Arte, vida y naturaleza de Fina Miralles
El Macba dedica una amplia exposici¨®n a la artista que rompi¨® con el arte tradicional a comienzos con los a?os setenta
La artista Fina Miralles (Sabadell, 1950) se encerr¨® en 1974 durante tres d¨ªas en una jaula, junto un perro, un cordero, un gato y una rana (cada uno en su jaula) en la instalaci¨®n Im¨¢genes del zoo, que cre¨® para la Sala Vin?on, por entonces, uno de los pocos espacios de Barcelona que ofrec¨ªan arte contempor¨¢neo. La obra se completaba con un friso de fotograf¨ªas del zoo de Barcelona rodeando la sala. ¡°Quer¨ªa protestar por lo que la gente ve¨ªa normal, pero a m¨ª me parec¨ªa una barbaridad; que los animales estuvieran en jaulas en ...
La artista Fina Miralles (Sabadell, 1950) se encerr¨® en 1974 durante tres d¨ªas en una jaula, junto un perro, un cordero, un gato y una rana (cada uno en su jaula) en la instalaci¨®n Im¨¢genes del zoo, que cre¨® para la Sala Vin?on, por entonces, uno de los pocos espacios de Barcelona que ofrec¨ªan arte contempor¨¢neo. La obra se completaba con un friso de fotograf¨ªas del zoo de Barcelona rodeando la sala. ¡°Quer¨ªa protestar por lo que la gente ve¨ªa normal, pero a m¨ª me parec¨ªa una barbaridad; que los animales estuvieran en jaulas en malas condiciones. Supongo que habr¨¢ cambiado. ?Han ido ustedes recientemente¡±, pregunta la artista que ha bajado de Cadaqu¨¦s, donde reside, para presentar Fina Miralles. Soy todas las que he sido, la exposici¨®n que puede verse en el Museo de Arte Contempor¨¢neo de Barcelona (Macba), que comienza con una fotograf¨ªa a tama?o natural de este momento de hace 46 a?os, que sigue impactando. Este s¨¢bado, en su primer fin de semana abierta, la muestra registr¨® las primeras colas del museo desde la llegada del covid.
¡°Hoy, no ser¨ªa posible, por el uso de animales¡±, explica Teresa Grandas, conservadora del Macba, que ha buceado en la obra de Miralles para recuperar muchos de sus trabajos y mostrarlos en esta exposici¨®n que recorre la vida y la obra de esta artista que aborda temas como el feminismo, la naturaleza, el poder, el arte, a trav¨¦s de acciones perform¨¢ticas protagonizadas siempre por Miralles, con la ayuda de la fotograf¨ªa, la pintura y el video y el collage. ¡°Llevo bien esto del confinamiento porque estoy entrenada en vivir conmigo misma¡±, asegura Miralles, lanzando una intensa mirada por encima de la mascarilla y orgullosa tras dar los ¨²ltimos retoques de la muestra antes de abrir. ¡°Las obras contin¨²an vivas en todas las personas que las ven y las leen. Son el reflejo de una pr¨¢ctica art¨ªstica de toda la vida, porque arte y vida son inseparables¡±, explica.
Tras la impactante Im¨¢genes del zoo se despliega el universo Miralles, explicado por Grandas con la idea de acabar con las etiquetas que siempre la han explicado: naturaleza, feminismo, critica al capitalismo y al poder pol¨ªtico. ¡°Todo en ella se rige por un solo pensamiento, todo se entrecruza; quer¨ªa romper estas divisiones que limitan su interpretaci¨®n¡±, explica la comisaria.
Miralles dejo clara su ruptura con el arte tradicional con su primera obra: Natura morta (1972) en la que elabora un paisaje desestructurado en el que coloca en una mesa conchas, agua, hierba, piedras, hojas, tierra y algas que el espectador ha de visualizar como el bodeg¨®n de un cuadro. ¡°Reconfigurando el concepto de lo que es art¨ªstico¡±, seg¨²n Grandas. Al a?o siguiente, en la impresionante Translaciones. Elementos naturales en un espacio no natural. Cama-¨¢rbol, introduce la naturaleza en una vivienda; un dormitorio en el que llena el suelo de paja, c¨¦sped en los asientos de las sillas, piedras dentro de un armario y un laurel que duerme en una cama, tapado son una s¨¢bana. Poder pisar y oler el heno es un lujo en una ciudad perimetrada por la pandemia.
Otras son m¨¢s duras. Como Debo ser obediente y Por la impunidad del miedo, de la serie Matanzas (1977) que hablan de la injusticia, las guerras y las dictaduras. En los retratos Enmascarados (1976), su amiga Anna Lizar¨¢n se cubre el rostro, con medias, bolsas, velos y correas, aproximando esas im¨¢genes de hace m¨¢s de 40 a?os a la actualidad. En Standard (1976), la artista se ata de pies y manos a una silla de ruedas y se pone delante de una proyecci¨®n en la que no dejan de pasar im¨¢genes de estereotipos de mujeres. Un tormento. Tras las fotograf¨ªas, las pinturas; casi siempre papeles sumergidos en l¨ªquidos con tinte que conforman la obra por saturaci¨®n, como la enorme Paisatje. Mar (1979) y concluye, por cronolog¨ªa con El rastro de la sirena (2014), en la que la artista desaparece de la fotograf¨ªa y solo se ve la onda que produce al nadar, como si se despidiera.
¡°Miralles no ha tenido nunca inter¨¦s por vender su obra¡±, asegura Grandas. Por eso, deposit¨® su archivo en el Museo de Arte de Sabadell hace a?os. De all¨ª se han obtenido los negativos para positivar algunas de las fotos en las que se puede ver a Miralles, atada, abrazada y colgada (ahorcada) de un ¨¢rbol de Mujer-¨¢rbol (1973) y de El cuerpo cubierto de paja (1975) y otras piezas reconstruidas por el Macba que pasar¨¢n a formar parte del fondo del museo cuando acabe la muestra (el 5 de abril).
Pese a los tiempos de covid la exposici¨®n tiene dos lecturas, cuando se acaba del recorrido, hay que volver a salir por donde se ha entrado, por lo que queda claro la idea de que la vida y la obra, de principio a fin, de Miralles, est¨¢n relacionadas y no se entienden la una sin la otra. ¡°Todas las piezas forman un tejido; son semilla y fruto a la vez¡±, asegura Grandas que defiende que Miralles hace algo tan dif¨ªcil como expresar emociones con el arte contempor¨¢neo: ¡°Emociones y afectos sin concesiones, con sentido cr¨ªtico y una coherencia extraordinaria con una obra radical e integra¡±.