El nuevo eje
?No se dan cuenta el PSOE y el PP que la divisi¨®n pol¨ªtica fundamental no pasa ahora por el tradicional eje derechas-izquierdas sino por el populistas-dem¨®cratas? Hasta entonces no tendremos estabilidad
La pol¨ªtica espa?ola se est¨¢ saliendo de los cauces aceptables. El debate y la controversia entre partidos son parte esencial de toda democracia. Pero atacar, desde el mismo Gobierno, a la Corona y a los jueces, hace perder la confianza en el sistema pol¨ªtico y debilita la seguridad jur¨ªdica, elemento primordial de la garant¨ªa de los derechos y de la vida econ¨®mica. Nos estamos jugando la existencia de nuestro actual sistema constitucional. El espect¨¢culo es inquietante.
Sin embargo, la situaci¨®n no nos debe coger por sorpresa. Hace a?os que se abandonaron las reglas de cortes¨ªa en la d...
La pol¨ªtica espa?ola se est¨¢ saliendo de los cauces aceptables. El debate y la controversia entre partidos son parte esencial de toda democracia. Pero atacar, desde el mismo Gobierno, a la Corona y a los jueces, hace perder la confianza en el sistema pol¨ªtico y debilita la seguridad jur¨ªdica, elemento primordial de la garant¨ªa de los derechos y de la vida econ¨®mica. Nos estamos jugando la existencia de nuestro actual sistema constitucional. El espect¨¢culo es inquietante.
Sin embargo, la situaci¨®n no nos debe coger por sorpresa. Hace a?os que se abandonaron las reglas de cortes¨ªa en la discusi¨®n parlamentaria y las reglas de la tolerancia en el debate p¨²blico, el que se desarrolla en los medios de comunicaci¨®n. Desde hace tiempo el hemiciclo del Congreso parece m¨¢s un ring de boxeo que un espacio para deliberar. Francisco Tom¨¢s y Valiente, en un art¨ªculo publicado el 2 de febrero de 1996, doce d¨ªas antes de su vil asesinato por ETA, advert¨ªa que las disputas pol¨ªticas, si alcanzaban determinados niveles de enconamiento, pod¨ªan no conducir a la destrucci¨®n del adversario sino a algo mucho peor: a la destrucci¨®n del sistema mismo.
¡°Al Estado de derecho ¨Cdec¨ªa el ilustre profesor¨C hay que defenderlo en los tribunales, por supuesto, pero antes o simult¨¢neamente, tambi¨¦n en otros ¨¢mbitos, en el di¨¢logo pol¨ªtico, en la rivalidad respetuosa, en lo que se dice de los dem¨¢s y de las propias instituciones¡±. Y a?ad¨ªa: ¡°el momento actual se parece m¨¢s al ¡®todo vale¡¯ que a la civilizada pugna por el poder dentro de unas reglas de juego que no son solo las del Derecho¡±. Y conclu¨ªa que, si ello no se cumple, ¡°[se instalar¨¢ la sensaci¨®n] en el ciudadano medio de que esto es un asco y de que no merece la pena hablar de democracia para acabar as¨ª¡±.
Esto dec¨ªa un hombre tan sabio, honesto y prudente como Tom¨¢s y Valiente. ?Qu¨¦ dir¨ªa ahora? Porque quiz¨¢s todo empez¨® entonces, a mediados de los a?os noventa: el PP acusaba al PSOE de ser un partido corrupto y el PSOE al PP de ser un partido franquista. Ninguna de ambas cosas era cierta. Pero la forma de discutir cambi¨®: si uno dice A el otro dice B, pero no porque est¨¦ convencido de B, sino porque es lo contrario de A. Se busca el desacuerdo, no el acuerdo.
Han pasado los a?os, muchos, m¨¢s de 25, la vida pol¨ªtica se ha ido deteriorando y no estamos igual sino peor. ?Por qu¨¦ peor? ?D¨®nde est¨¢ la ra¨ªz de los males que han empeorado la situaci¨®n? ?Por qu¨¦ hemos llegado a eso? Apuntemos algunas razones recientes.
Por un lado, un desprestigio creciente de la pol¨ªtica y de los pol¨ªticos que consta en todos los sondeos desde hace a?os y que se manifest¨® p¨²blicamente el 15 de mayo de 2011 (15-M) contra las consecuencias sociales de la crisis econ¨®mica pero cuyo lema m¨¢s conocido fue el de ¡°no nos representan¡±, dirigido contra los pol¨ªticos y contra los partidos. Esta desconexi¨®n de muchos ciudadanos con la clase pol¨ªtica es capitalizada en 2014 por los fundadores de Podemos, que en las siguientes elecciones obtuvieron excelentes resultados.
A su vez, tambi¨¦n por estos a?os de crisis econ¨®mica, en Catalu?a se produce una insurgencia contra el orden constitucional promovido desde el mismo Gobierno de la Generalitat: de pedir m¨¢s autonom¨ªa y un concierto fiscal se pasa, lisa y llanamente, a proclamar la soberan¨ªa de Catalu?a y a desobedecer sistem¨¢ticamente el derecho, las leyes y las sentencias, una situaci¨®n que en la actualidad todav¨ªa persiste. A este nacionalismo catal¨¢n se suma otro, el nacionalismo espa?ol de Vox, menos agresivo por ahora, que empieza a tener peso en 2019.
Todos estos movimientos ¨CPodemos, independentistas, Vox¨C adoptan formas de actuaci¨®n claramente populistas: manifestaciones y disturbios callejeros, la voluntad del pueblo est¨¢ por encima de las leyes, l¨ªderes carism¨¢ticos y endiosados. Vienen tiempos dif¨ªciles, no solo desde el punto de vista sanitario, tambi¨¦n econ¨®mico y social. Tiempos dados al triunfo de los demagogos, los enredadores, los farsantes, los iluminados vendedores de soluciones f¨¢ciles a problemas complicados.
?No se dan cuenta el PSOE y el PP que, en estos tiempos, la divisi¨®n pol¨ªtica fundamental no pasa por el tradicional eje derechas/izquierdas sino por el nuevo eje, populistas/dem¨®cratas? Hasta que no extraigan consecuencias de esta nueva situaci¨®n, no tendremos ni estabilidad, ni Gobierno.