El Primera Persona se hace ¨ªntimo
Jia Tolentino y Rachel Cusk participan desde sus casas en un formato de bolsillo del festival de relatos de vida del CCCB, que el 11 y 12 de diciembre recuperar¨¢ su edici¨®n habitual
El Primera Persona, el festival de relatos de vida que organiza el Centre de Cultura Contempor¨¤nia de Barcelona (CCCB) con los escritores Miqui Otero y Kiko Amat como padres confesores, tiene una vocaci¨®n metaf¨®rica: penetrar al m¨¢ximo en la intimidad de los creadores. ¡°Este a?o, lo vamos a hacer literalmente¡±, asegura Otero para explicar el formato que el coronavirus les ha obligado a adoptar este s¨¢bado: dos charlas virtuales desde la web del CCCB (18 horas) protagonizadas por la preclara p...
El Primera Persona, el festival de relatos de vida que organiza el Centre de Cultura Contempor¨¤nia de Barcelona (CCCB) con los escritores Miqui Otero y Kiko Amat como padres confesores, tiene una vocaci¨®n metaf¨®rica: penetrar al m¨¢ximo en la intimidad de los creadores. ¡°Este a?o, lo vamos a hacer literalmente¡±, asegura Otero para explicar el formato que el coronavirus les ha obligado a adoptar este s¨¢bado: dos charlas virtuales desde la web del CCCB (18 horas) protagonizadas por la preclara periodista de The New Yorker y ensayista Jia Tolentino y la novelista Rachel Cusk, que responder¨¢n desde sus casas. Es lo que han bautizado como Primera Persona Indoors, especie de pr¨®logo de la ya novena edici¨®n de un Primera Persona que deb¨ªa celebrarse estos d¨ªas y que, en su formato presencial se realizar¨¢ ¡°entre el 11 y 12 de diciembre¡±, desvela Otero.
¡°Hemos hecho del problema, virtud, pero la filosof¨ªa se resiente porque la gracia del Primera Persona est¨¢ tambi¨¦n en sacar de su h¨¢bitat al escritor y ver c¨®mo choca con las 400 personas de la sala, c¨®mo reacciona a ese cambio de temperatura y se adapta o no a la nueva intimidad con el p¨²blico, a lo que nosotros le hemos ido preparando unos d¨ªas antes¡±, explica Otero. ¡°Es como quedar para un caf¨¦ a partir de una videoconferencia en vez de en una terraza de bar: s¨ª, pero no¡±.
Las conferenciantes, en cualquier caso, no pod¨ªan ser m¨¢s oportunas para el momento presente. Tolentino (Toronto, 1988), con ¡°una capacidad inusual de detecci¨®n precoz de c¨®mo funciona hoy la sociedad occidental¡±, abordar¨¢, interpelada por la periodista Noelia Ram¨ªrez, uno de los temas donde se ha mostrado m¨¢s sagaz, como demuestra en algunos de los ensayos de su libro Falso espejo (Temas de Hoy): la construcci¨®n del yo y de la identidad en la Red. Experiencia no le falta: ¡°Desde los 10 a?os, que empez¨® con un blog, que se mueve en las redes sociales¡±, recuerda Otero. Anal¨ªtica y con capacidad pasmosa para poner en evidencia las contradicciones humanas, Tolentino reflexiona c¨®mo se ha viajado de ese Internet de la utop¨ªa donde todo parec¨ªa posible y todo solo pod¨ªa ser bueno a ser una ratonera tramposa y t¨®xica para uno mismo a partir de un superyo. ¡°Sostiene que opinamos en la Red como gratificaci¨®n personal y con ello ya no tenemos necesidad de hacer nada m¨¢s de valor¡ El confinamiento no ha hecho m¨¢s que acelerar la construcci¨®n de nuestro yo con las videoconferencias y dem¨¢s¡±, apunta el comisario para reforzar la oportunidad de la charla.
La crudeza y la ¡°desnudez frontal¡± con la que Cusk (Toronto, 1967) encara su intimidad la convierte, seg¨²n Otero, en otra interlocutora id¨®nea para estos d¨ªas. M¨¢s filos¨®fica que narrativa en sus novelas de corte autobiogr¨¢fico, como demuestra la elogiada Despojos (Libros del Asteoride; Seq¨¹ela en catal¨¢n, en Les Hores), explica como pocos autores hoy ¡°lo que pasa en las cuatro paredes de una casa¡±, ah¨ª donde todos se confinan. La ruptura de su matrimonio en 2009 y la descomposici¨®n de un mundo sobre el que debe construir otro con su hija peque?a ser¨¢n las premisas vitales desde las que partir¨¢n sus reflexiones, en di¨¢logo con la periodista Anna Guitart.
El formato de las charlas virtuales (que el CCCB ofrece gratuitamente y subtituladas en su web) a que ha obligado la pandemia no deja de ser, para Otero, ¡°una prueba, quiz¨¢, para futuras peque?as sesiones con autores que sepamos que no puedan estar presencialmente en las fechas del Primera Persona; cierto que as¨ª pueden tener m¨¢s audiencia y llegar m¨¢s lejos, pero tenemos vocaci¨®n de tiendecita, de cosa peque?a y especial¡±. De la intimidad de quien confiesa en primera persona, vamos.