?Divisi¨®n independentista a la irlandesa?
A diferencia de la divergencia en Irlanda, los representantes del independentismo catal¨¢n parten ya de or¨ªgenes dispares y cada d¨ªa ahondan m¨¢s sus diferencias
En diciembre de 1921 se firm¨® el Tratado anglo-irland¨¦s que pon¨ªa fin a la guerra de independencia del Reino Unido con Irlanda. Sin que los t¨¦rminos satisficiesen al nacionalismo irland¨¦s en su totalidad, en enero de 1922 el Parlamento irland¨¦s lo aprob¨®, por poco margen, y se estableci¨® el Estado Libre de Irlanda y la partici¨®n de la isla. Medio a?o despu¨¦s una guerra civil enfrent¨® a los irlandeses favorables al Tratado (como mal menor) y a los contrarios. Pasados diez meses, la victoria de los primeros confirm¨® lo acordado con Londres y abri¨® una profunda divisi¨®n entre las dos principales ...
En diciembre de 1921 se firm¨® el Tratado anglo-irland¨¦s que pon¨ªa fin a la guerra de independencia del Reino Unido con Irlanda. Sin que los t¨¦rminos satisficiesen al nacionalismo irland¨¦s en su totalidad, en enero de 1922 el Parlamento irland¨¦s lo aprob¨®, por poco margen, y se estableci¨® el Estado Libre de Irlanda y la partici¨®n de la isla. Medio a?o despu¨¦s una guerra civil enfrent¨® a los irlandeses favorables al Tratado (como mal menor) y a los contrarios. Pasados diez meses, la victoria de los primeros confirm¨® lo acordado con Londres y abri¨® una profunda divisi¨®n entre las dos principales familias del nacionalismo irland¨¦s, Fine Gael y Fianna F¨¢il.
A diferencia de los nacionalistas irlandeses, que se combatieron tras haber conseguido algo, el independentismo catal¨¢n vive desde oto?o inmerso en una creciente espiral de confrontaci¨®n sin haberse acercado a su objetivo. La pugna, afortunadamente para todos, no sigue el dramatismo irland¨¦s y se ci?e a las redes sociales, los medios de comunicaci¨®n y al toma y daca parlamentario o gubernamental. Aunque con el cariz que toman algunos insultos, tampoco es descabellado que en alg¨²n momento estos desemboquen en alg¨²n episodio desagradable.
La proclamaci¨®n de la Rep¨²blica supuso para el independentismo cavar un precipicio y quedar al borde
En octubre de 2017 el independentismo opt¨® por un camino grandilocuente, pero inefectivo. Descart¨® una convocatoria electoral auton¨®mica que habr¨ªa generado descontento inmediato, pero habr¨ªa permitido continuar pedaleando, y proclam¨® una Rep¨²blica catalana sin capacidad para implementarla. La decisi¨®n supuso cavar un precipicio y quedar al borde. En la decisi¨®n pes¨® la competici¨®n entre formaciones, pero no se calibr¨® que precisamente cortar el propio camino incrementar¨ªa la pugna partidista.
A partir de entonces una parte del independentismo presenta cualquier exploraci¨®n de nuevas v¨ªas ¡ªcomo sentarse en la mesa de di¨¢logo con el Gobierno de Espa?a¡ª como una genuflexi¨®n. No hay nada nuevo en ello. Tambi¨¦n los cr¨ªticos con el Tratado capitaneados por ?amon de Valera tildaron de traidor a Michael Collins por haberlo firmado y le acusaron de haberse dejado embelesar por la aristocracia londinense durante la negociaci¨®n.
Para Collins el Tratado, pese a mantener Irlanda como un dominio brit¨¢nico, permit¨ªa ¡°la libertad para conseguir la libertad¡±. Para los contrarios supon¨ªa una renuncia a la idea de Rep¨²blica de Irlanda y un agravio a los ca¨ªdos durante la rebeli¨®n de Pascua de 1916 ¡ªla proclamaci¨®n fallida de la misma, con un impacto notable en el nacionalismo catal¨¢n del momento y posterior¡ª.
El Estado Libre de Irlanda ten¨ªa ya tres a?os y los antitratado segu¨ªan neg¨¢ndose a participar en el Parlamento, lo que frustraba a sus votantes. En 1925 el Irish Independent les ridiculiz¨® preguntando si su ¨²nica respuesta a los problemas de vivienda y desempleo era ¡°esperar hasta que la Rep¨²blica sea reconocida¡±. En 2018 los acad¨¦micos Liam Weeks y M¨ªche¨¢l ? Fathartaigh editaron The Treaty. Debating and Establishing the Irish State, un volumen muy ¨²til para ganar perspectiva y constatar que las acusaciones cruzadas hoy en el seno del independentismo catal¨¢n han sido lugar com¨²n en otros pa¨ªses.
La apelaci¨®n a la ¡°injusticia¡± de los tribunales para ganar adeptos secesionistas no tiene m¨¢s recorrido
En los ¨²ltimos meses, episodios judiciales como el de la pancarta del president Quim Torra o las pretensiones de que el presidente del Parlament, Roger Torrent, desoyera al Constitucional se presentan como batallas contra el Estado, pero en la pr¨¢ctica son episodios de consumo interno del movimiento independentista. Los resultados de las elecciones generales de noviembre, un mes despu¨¦s de la sentencia del Supremo a los l¨ªderes del proc¨¦s, evidenciaron que la apelaci¨®n a la ¡°injusticia¡± de los tribunales espa?oles para ganar adeptos no tiene m¨¢s recorrido. Si el mazazo que supusieron las penas no ampli¨® la base, no lo har¨¢n tampoco causas con menor carga dram¨¢tica como la inhabilitaci¨®n del presidente de la Generalitat. ?stas tendr¨¢n, y buscan, un impacto en la correlaci¨®n de fuerzas entre ERC y JuntsxCat, porque cualquier asunto es ¨²til para echar le?a al fuego, pero conseguir¨¢n poco m¨¢s.
En Irlanda, la confrontaci¨®n entre Fine Gael y Fianna F¨¢il ha durado un siglo. La divergencia profunda entre ambas formaciones se ha mantenido incluso a trav¨¦s de distintas generaciones de familias, fieles a una u otra opci¨®n. Los seguidores de Collins y De Valera part¨ªan de la uni¨®n inicial puesto que beb¨ªan en su mayor¨ªa del Sinn F¨¦in. Los representantes del independentismo catal¨¢n parten ya de or¨ªgenes dispares y cada d¨ªa ahondan m¨¢s sus diferencias. ?Quiz¨¢ de manera irreconciliable a la irlandesa?