El golf empieza a salir del hoyo

Andreu Bay¨¦s menea el trasero antes de golpear la bola y sacarla de un b¨²nker pr¨®ximo al hoyo. Fuera de esa trampa de arena, sobre una hierba bien cuidada, su esposa Pilar observa la escena. ¡°Yo solo le acompa?o. Ten¨ªa unas ganas locas de salir¡±, constata sonriente. Ambos, jubilados de 64 a?os, fueron ayer unos de los primeros en acceder al Club Golf d¡¯Aro. Tras dos meses cerrado, es uno de los campos de ...

Andreu Bay¨¦s menea el trasero antes de golpear la bola y sacarla de un b¨²nker pr¨®ximo al hoyo. Fuera de esa trampa de arena, sobre una hierba bien cuidada, su esposa Pilar observa la escena. ¡°Yo solo le acompa?o. Ten¨ªa unas ganas locas de salir¡±, constata sonriente. Ambos, jubilados de 64 a?os, fueron ayer unos de los primeros en acceder al Club Golf d¡¯Aro. Tras dos meses cerrado, es uno de los campos de golf que ha aprovechado la fase 1 de desconfinamiento en Girona para volver a abrir puertas.

Como un pendiente, una mascarilla quir¨²rgica cuelga de una de las orejas de Pilar. ¡°Eh, eh, que yo la llevo ah¨ª¡±, se apresura su marido hacia el carrito donde viajan los palos para mostrar que ¨¦l tambi¨¦n tiene una. En el club el restaurante y los vestuarios del club est¨¢n cerrados. Las fuentes para limpiar las bolas est¨¢n cubiertas por bolsas negras de basura. Los bancos para descansar est¨¢n precintados. Los grupos no pueden superar las cuatro personas. Y ¡°ahora cada uno se coge su bola¡±, describe Josep Balcells ¡ªotro jugador¡ª c¨®mo la pandemia ha variado las formas sobre el campo de juego. La nueva normalidad en el golf es, de momento, todo eso.

Y otra cosa: son casi las once de la ma?ana y en el aparcamiento apenas hay 17 coches. Vac¨ªo. ¡°Habitualmente, una ma?ana podr¨ªamos tener unas 150 personas jugando; hoy van a ser unas treinta¡±, explica la gerente del club, Roc¨ªo Aranda. La entidad ha limitado el aforo a un 30% de la capacidad que es habitual. El coronavirus ha dejado otro agujero en el club, que, como el turismo en todo el mundo, ha visto como desaparec¨ªan de caja los ingresos de los meses de marzo y abril. No hay previsi¨®n de que los meses venideros sean mucho mejores. El 70% de sus socios son extranjeros, muchos con segundas residencias alrededor de Platja d¡¯Aro. ¡°El golpe ha sido horroroso, la plantilla ha estado en ERTE y damos por perdido el a?o. Ser¨¢ peor si no se abren fronteras¡±, apunta.

A unos pocos metros, un veterano entrenador prepara unos palos como si temporada empezara de cero. ¡°Nosotros somos aut¨®nomos. Rien de rien¡±, describe, apenas sin ganas, sobre el c¨®ctel de ser autoempleado y ver c¨®mo se esfuman m¨¢s de dos meses de una corta campa?a. A lo lejos, el suizo Igor Oirzhieelskyi escucha a dos metros de distancia los consejos de otro profesor. El jubilado suizo es uno de los miembros de esa mayor¨ªa for¨¢nea del Club Golf d¡¯Aro. Jubilado, desde hace seis a?os pasa medio a?o en Girona y otro medio a?o en Suiza. Y cuando est¨¢ en Catalu?a, donde ha pasado la crisis sanitaria, dos o tres d¨ªas a la semana se deja caer por el campo. Ayer esbozaba una sonrisa inmensa en el aparcamiento. ¡°?No ven¨ªa desde marzo!¡±, dec¨ªa mientras ordenaba pacientemente los palos en el carro para transportarlos.

Un confinamiento duro

¡°El confinamiento en Espa?a ha sido mucho m¨¢s duro que en Francia. Se nota que el Gobierno se lo toma en serio¡±, afirma, nada quejoso con la situaci¨®n Joan Tarrarde, un joven franc¨¦s que dice vivir en Caldes de Malavella. Es socio del club desde hace dos a?os y juega habitualmente solo. ¡°Hoy estoy cansado de andar, me est¨¢ costando un poco m¨¢s¡±, confiesa sobre el estado de forma.

¡°Esto es un gran vicio¡±, asevera David G¨®mez, director de exportaciones de un fabricante de corcho que este a?o ha decidido hacerse socio del club. Tiene intenci¨®n de pasar unas cuatro horas jugando. Asegura que ha superado su ¡°adicci¨®n¡± durante el confinamiento gracias a una red colocada en el jard¨ªn de su casa, en la que ¡ªcomo otros jugadores explican¡ª iba estampando bolas para practicar el drive (el m¨¢s fuerte de los golpes). Y se queja de que los campos de golf hayan estado cerrados tanto tiempo: ¡°No s¨¦ por qu¨¦ esto no se ha abierto, aqu¨ª est¨¢s en abierto, est¨¢s alejado del resto de la gente, est¨¢s en medio de la naturaleza, tienes que tener civismo, saber estar¡­ Ahora mismo es ideal¡±, defiende, mientras niega que se trate de un deporte elitista.

¡°Quien sabe de medidas sanitarias es Sanidad y con ellos vamos a ser solidarios¡±, le contradice sin saberlo Ramon Noguer, presidente de la Federaci¨®n Catalana de Golf, que asume que el sector no pasar¨¢ este 2020 por su mejor a?o. La entidad ha preguntado a los 41 campos de golf existentes en Catalu?a las p¨¦rdidas que estiman para toda la temporada, pero todav¨ªa no tienen respuesta. Considera una buena noticia la llegada de la desescalada pero avisa de que el 60% de los jugadores con licencia est¨¢n en la provincia de Barcelona. ¡°El golf est¨¢ esperando que Barcelona despierte¡±, dice.

¡°Es todo tan irreal¡±, exclamaba Marisol S¨¢nchez (56 a?os) sobre la nueva situaci¨®n que ha dejado el coronavirus dentro y fuera del campo de golf. Dentro su estado de forma hab¨ªa empeorado. ¡°Estamos notando que no jug¨¢bamos desde hace tiempo, y tanto¡±.

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