Esclavos de la inseguridad y de la incertidumbre
As¨ª resisten la pandemia cuatro profesionales de algunos de los sectores m¨¢s afectados: el cine, el ocio nocturno, el teatro y la restauraci¨®n
¡±?Ser esclavo de la inseguridad es muy jodido!¡±, exclama Alfons Mas, propietario de los cines Boliche, en Barcelona. Coincide con Felipe, actor y gestor de la Sala F¨¨nix, en el Raval, que se ha reinventado profesionalmente; con Ram¨®n, due?o de la discoteca Wolf del Poblenou; y con Eva, socia y camarera de Las Mar¨ªas, un bar de Horta. Cuatro ejemplos de algunos de los sectores que lo est¨¢n pasando peor con la crisis del coronavirus.
¡°Abrir las salas con un 50% del aforo y un 100% de los gastos es complicado¡±, dice Alfons Mas, propietario de los cines Boliche, cuatro salas dedicadas al ll...
¡±?Ser esclavo de la inseguridad es muy jodido!¡±, exclama Alfons Mas, propietario de los cines Boliche, en Barcelona. Coincide con Felipe, actor y gestor de la Sala F¨¨nix, en el Raval, que se ha reinventado profesionalmente; con Ram¨®n, due?o de la discoteca Wolf del Poblenou; y con Eva, socia y camarera de Las Mar¨ªas, un bar de Horta. Cuatro ejemplos de algunos de los sectores que lo est¨¢n pasando peor con la crisis del coronavirus.
¡°Abrir las salas con un 50% del aforo y un 100% de los gastos es complicado¡±, dice Alfons Mas, propietario de los cines Boliche, cuatro salas dedicadas al llamado cine de autor, en la m¨¢s c¨¦ntrica Diagonal de Barcelona. Tiene a cinco trabajadores a expensas del ERTE y, debido a problemas familiares, no pudo abrir las salas cuando la Generalitat permiti¨® hacerlo, en aquellas condiciones. No se trataba tanto de una decisi¨®n econ¨®mica (¡°no habr¨ªa sido absolutamente rentable¡±, reconoce) como de amor al arte y a la profesi¨®n. Aventura que abrir¨¢ el 28 de agosto o el 4 de septiembre, en funci¨®n de la situaci¨®n sociosanitaria. ¡°Los grandes estrenos no me interesan, porque buscamos m¨¢s bien un cine de autor, tenemos un p¨²blico constante, lo que nos permite no depender de los picos de audiencia que dan algunos estrenos¡±, explica. ¡°El mayor problema es la inseguridad¡±, insiste. Mas recuerda el peor momento de todos: ¡°Cuando te das cuenta de que la cosa va para largo y no tienes ni idea de para cu¨¢nto, de hecho, seguimos sin saberlo¡±. Quiz¨¢ por incertidumbre no se plantea a¨²n la recuperaci¨®n, pero tiene claro que ¡°costar¨¢ much¨ªsimo alcanzar las cifras de espectadores de antes de la pandemia¡±.
Los menos j¨®venes recordar¨¢n el Psic¨®dromo; los m¨¢s, la discoteca Wolf, en la calle Almog¨¤vers. Es el mismo sitio, una discoteca de las de toda la vida que, desde el 13 de marzo, est¨¢ cerrada a cal y canto. ¡°Si me pongo a pensarlo, me dan ganas de largarme¡±, dice, m¨¢s indignado que apesadumbrado, Ram¨®n Mas propietario de la sala, que cuenta con 30 trabajadores (actualmente acogidos al ERTE), y que adem¨¢s es secretario general del Gremio de Discotecas de Barcelona y Provincia y presidente de Espa?a de noche, algo as¨ª como la patronal del sector del ocio nocturno. Sabe perfectamente de lo que habla y califica la situaci¨®n como ¡°dantesca¡±. Asegura que el sector est¨¢ viviendo un via crucis: ¡°Planteamos sectorizar las pistas de baile, obligar a llevar mascarillas, prohibir beber en la pista, tomar los datos de todo el que entre¡ parec¨ªa que hab¨ªamos llegado a un acuerdo pero el Procicat no nos ha hecho ni caso¡±, se queja, haciendo hincapi¨¦ en que cualquier acercamiento