Una grosera campa?a de propaganda
Quim Torra y sus portavoces llevan semanas publicitando la indemostrable teor¨ªa de que la epidemia habr¨ªa causado menos muertes si Catalu?a fuera independiente
La incertidumbre domina el escenariopol¨ªtico catal¨¢n a corto plazo. El Parlament se dispone a aprobar unos presupuestos de la Generalitat negociados en diciembre y enero en unas condiciones econ¨®micas y sociales que la crisis del coronavirus ha hecho saltar por los aires. Lo har¨¢ con los votos de una mayor¨ªa parlamentaria circunstancial, at¨ªpica, formada por los diputados de En Com¨² Podem y los partidos de la coalici¨®n gubernamental de Junts per Cat y ERC. Pero est¨¢ claro que inmediatamente despu¨¦s habr¨¢ que negociar la reforma y adaptaci¨®n de estos presupuestos a una realidad que sigue siendo...
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La incertidumbre domina el escenariopol¨ªtico catal¨¢n a corto plazo. El Parlament se dispone a aprobar unos presupuestos de la Generalitat negociados en diciembre y enero en unas condiciones econ¨®micas y sociales que la crisis del coronavirus ha hecho saltar por los aires. Lo har¨¢ con los votos de una mayor¨ªa parlamentaria circunstancial, at¨ªpica, formada por los diputados de En Com¨² Podem y los partidos de la coalici¨®n gubernamental de Junts per Cat y ERC. Pero est¨¢ claro que inmediatamente despu¨¦s habr¨¢ que negociar la reforma y adaptaci¨®n de estos presupuestos a una realidad que sigue siendo extraordinariamente cr¨ªtica, muy fluida y cambiante. Nadie sabe cu¨¢ndo se producir¨¢ el retorno a una actividad econ¨®mica relativamente normal. Tampoco est¨¢ todav¨ªa definida la cascada de aportes presupuestarios y ayudas econ¨®micas que habr¨¢ de ir de la Uni¨®n Europea a los Estados y de estos, a las comunidades y municipios. Todo en el aire.
Sobre ese escenario pesa adem¨¢s la inc¨®gnita pol¨ªtica de la eventual, pero probable, inhabilitaci¨®n del presidente de la Generalitat, Quim Torra, tan pronto como el Tribunal Supremo recupere un ritmo de trabajo m¨¢s o menos normal. Torra dijo el 29 de enero que tras la aprobaci¨®n de los presupuestos fijar¨ªa la fecha de las elecciones auton¨®micas, que se adelantar¨ªan unos dos a?os. Hab¨ªa dos causas para el adelanto: el fin de la confianza entre los socios de la coalici¨®n independentista, Junts per Catalunya y ERC, y la conveniencia de no dejar la determinaci¨®n de la fecha electoral al albur de la sentencia del Supremo sobre la inhabilitaci¨®n de Torra. En enero, parec¨ªa que las elecciones podr¨ªan ser antes del verano, o en oto?o como m¨¢s tarde. El torbellino del coronavirus lo ha revuelto todo de forma tal que ahora el adelanto electoral ha desaparecido de las perspectivas inmediatas. Pero la inc¨®gnita sigue ah¨ª.
No parece que un contexto de crisis sanitaria general sea el momento de pensar en elecciones adelantadas. Cabr¨ªa esperar que con 22.157 muertos por coronavirus en toda Espa?a a fecha de mi¨¦rcoles, de los que 5.209 se han registrado en hospitales de Catalu?a, las preocupaciones fueran otras. Sin embargo, solo si se tiene en cuenta la existencia de esa inevitable expectativa preelectoral puede comprenderse la deriva adoptada por Torra y los portavoces de su gobierno en estas seis semanas de crisis. Cuando todo aconseja unir fuerzas, poner el acento en la colaboraci¨®n y dejar para despu¨¦s las diferencias, Torra ha hecho todo lo contrario. Ha acentuado el perfil pol¨ªtico-ideol¨®gico de la derecha independentista y lo ha llevado a extremos de confrontaci¨®n constante con el Gobierno de Pedro S¨¢nchez en la crisis sanitaria y a marcar la posici¨®n de su partido frente a la de ERC. Torra y sus portavoces llevan seis semanas sosteniendo y publicitando a toda m¨¢quina la indemostrable teor¨ªa de que la epidemia habr¨ªa causado menos muertes si el Gobierno catal¨¢n no hubiera debido seguir las directrices del Ministerio de Sanidad.
Lo relevante de esta posici¨®n no son, como pudiera aparentar, las discusiones sobre confinamientos, tests, mascarillas o respiradores. Lo relevante es que todo lo relativo a la emergencia sanitaria ha sido permanentemente descalificado como tard¨ªo e insuficiente, cuando no equivocado, por el hecho de ser dirigido por el Gobierno de Espa?a y no del de la Generalitat, que por supuesto lo habr¨ªa hecho todo antes y mejor. Torra se ha creado su equipo de asesores en la materia, con el infect¨®logo Oriol Mitj¨¤ y Bonaventura Clotet al frente, cr¨ªticos con la gesti¨®n ministerial de la epidemia, pero los ha utilizado como fachada t¨¦cnica para justificar la idea que otros dirigentes de su entorno pol¨ªtico-ideol¨®gico han verbalizado sin tapujos, como pura propaganda. Como el presidente de la C¨¢mara de Comercio de Barcelona, Joan Canadell: "Una Catalu?a independiente habr¨ªa salvado miles de vidas. Espa?a es paro y muerte; Catalu?a, vida y futuro¡±. Esto fue el mi¨¦rcoles, dos d¨ªas despu¨¦s de que la portavoz del Gobierno de Torra, Meritxell Bud¨®, expresara tambi¨¦n su convicci¨®n de que en una Catalu?a independiente ¡°no habr¨ªa habido ni tantos muertos ni tantos infectados¡±.
Esta utilizaci¨®n tan groseramente partidista e ideol¨®gica de una grave pandemia global solo es comprensible si se tiene en cuenta que, a principios de a?o, Torra se enfrentaba a la expectativa de una pronta inhabilitaci¨®n por v¨ªa judicial y Junts per Catalunya a ser superada en las urnas por ERC. Pero la derecha independentista ha encontrado en esta crisis el discurso con el que galvanizar a su electorado en torno a Torra y Junts per Catalunya frente a una Esquerra Republicana, que sigue sosteniendo al denostado Gobierno de Espa?a presidido por Pedro S¨¢nchez.