨¦is el transporte p¨²blico. Distribuiros a lo largo del and¨¦n y dentro del vag¨®n cuando entr¨¦is en el tren¡±. El segundo mensaje es imposible de cumplir ni por un funambulista boca abajo.
Abundan el calzado de currante y las chaquetas con logotipos de constructoras, pero tambi¨¦n hay trajes y corbatas, bolsos de piel y monturas de gafas de moderno. Hay gente que no esconde el miedo e intenta in¨²tilmente apartarse. Bajan de los convoyes y se pegan a la pared del and¨¦n, esperando a que todo el mundo est¨¦ fuera. Otros se sientan en los bancos de los vagones. Sus brazos se tocan. Por la cuenta que les trae a los conductores de los metros, en los extremos de los convoyes han dispuesto cinta para que la gente no llegue hasta las puertas de la cabina donde trabajan.
Entre los que no tienen miedo est¨¢ Teresa, m¨¦dico del Cl¨ªnic. ¡°Pon el nombre que quieras¡±, dice. Est¨¢ curada de espanto, es lo que tiene su trabajo en el hospital. Aqu¨ª no lleva ni mascarilla ni guantes. ¡°Hoy no va tan lleno¡±, celebra. Les espera una larga jornada de trabajo. ¡°Todav¨ªa estamos haciendo horarios razonables, dentro de lo loco que es nuestro trabajo¡±, suspira.
Informaci¨®n sobre el coronavirus
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