A la caza del pr¨®fugo del confinamiento
Barcelona activa a 58 agentes c¨ªvicos para evitar que la gente vaya a la playa y los parques
¡°La semana pasada alert¨¢bamos a los ciclistas de que no pod¨ªan circular por las aceras. Rega?¨¢bamos un poco a los turistas que iban por la calle sin camiseta, avis¨¢bamos a la Guardia Urbana cuando hab¨ªa mojiteros en esta o en otra playa, venta ambulante, bicitaxistas ilegales¡ Todas las funciones que llev¨¢bamos a cabo desaparecieron de la noche a la ma?ana con el coronavirus¡±, admit¨ªa ayer Xavi Escol¨¤, uno de ...
¡°La semana pasada alert¨¢bamos a los ciclistas de que no pod¨ªan circular por las aceras. Rega?¨¢bamos un poco a los turistas que iban por la calle sin camiseta, avis¨¢bamos a la Guardia Urbana cuando hab¨ªa mojiteros en esta o en otra playa, venta ambulante, bicitaxistas ilegales¡ Todas las funciones que llev¨¢bamos a cabo desaparecieron de la noche a la ma?ana con el coronavirus¡±, admit¨ªa ayer Xavi Escol¨¤, uno de los coordinadores de los 58 agentes c¨ªvicos de Barcelona. Al declararse la pandemia desaparecieron los turistas (con o sin camiseta), los ciclistas, los manteros¡
Ada Colau firm¨® un decreto para aplicar el estado de alarma a la ciudad. Entonces, el pasado fin de semana, la alcaldesa ya ten¨ªa pensado cu¨¢l ser¨ªa el nuevo papel que asumir¨ªan los agentes c¨ªvicos: seguir¨ªan peinando las calles, pero para interceptar a los ciudadanos d¨ªscolos que desoyen las obligaciones de reclusi¨®n y que intentan escaparse del confinamiento en plena pandemia.
Ayer fue el d¨ªa en que los agentes c¨ªvicos regresaron a las calles. Un cuerpo de casi 60 efectivos que recorre en parejas la ciudad y que, aunque jur¨ªdicamente no tiene autoridad, amedrenta conductas con su uniforme naranja. Mientras dure la alarma lo har¨¢n por las playas y los parques para vigilar que estos lugares de ocio permanezcan vac¨ªos.
Los cinco kil¨®metros del litoral barcelon¨¦s estaban ayer totalmente aislados por cintas policiales. No se pod¨ªa bajar a la arena. De hecho, Guardia Urbana y Mossos d¡¯Esquadra tuvieron que ponerse muy estrictos el pasado domingo para expulsar de la arena a todo aquel que crey¨® que era el mejor lugar para confinarse. Ayer los agentes c¨ªvicos se unieron a la vigilancia.
¡°Vuelva a su casa¡±
10.45 de la ma?ana en el Port Ol¨ªmpic de Barcelona. Dos agentes c¨ªvicos interceptan a un turista haciendo fotos al mar. ¡°Se?or, no puede estar aqu¨ª. Tiene que recluirse en casa¡±, informa uno de los agentes c¨ªvicos, que se cubre con una mascarilla. ¡°Ya, ya¡¡±, contesta el individuo en manga corta y pantal¨®n corto mientras se separa solo unos metros y contin¨²a haciendo fotos. ¡°Aqu¨ª es donde nos falta la autoridad. No nos queda otra que llamar a la Urbana¡±, lamenta. Mientras contin¨²an supervisando al turista ¡ªcon s¨ªntomas de haber bebido algo m¨¢s que agua¡ª paran a un ciclista: ¡°No se puede circular, v¨¢yase a casa¡±, le dicen mientras el deportista no deja de pedalear y hace caso omiso a las indicaciones.
El panorama en el litoral barcelon¨¦s es des¨¦rtico. Solo se ven coches policiales. Veh¨ªculos de los Mossos d¡¯Esquadra y la Guardia Urbana, polic¨ªas motorizados y furgonetas de antidisturbios. Agentes dispersos por varios puntos de la v¨ªa p¨²blica con el claro objetivo de hacer respetar el confinamiento.
En la playa del Somorrostro, el panorama es id¨¦ntico con alguna diferencia. ¡°Estamos delante del Hospital del Mar, a veces sale un sanitario o el familiar de alg¨²n enfermo a la puerta¡±, informa la agente c¨ªvico Eva Torres, que de alguna manera sabe que este tipo de personas no est¨¢ all¨ª por gusto. Conforme los agentes se acercan a la playa de la Barceloneta y Sant Miquel comienzan a aparecer los m¨¢s insolidarios con la reclusi¨®n. ¡°Esta ma?ana le he tenido que decir a una chica que no pod¨ªa estar tomando el sol en la playa¡±, lamenta Norman Sastre, otro de los agentes c¨ªvicos. La joven turista acab¨® march¨¢ndose de la playa sin m¨¢s. Y es que la diferencia entre los agentes c¨ªvicos y los polic¨ªas es que los del uniforme naranja no pueden sancionar.
En la Barceloneta, una pareja de agentes de la Guardia Urbana denuncian a una persona que se ha saltado el confinamiento para dar de comer a las palomas. Mientras, los agentes c¨ªvicos contin¨²an con su ronda. Un anciano lee en la puerta de su casa. Una de las planta baja de 27 metros cuadrados en el barrio pesquero de la Barceloneta . ¡°Tiene que meterse dentro de casa, se?or¡±, le piden los agentes c¨ªvicos. ¡°Yo no tengo balc¨®n. De hecho, este trozo es como mi balc¨®n. Solo quer¨ªa disfrutar de los 20 minutos que toca el sol en la puerta¡±, sonr¨ªe el se?or mientras se mete de nuevo en su vivienda de 27 metros.
En la calle del Judici, tocando con la playa, hay una pelea entre tres personas sin techo. Uno de ellos lleva una mascarilla. Cuatro agentes de los Mossos les identifican. Mientras, un vecino desde una ventana grita: ¡°Llevan aqu¨ª toda la semana haciendo lo que les da la gana. Llev¨¢oslos, tienen que estar confinados¡±. El coordinador de los agentes c¨ªvicos es claro: ¡°Cuando viene la polic¨ªa, nosotros no tenemos nada que hacer¡±.
Los agentes c¨ªvicos trabajar¨¢n mientras dure la crisis por turnos de 8:00 a 19:30 todos los d¨ªas de la semana. ¡°Tenemos guantes, mascarilla y gel antis¨¦ptico y con este material prestaremos este servicio tan diferente durante estos d¨ªas tan extra?os¡±, advierte Escol¨¤.