a nivel t¨¦cnico con el Govern ¡°cuando llega al nivel pol¨ªtico se lo cargan¡±. ¡°Hemos aportado soluciones, protestado, nos hemos manifestado y al final hemos ido por la v¨ªa judicial para impugnar las prohibiciones¡±. Mas considera que el ocio nocturno ¡°queda tocado de muerte¡±. Hasta el estado de alarma, las cosas iban excepcionalmente bien: ¡°Si lo hubiese sabido antes, probablemente habr¨ªamos cerrado¡±, reconoce. ¡°Yo he tenido la suerte de que he conseguido una rebaja del 50% en el alquiler, pero es muy duro aguantar porque la situaci¨®n est¨¢ dimensionada a febrero de 2020: las plantillas de trabajadores, los pagos de la Seguridad Social, los alquileres, los suministros¡ Habr¨¢ que negociar una ampliaci¨®n de los ERTE, porque no podemos adecuar las plantillas¡±. Mas considera que ¡°la mitad de los locales nocturnos no saldr¨¢n adelante¡± y que ¡°la cosa no se normalizar¨¢ antes de cinco a?os, ni en broma¡±. ¡°Sin duda, va a ser la mayor crisis econ¨®mica en la historia de Catalu?a¡±. Y lanza una advertencia: ¡°El d¨ªa que remonte el turismo y no haya ocio nocturno, veremos qu¨¦ pasa¡±.
Felipe Cabezas, ¡°barcelon¨¦s de Chile¡±, acababa de entrar en la prestigiosa Compa?¨ªa del Corral de Comedias de Almagro cuando se decret¨® el estado de alarma. Encima, se anul¨® su estreno en un Grec, donde iba a representar su obra Bit¨¢cora de ida y vuelta, sobre el periplo de Miguel de Molina. ¡°Lo de Almagro lo retomar¨¦, estoy seguro, y lo del Grec fue una pena, porque era una obra con siete actores que fuera del festival resulta dif¨ªcil plantearse, pero lo convert¨ª en una versi¨®n de radioteatro y estoy contento¡±, dice Cabezas, todo un ejemplo de como afrontar la adversidad: ¡°Me reinvent¨¦¡±, explica. ¡°He impartido clases online en una escuela de teatro de Chile, he hecho podcasts, lecturas de teatro y de poes¨ªa, contenidos en streaming¡ No es un escenario, que es lo que m¨¢s me gusta, de acuerdo, pero hemos vendido entradas, lo que nos abre una puerta nueva al futuro. He explorado otros terrenos durante el confinamiento y seguro que les sacar¨¦ rendimiento¡±. Otros se quedaron en estado de shock¡ ¡±S¨ª, es cierto, pero cada uno es como es, y yo soy un echado p¡¯alante, acaso por instinto de supervivencia¡±.
Eva Mart¨ªnez es socia y camarera de Las Mar¨ªas, un bar peque?o, coqueto y divertido en Horta. Sirve desayunos y vermuts, ca?as, vinitos, flamenquines, croquetas, embutidos y otras perdiciones deliciosas. En marzo llevaba abierto un a?o y medio¡ ¡°El primer a?o es, sobre todo, de gastos¡±, subraya Eva. ¡°Y al principio de la crisis era todo muy incierto, tanto que al cabo de unas semanas, con toda la pena del mundo, nos planteamos cerrar. ?Y este bar es mi sue?o! Pero es que, sin poder abrir, ya solo hab¨ªa gastos: luz, suministros, alquiler¡ un desastre. Por suerte, soy muy cabezona y quise aguantar¡¡± Y reabri¨® en las condiciones impuestas por la pandemia: ¡°Dos mesas en la calle, o sea, cuatro personas, y 10 dentro¡±, echa cuentas Eva. ¡°Fue muy duro. Compagin¨¦ el bar con un trabajo en una rostisseria para salir adelante¡¡±, dice. ¡°Por supuesto, las vacaciones se fueron al garete¡±. Ahora el bar abre por las tardes y los fines de semana, en funci¨®n de c¨®mo evoluciona la situaci¨®n: ¡°La mayor¨ªa de los negocios por aqu¨ª est¨¢n cerrados y eso influye. El colegio [Safa-Horta] lleva cerrado desde marzo, claro¡ A medida que vayan reabriendo, mejoraremos¡ Seguro. Que soy muy cabezona¡±.