La distensi¨®n desinfla a Ciudadanos
La media legislatura catalana ha sido la gran ocasi¨®n perdida para que el partido de Arrimadas se afirmara como dirigente de la oposici¨®n en el Parlament
En contra de lo que a primera vista pudiera parecer, el giro independentista dado en 2012 por Artur Mas y sus aliados no le ha ido electoralmente nada mal al nacionalismo espa?olista en Catalu?a. Al rev¨¦s, el mejor resultado hist¨®rico del centroderecha espa?olista en unas elecciones al parlamento catal¨¢n fue el logrado el 21 de diciembre de 2017, tras cinco a?os de escalada independentista, incluida una fallida proclamaci¨®n de la rep¨²blica catalana y la subsiguiente intervenci¨®n de la Generalitat por el Gobierno de Espa?a. Los no independentistas sumaron aquel d¨ªa el 51% de los votos, pero, ad...
En contra de lo que a primera vista pudiera parecer, el giro independentista dado en 2012 por Artur Mas y sus aliados no le ha ido electoralmente nada mal al nacionalismo espa?olista en Catalu?a. Al rev¨¦s, el mejor resultado hist¨®rico del centroderecha espa?olista en unas elecciones al parlamento catal¨¢n fue el logrado el 21 de diciembre de 2017, tras cinco a?os de escalada independentista, incluida una fallida proclamaci¨®n de la rep¨²blica catalana y la subsiguiente intervenci¨®n de la Generalitat por el Gobierno de Espa?a. Los no independentistas sumaron aquel d¨ªa el 51% de los votos, pero, adem¨¢s, la derecha espa?olista alcanz¨® el 29,59%, un r¨¦cord absoluto. Nunca antes hab¨ªa subido tanto.
Una de las particularidades de esa espectacular crecida electoral fue que la capitaliz¨® Ciudadanos, un partido creado en Catalu?a en 2005, en vez del ya gastado y corrupto Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy. La candidatura de Ciudadanos que encabez¨® In¨¦s Arrimadas fue el partido m¨¢s votado en aquella ocasi¨®n y obtuvo el 25,35%, de los votos, nada menos que la mitad de todos los no independentistas. Redujo al 4,24% los votos del PP y aspir¨® con fuerza parte de los apoyos electorales tradicionales del PSC y hasta de En Com¨² Podem. Sin embargo, no fue suficiente para impedir que los tres partidos independentistas alcanzaran la mayor¨ªa absoluta.
Los sondeos sobre intenci¨®n de voto otorgan a Ciudadanos unas expectativas mucho menos optimistas. La encuesta del Centre d¡¯Estudis d¡¯Opini¨® (CEO) del mes de octubre les atribuye el 12% de los votos si las elecciones al Parlament se celebraran ahora, en un contexto de relativo estancamiento del esquema bipolar instaurado hace ocho a?os con la apuesta independentista. El sistema catal¨¢n de partidos se ha dividido en dos grandes bloques, que oscilan en torno al 50% del electorado para cada uno, hasta ahora siempre con ventaja de los no independentistas, pero con un margen muy ajustado. El fiel de esta balanza electoral se mueve poco.
?Qu¨¦ ha pasado para que el partido m¨¢s votado el 21-D de 2017 est¨¦ en trance de perder nada menos que la mitad de sus votos en tan solo dos a?os? Una de las respuestas a esa pregunta es obvia: el riesgo de una proclamaci¨®n efectiva de la independencia de Catalu?a ha desaparecido del horizonte pol¨ªtico. Ni los partidos soberanistas, con sus l¨ªderes encarcelados o exiliados, creen ahora que el independentismo sea una opci¨®n factible a corto plazo. Esto implica por s¨ª solo un descenso de la tensi¨®n pol¨ªtica. La tensi¨®n aup¨® a Ciudadanos, la distensi¨®n le desinfla.
Pero no ser¨¢ porque durante estos ¨²ltimos a?os no haya habido otras causas de tensi¨®n pol¨ªtica. Basta recordar que en ellos se ha producido la condena judicial del PP por corrupci¨®n, un cambio de gobierno en Espa?a mediante moci¨®n de censura parlamentaria, la consiguiente formaci¨®n de una alternativa multipartidista al conservadurismo y dos elecciones legislativas muy competidas que ha ganado la izquierda. Ciudadanos no acert¨® al encarar tan agitado periodo de la pol¨ªtica espa?ola. Atac¨® al PSOE como en Catalu?a hab¨ªa hecho contra el PSC. Naufrag¨® en esa apuesta y con ella perdi¨® a su l¨ªder, Albert Rivera. Lo dem¨¢s ha sido consecuencia de ese desacierto: Arrimadas abandon¨® su esca?o en el Parlament para ocupar otro en las Cortes, lo que descabez¨® a la oposici¨®n en Catalu?a. Todo eso confirm¨® la sensaci¨®n de que no hay alternativa en el Parlament, una idea que ya se apunt¨® inmediatamente despu¨¦s del 21-D cuando Arrimadas desech¨® la oportunidad de presentar su opci¨®n a formar gobierno y presidir la Generalitat.
Aquella renuncia ten¨ªa su l¨®gica, pues era obvio que Arrimadas no pod¨ªa ganar la votaci¨®n de investidura en un Parlament con mayor¨ªa absoluta del bloque independentista. Pero, adem¨¢s, era tambi¨¦n fruto inevitable del frentismo alimentado por Ciudadanos desde su nacimiento: anticatalanistas contra catalanistas. Lo que el 21-D le hab¨ªa permitido agrupar a casi todo el voto de la derecha anti independentista le imped¨ªa semanas despu¨¦s encontrar aliados fuera del campo de la derecha.
A Ciudadanos y al PP les ha crecido durante esta media legislatura catalana, adem¨¢s, un competidor por la derecha, en el espacio del espa?olismo y el anticatalanismo, un partido llamado Vox que explota a fondo el registro ideol¨®gico del nacionalismo m¨¢s desinhibido, el racismo y la xenofobia. O sea, hay m¨¢s pescadores para un caladero de votos que no ha crecido. El sondeo del CEO apunta que, si ahora hubiera elecciones al Parlament, entre Ciudadanos, PP y Vox sumar¨ªan el 22,5% de los votos, siete puntos porcentuales menos que el 29,5% que Ciudadanos y PP sumaron en 2017. El 21-D aparece hoy para Ciudadanos como una irrepetible gran oportunidad hist¨®rica.