Sant Roc, fase 4
El ateneo del barrio de Badalona recupera su agenda social que la covid-19 ha alterado radicalmente
Los d¨ªas en que se ten¨ªa que hacer la preinscripci¨®n escolar, en el Ateneu Sant Roc ayudaban a los vecinos a cumplimentar los tr¨¢mites telem¨¢ticos. Era un servicio m¨¢s en la gruesa agenda de actividades de asistencia y auxilio a la gente del barrio. Una agenda que la covid-19 alter¨® radicalmente. Estas semanas, el personal del ateneo se dedic¨® a mantener el contacto, al acompa?amiento emocional. La brecha digital, pero, limitaba las herramientas. Ha habido suerte del tel¨¦fono. El Whatsapp lo han usado con quien sab¨ªa leer y escribir. Tambi¨¦n han ayudado en la distribuci¨®n de alimentos que orga...
Los d¨ªas en que se ten¨ªa que hacer la preinscripci¨®n escolar, en el Ateneu Sant Roc ayudaban a los vecinos a cumplimentar los tr¨¢mites telem¨¢ticos. Era un servicio m¨¢s en la gruesa agenda de actividades de asistencia y auxilio a la gente del barrio. Una agenda que la covid-19 alter¨® radicalmente. Estas semanas, el personal del ateneo se dedic¨® a mantener el contacto, al acompa?amiento emocional. La brecha digital, pero, limitaba las herramientas. Ha habido suerte del tel¨¦fono. El Whatsapp lo han usado con quien sab¨ªa leer y escribir. Tambi¨¦n han ayudado en la distribuci¨®n de alimentos que organizaban otras entidades. Una emergencia social agravada por una econom¨ªa sumergida, sin papeles. Las organizaciones asistenciales se han sentido abandonadas por un Ayuntamiento ensimismado en sus miserias. Seis entidades, entre ellas el Ateneu, firmaron un manifiesto a principios de mayo denunciando la incapacidad pol¨ªtica de dar una respuesta coordinada y r¨¢pida a la crisis. Lamentablemente, hay pol¨ªticos que solamente se acercan al barrio cuando hay excursiones electorales.
Lo explican Salvador Figuerola, el director, y Pilar L¨®pez, la coordinadora de la entidad. L¨®pez es del barrio y Figuerola lleg¨® hace unos 33 a?os. ¡°Te encuentras una realidad que te descubre qu¨¦ significa la pobreza, como se env¨ªa a la periferia de las grandes ciudades. La importancia del acceso a la salud, a la vivienda, al espacio p¨²blico, a la educaci¨®n... Es terrible que la exclusi¨®n sea consecuencia de vivir o nacer en un determinado lugar, donde las situaciones se cronifican¡±, reflexiona Figuerola. L¨®pez lleva 25 a?os en el Ateneu. Al principio, explica, el barrio era un mundo de payos y gitanos hasta que, a partir del 2002, llega gente de todas partes. L¨®pez reivindica el concepto de ateneo, ¡°entendi¨¦ndolo como espacio de conocimiento del otro, de dinamizaci¨®n comunitaria¡±.
Sant Roc era una zona agr¨ªcola donde en los a?os sesenta del siglo pasado se levant¨®, con prisas y mal, vivienda p¨²blica para alojar poblaci¨®n chabolista del Somorrostro, afectados de la riada del 62 y expropiados por las obras de la autopista. Todav¨ªa ahora, la autopista es una herida que cruza un barrio donde zonas altamente degradadas (aluminosis, miseria, pisos patera, el trapicheo de la droga) est¨¢n a tocar de espacios donde la remodelaci¨®n de la vivienda ha transformado la vida de las personas. Uno de los grandes errores de la autoridad de entonces fue vender la vivienda p¨²blica. Cre¨® un deteriorado mercado inmobiliario d¨®nde han encontrado agujeros espec¨ªmenes asociales, como, por ejemplo, mafias okupas que son un estigma para un barrio. A la gente de la primera inmigraci¨®n, de toda la vida, se han a?adido paquistan¨ªes, chinos, subsaharianos, etc¨¦tera. ¡°Los tres factores de diversidad son la religi¨®n, la lengua y la cultura¡±, comenta Figuerola.
