Mera cuesti¨®n de supervivencia
Tanto la gesti¨®n de la pandemia como la remodelaci¨®n del Gobierno han mostrado hasta qu¨¦ punto la actuaci¨®n de JxCat est¨¢ orientada a mantenerse en el poder a¨²n a costa de los intereses del pa¨ªs
Hay un momento, en las batallas pol¨ªticas que fracasan, en que la lucha por la causa se transforma en una lucha por la mera supervivencia. Sobrevivir pol¨ªticamente se convierte en el ¨²nico vector de actuaci¨®n. Les pas¨® a ETA y al IRA con su lucha armada y, salvando todas las distancias, que son muchas y muy sustanciales, le est¨¢ pasando ahora al independentismo catal¨¢n unilateralista. Tres a?os despu¨¦s del choque de trenes, los que ven claro el fracaso tratan de articular nuevas estrategias que les permitan avanzar. Los que no, se acantonan en sus posiciones y su principal objetivo ya no es ot...
Hay un momento, en las batallas pol¨ªticas que fracasan, en que la lucha por la causa se transforma en una lucha por la mera supervivencia. Sobrevivir pol¨ªticamente se convierte en el ¨²nico vector de actuaci¨®n. Les pas¨® a ETA y al IRA con su lucha armada y, salvando todas las distancias, que son muchas y muy sustanciales, le est¨¢ pasando ahora al independentismo catal¨¢n unilateralista. Tres a?os despu¨¦s del choque de trenes, los que ven claro el fracaso tratan de articular nuevas estrategias que les permitan avanzar. Los que no, se acantonan en sus posiciones y su principal objetivo ya no es otro que sobrevivir.
Una parte del movimiento ha asumido que la apuesta por la unilateralidad ha fracasado y que no tiene ninguna posibilidad, en el corto plazo, de reunir las fuerzas necesarias para proseguir un envite para el que no bastan ni siquiera las mayor¨ªas parlamentarias. Lo expres¨® hace unos d¨ªas con meridiana claridad el exconseller Andreu Mas-Colell en un art¨ªculo en el diario Ara. No habr¨¢ independencia, advert¨ªa. Ni con la confrontaci¨®n, ni con el di¨¢logo. Nada de lo que se pueda hacer desde Catalu?a afectar¨¢ a la probabilidad de la independencia o de lograr un refer¨¦ndum pactado y vinculante. Espa?a no lo aceptar¨¢ y la UE no apoyar¨¢ nada que no est¨¦ pactado entre las partes. As¨ª de claro. El Gobierno catal¨¢n se enga?a, dec¨ªa Mas-Colell, si piensa que la pol¨ªtica de confrontaci¨®n no interfiere en las perspectivas sociales y econ¨®micas.
El exconsejero de Econom¨ªa no es el ¨²nico preocupado por la evoluci¨®n de las estad¨ªsticas econ¨®micas de Catalu?a y c¨®mo incide en ellas la situaci¨®n de bloqueo pol¨ªtico y desgobierno en que se encuentra el pa¨ªs. El deterioro institucional es galopante y lo peor es que muchos temen que tras las elecciones, todo quede igual. Carles Puigdemont sabe perfectamente que el proc¨¦s unilateral est¨¢ finiquitado, y la prueba es que, pese a sus p¨ªrricas victorias jur¨ªdicas en el exterior, los presos independentistas siguen en la c¨¢rcel y ¨¦l no se atreve a cruzar la frontera. Lo sabe pero intenta mantener la ficci¨®n de que el mandato del refer¨¦ndum del 1-0 sigue vivo porque sobre ese rescoldo pretende arrastrar a quienes no se resignan, no quieren ver o no quieren aceptar que la rep¨²blica catalana ya no es m¨¢s que el se?uelo de una estrategia destinada a mantenerse en el poder a costa de lo que sea. Incluso de los intereses del propio pa¨ªs.
El exconsejero de Econom¨ªa no es ¨²nico preocupado por la evoluci¨®n de las estad¨ªsticas econ¨®micas de Catalu?a
Con la ruptura de JxCat y el PDeCAT, Torra ya no presid¨ªa un gobierno de coalici¨®n independentista, sino un gobierno de tres facciones enfrentadas y con objetivos a corto plazo radicalmente distintos. Pese a sus intentos por hacer ver lo contrario, nadie duda de que el ¨²nico prop¨®sito de la remodelaci¨®n de esta semana fuera deshacerse de los rivales internos del PDeCat y darle tiempo a Puigdemont para organizar su nueva fuerza pol¨ªtica.
Su actuaci¨®n no puede ser m¨¢s err¨¢tica. Si en enero compareci¨® por sorpresa ante la opini¨®n p¨²blica para anunciar que la legislatura estaba agotada, ahora trata de alargarla con ventilaci¨®n asistida. Argumentaba entonces que las diferencias estrat¨¦gicas con ERC eran tan sustanciales que deb¨ªa convocar nuevas elecciones. Pero entonces no puso fecha y ahora ya no tiene prisa. Pendiente de una inhabilitaci¨®n que llegar¨¢ con toda seguridad, Torra se dispone a utilizarla como munici¨®n electoral. Y no cabe descartar que busque alg¨²n golpe de efecto conflictivo, como negarse a abandonar el despacho, para reforzar el imaginario victimista.
Torra dijo en enero que la legislatura estaba agotada y ahora trata de alargarla con ventilaci¨®n asistida
Mientras tanto, Torra y Puigdemont han dejado que la situaci¨®n se deteriore hasta l¨ªmites que causan sonrojo, y en muchos casos enojo, incluso entre quienes desde sectores econ¨®micos o acad¨¦micos han apoyado la causa independentista. La degradaci¨®n institucional y de representaci¨®n del autogobierno causa dolor y amargura en muchos de quienes en el pasado se sent¨ªan orgullosos de pertenecer a un pa¨ªs que consideraban innovador y creativo. Ahora ya no perciben aquella admiraci¨®n, aquel respeto.
Tanto la gesti¨®n de la pandemia como la remodelaci¨®n del Gobierno han mostrado hasta qu¨¦ punto la actuaci¨®n de JxCat est¨¢ orientada a la mera supervivencia. Con la ayuda inestimable de Bud¨® y de Buch, el presidente Torra ha malbaratado los esfuerzos de ERC por demostrar que el independentismo sabe gestionar. Que m¨¢s all¨¢ del objetivo de la independencia, tienen un proyecto de pa¨ªs, de gobierno. En este ag¨®nico final de la legislatura m¨¢s est¨¦ril, la cuesti¨®n es cu¨¢nta gente se dejar¨¢ atrapar de nuevo en el autoenga?o. Cu¨¢nto voto m¨¢gico queda todav¨ªa en Catalu?a dispuesto a seguir fracasando.