La demolici¨®n sigue
Hay pocas soluciones al continuo martilleo de la oposici¨®n al Gobierno. Pero ?qu¨¦ tal plantear una cuesti¨®n de confianza? Es una opci¨®n poco utilizada y que garantiza un debate de fondo sobre la situaci¨®n pol¨ªtica
Hace pocas semanas me atrev¨ª a publicar un art¨ªculo, de tono pesimista, en el que aventur¨¦ que lo que est¨¢ en juego en el marco tan deprimente y estresante de la pandemia es una din¨¢mica muy preocupante. Est¨¢ en curso un proceso de demolici¨®n del Estado, y lo est¨¢ por su flanco m¨¢s d¨¦bil, el estado auton¨®mico. M¨¢s all¨¢ del esperpento cotidiano en el Congreso de los Diputados, y cuando se tercia, en el Senado, el martilleo diario lo podemos contemplar en el terreno de la cuesti¨®n auton¨®mica. Siendo as¨ª que las comunidades aut¨®nomas son bastiones de poder, institucional, econ¨®mico y pol¨ªtico, es...
Hace pocas semanas me atrev¨ª a publicar un art¨ªculo, de tono pesimista, en el que aventur¨¦ que lo que est¨¢ en juego en el marco tan deprimente y estresante de la pandemia es una din¨¢mica muy preocupante. Est¨¢ en curso un proceso de demolici¨®n del Estado, y lo est¨¢ por su flanco m¨¢s d¨¦bil, el estado auton¨®mico. M¨¢s all¨¢ del esperpento cotidiano en el Congreso de los Diputados, y cuando se tercia, en el Senado, el martilleo diario lo podemos contemplar en el terreno de la cuesti¨®n auton¨®mica. Siendo as¨ª que las comunidades aut¨®nomas son bastiones de poder, institucional, econ¨®mico y pol¨ªtico, estamos ante una guerra de posiciones y a la vez de movimientos.
La parte f¨¢cil de poner en evidencia es ver c¨®mo el se?or Torra, con un margen de cuatro d¨ªas, pas¨® a ¡°exigir en¨¦rgicamente¡± 9.000 millones de euros de deuda al Estado, a exigir 13.000 millones de euros. Tal inflaci¨®n de deuda en menos de una semana ser¨ªa un caso de estudio para los genios del Fondo Monetario Internacional o del Banco Central Europeo, aunque al mismo tiempo exija con la misma energ¨ªa de pantalla gestionar directamente desde la Generalitat cualquier dinero que llegue de fondos europeos en cualquiera de sus f¨®rmulas. Pero hemos visto tambi¨¦n c¨®mo las comunidades aut¨®nomas son terreno de enfrentamiento entre las que son del PP, las que son del PSOE, y dentro de cada una de estas familias pol¨ªticas, mientras el PNV sigue dando ejemplo de realismo pragm¨¢tico a la hora de intentar contribuir a la gobernanza colectiva.
La ceremonia semanal del encuentro entre el presidente del Gobierno, legal y leg¨ªtimo, y los numerosos presidentes auton¨®micos, tambi¨¦n legales y leg¨ªtimos, as¨ª como las conferencias de prensa en plasma, habr¨¢n de ser estudiadas en su d¨ªa como un extra?o ritual tan in¨²til como prodigiosamente aburrido. Por suerte, sabemos que los ¡°segundos escalones¡± de las instituciones (secretarios generales, directores generales y de all¨ª hacia abajo) siguen negociando la letra peque?a de la gesti¨®n de los problemas, al menos para limitar los da?os. ?C¨®mo creen ustedes que funcion¨® como un reloj la Generalitat y sus relaciones con el Gobierno bajo el abominable art¨ªculo 155? Como dijo un alto cargo, aqu¨ª no dimiti¨® ni un subdirector general. Pero los medios, a su manera v¨ªctimas colaterales del desprop¨®sito, ?con qu¨¦ se van a quedar? Con el FRAP, la marquesa y otros personajes de esta comedia de cuarta fila.
A todo esto la situaci¨®n es a la vez de bloqueo y de deterioro acelerado de la vida pol¨ªtica. Las tan amenazadas libertades democr¨¢ticas, que llevan a las derechas m¨¢s extremas a manifestarse al grito de ¡°Libertad, libertad¡±, de momento siguen permitiendo a estos manifestarse en sus coches, mientras se pod¨ªa escuchar (lo escribe Mu?oz Molina, de quien me f¨ªo al 100%) desde el ¡°Cara al Sol¡± al ¡°Que viva Espa?a¡±. Mientras aqu¨ª, de ocurrencia en ocurrencia, la se?ora Bud¨® se acuerda de nuevo del mediador internacional o comarcal para lo del proc¨¦s. De verdad, uno a?ora cada vez m¨¢s el talento de un Jos¨¦ Luis Cuerda, capaz de regalarnos un ¡°amanece que no es poco: la secuela¡±.
Soluciones, pocas de momento. Pero ?qu¨¦ tal plantear una cuesti¨®n de confianza? Ha sido en general una disposici¨®n constitucional poco usada, una vez por Adolfo Su¨¢rez y otra por Felipe Gonz¨¢lez, y tiene varias ventajas sobre la moci¨®n de censura. La mayor es que se gana por mayor¨ªa simple, m¨¢s s¨ªes que noes, y si se pierde, se reanuda el proceso de investidura con el mismo parlamento. Pero garantiza un debate de fondo sobre la situaci¨®n pol¨ªtica general, y sobre todo, traslada a todos los grupos de la c¨¢mara un dilema nuevo, s¨²bito y que la oposici¨®n no puede resolver mandando a la se?ora ?lvarez de Toledo a montar otra bronca. Por supuesto, VOX y su m¨¢s pr¨®ximo socio (en comportamiento parlamentario), el PDeCAT, votar¨ªan que no, pero repasen uno por uno a todos los l¨ªderes pol¨ªticos y grupos parlamentarios, y de momento el desconcierto ser¨ªa may¨²sculo. Por lo pronto, no sabemos si la presi¨®n cambiar¨ªa de bando, pero se ver¨ªa distribuida de modo mucho m¨¢s equitativo. El dilema para todos ellos es de calado, ?hacer caer a Pedro S¨¢nchez? ?Para abrir una nueva ronda de investidura? Recuerden que en ning¨²n caso se podr¨ªan convocar elecciones hasta que haya un nuevo presidente de Gobierno, el ¨²nico habilitado para convocarlas. Y mientras, Vox sigue intentando agitar a algunas asociaciones ante las fuerzas de seguridad del Estado.
Pere Vilanova es catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica en la Universidad de Barcelona.