Los grandes objetivos del Ateneu, ahora una fundaci¨®n, son evitar el deterioro de las situaciones de riesgo infantil, aumentar la formaci¨®n y participaci¨®n social de los adultos y fomentar la relaci¨®n intercultural de las comunidades. En la fundaci¨®n (313 socios) trabajan 25 personas remuneradas con diferente dedicaci¨®n. Colaboran unos 400 voluntarios. El presupuesto para este a?o, ahora tan estropeado, es de 640.000 euros.
En el centro, adem¨¢s de grupos con diferentes prop¨®sitos, como la coral o el de las arpilleras, uno de los m¨¢s din¨¢micos, hay un centro abierto infantil y uno de j¨®venes, una ludoteca que usan las escuelas, se dan clases de refuerzo y de lengua (cien mujeres estudian catal¨¢n y castellano), colonias¡ Hay talleres, aulas de inform¨¢tica, un servicio de orientaci¨®n sociolaboral, un espacio de atenci¨®n a los beb¨¦s y a las madres j¨®venes. Una larga lista de actividades que tambi¨¦n se aprovechan para fomentar h¨¢bitos saludables, tanto alimentarios (en muchas se desayuna o merienda) como de higiene. En el centro abierto infantil, por ejemplo, los ni?os tienen hucha personal. ¡°Frente a la cultura de la gratuidad, fomentamos que todo tiene un valor. El ni?o va depositando sus c¨¦ntimos y, al final, un caso aportar¨¢ sus 10 euros cuando se matricule en las colonias¡±, explica L¨®pez.
Adem¨¢s de la poblaci¨®n juvenil e infantil, el ateneo tiene una especial dedicaci¨®n a la mujer. ¡°A los espacios familiares, quien viene es la mujer. Y la formaci¨®n, hist¨®ricamente, la hemos orientado hacia la mujer porque el hombre ha tenido m¨¢s oportunidades de encontrarla fuera de aqu¨ª. ?l era quien iba a la escuela de adultos por la tarde mientras la mujer segu¨ªa en el piso, ejerciendo de madre y preparando la cena. Adem¨¢s, en algunas comunidades todav¨ªa hay la idea de que la mujer debe quedarse en casa. Una alternativa es ofrecerle un espacio de salida con los talleres, las aulas... Adem¨¢s, los cambios en la familia, generalmente, llegan impulsados por la mujer¡±, subraya L¨®pez.
Con Francisco Mu?oz, que lleva 26 a?os trabajando en el ateneo, damos una vuelta por el barrio. Es como pasear por un pueblo. Saludas y eres saludado. Un vecino aprovecha el encuentro para preguntar si habr¨¢ esplais. No es que lo pida, lo reclama. Con la llamada nueva normalidad, el ateneo ir¨¢ recuperando el tono y la actividad de antes. De hecho, la calle es otro espacio que el ateneo aprovecha. Estar en ella ayuda a la convivencia. No se pierden ninguna fiesta popular y, adem¨¢s, salen a jugar por los rincones del barrio. Una manera simp¨¢tica de relacionarse con los chavales que los habitan.
Una de las tareas de Mu?oz es la orientaci¨®n laboral y escolar. Desde ayudar a tramitar becas o convalidar estudios a indicar donde se pueden hacer los aprendizajes que m¨¢s convienen a cada cual. ¡°La realidad del barrio es muy dura¡±, admite Mu?oz, pero tambi¨¦n reclama atenci¨®n a los ¡°brotes verdes¡±. ¡°Los hay¡±. Y explica el caso de una chica marroqu¨ª ¡°que tiene el bachillerato de su pa¨ªs y ahora estudia con nosotros catal¨¢n y castellano. Quiere trabajar en un aeropuerto. Le hemos sugerido que haga un grado de transporte y log¨ªstica. Esta chica hablar¨¢ cuatro idiomas ¡ª¨¢rabe, franc¨¦s, catal¨¢n y castellano¡ª, tiene un potencial enorme para encontrar trabajo¡±. Ver j¨®venes del ateneo que acaban un grado superior alimenta los ¨¢nimos para seguir trabajando. Y se necesitan... porque muchos de ellos, cuando puedan, se ir¨¢n del barrio. Siempre hay que volver a empezar. ?Hasta cu¨¢ndo?