Un disfraz de padre para abusar de alumnos
El profesor de La Salle investigado por agresi¨®n sexual repiti¨® el mismo patr¨®n con sus dos v¨ªctimas, con el f¨²tbol como anzuelo
Los presuntos abusos sexuales a dos exalumnos de un profesor de primaria del colegio La Salle-Bonanova, en Barcelona, han causado estupor en la comunidad educativa. Y la investigaci¨®n judicial del caso, a cuyo contenido ha accedido EL PA?S, revela que el docente ¡ªen libertad con cargos y apartado de sus funciones¡ª utiliz¨® la misma estrategia para dominar, presuntamente, a los dos chicos que le han denunciado.
Las declaracione...
Los presuntos abusos sexuales a dos exalumnos de un profesor de primaria del colegio La Salle-Bonanova, en Barcelona, han causado estupor en la comunidad educativa. Y la investigaci¨®n judicial del caso, a cuyo contenido ha accedido EL PA?S, revela que el docente ¡ªen libertad con cargos y apartado de sus funciones¡ª utiliz¨® la misma estrategia para dominar, presuntamente, a los dos chicos que le han denunciado.
Las declaraciones de las dos v¨ªctimas conocidas coinciden en que V¨ªctor P. se gan¨® su confianza con el f¨²tbol como anzuelo, cortej¨® a sus madres para introducirse de lleno en sus vidas, acab¨® convertido pr¨¢cticamente en ¡°un padre¡± para los muchachos y, finalmente, les someti¨® a un tormento de abusos y agresiones sexuales durante dos a?os hasta que, pasada la pubertad, les dej¨® s¨²bitamente en paz.
X. tiene ahora 22 a?os; Y tiene 29. X estudi¨® en La Salle-Bonanova; Y, en la escuela Viar¨® de Sant Cugat, vinculada al Opus Dei. En 2006, la madre de Y. traslad¨® al centro su inquietud porque el profesor hab¨ªa ¡°invitado a casa¡± a su hijo. Viar¨® decidi¨® despedirle por una falta disciplinaria, aunque alega que no tuvo entonces conocimiento de los abusos ¡ªen una entrevista personal con su tutor, el chico los neg¨® ¡°por verg¨¹enza¡±¡ª y que por eso no acudi¨® a la polic¨ªa.
X e Y a¨²n tienen miedo. Por eso piden que no se les identifique. Ni siquiera con iniciales. Su entorno asegura que no se conoc¨ªan de nada cuando, cada uno por su lado y por motivaciones distintas, decidieron dar un paso adelante y contar su historia, por primera vez, a los Mossos d¡¯Esquadra. El 8 de octubre, X dijo a los polic¨ªas que decidi¨® hablar porque tem¨ªa que alguno de sus tres hermanos peque?os ¡ªque el profesor tiene con su madre¡ª pudiera ser, tambi¨¦n, v¨ªctima de abusos. Unos d¨ªas m¨¢s tarde, el 25 de octubre, Y. asegur¨® que vio a V¨ªctor P., que ahora tiene 43 a?os, entrar a un campo de f¨²tbol donde ¨¦l acudi¨® a jugar con unos amigos. Le preocupaba que, tantos a?os despu¨¦s y pese a haber sido expulsado de Viar¨®, siguiera ¡°trabajando con ni?os¡±.
Por ahora, solo la denuncia de X. ha llegado a manos del titular del juzgado de instrucci¨®n n¨²mero 6 de Barcelona, que investiga a V¨ªctor P. por un delito de agresi¨®n sexual. El juez otorga credibilidad al relato del chico y, aunque no orden¨® el ingreso en prisi¨®n del profesor, s¨ª le prohibi¨® participar en actividades con ni?os. El investigado se encuentra de baja laboral. La Salle-Bonanova le ha comunicado ya (tambi¨¦n a los padres del centro) que no se reincorporar¨¢ hasta que termine la instrucci¨®n judicial. La denuncia de Y. es previsible que se acumule en ese mismo juzgado en los pr¨®ximos d¨ªas.
El an¨¢lisis de las dos historias muestra un mismo patr¨®n de conducta. Los hechos m¨¢s antiguos (entre 2004 y 2006) son los que afectan a Y. Ten¨ªa 13 a?os cuando V¨ªctor P., que era profesor de Lengua Catalana en Viar¨®, empez¨® a acerc¨¢rsele. Lo hizo con el pretexto del f¨²tbol, deporte al que era aficionado: ya entonces, el docente era coordinador de los equipos del Club Esportiu La Salle-Bonanova y le ofreci¨® apuntarse al equipo. Pronto, V¨ªctor P. pas¨® a aproximarse tambi¨¦n a su madre, una mujer separada y con otros diez hijos.
No recuerda c¨®mo se desarroll¨® todo, pero el caso es que V¨ªctor P. empez¨® a permanecer cada vez m¨¢s tiempo en el domicilio familiar, haciendo de canguro y ayudando a su madre. ¡°Pas¨® a ser como mi padre¡±, declar¨®. Ganada la confianza del menor, pas¨® a invitarle a su domicilio con distintas excusas, como ver una pel¨ªcula o ir en bici. All¨ª le obligaba a masturbarle, entre otros supuestos abusos que relata.
V¨ªctor P. tambi¨¦n se llevaba a su alumno de viaje: una vez fueron a una residencia de La Salle en La Seu d¡¯Urgell, en el Pirineo catal¨¢n. Incluso viajaron juntos a Ruman¨ªa. El profesor abus¨® de ¨¦l ¡°cada noche¡±, siempre seg¨²n ese mismo relato. La denuncia recoge que el acusado lleg¨® a grabar un v¨ªdeo en el que ambos manten¨ªan relaciones sexuales, y que ten¨ªa ¡°un libro o diario donde le gustaba escribir sobre nuestra relaci¨®n¡±. Al cumplir 15 a?os, y como por arte de magia, el profesor disfrazado de padre desapareci¨® de su vida. El distanciamiento fue tan radical que alarm¨® a la madre: fue entonces cuando comunic¨® al colegio sus sospechas y V¨ªctor P. fue despedido.
Recal¨® en lo que era poco menos que su segunda casa: La Salle-Bonanova, donde hab¨ªa estudiado. Ese mismo a?o (2006) empez¨® a tantear en la nueva escuela a X., la otra v¨ªctima, seg¨²n ha escrito el afectado en una carta de seis folios donde intenta resumir una pesadilla de m¨¢s de dos a?os. ¡°Siempre me prest¨® mucha atenci¨®n¡±. Pero no fue hasta 2010, cuando ¨¦l ten¨ªa 12 a?os ¡ªcasi la misma edad que Y.¡ª, cuando empezaron a verse con m¨¢s intensidad. V¨ªctor inici¨® una relaci¨®n con su madre (tambi¨¦n separada), con la que acabar¨ªa teniendo tres hijos. Empezaron a vivir como familia. Los tres viajaron juntos, a Ruman¨ªa ¡ª¡±creo que era admirador de Ceaucescu¡±, dijo el chico¡ª y el profesor se instal¨® en su casa ¡°como un padre¡±. ¡°Nos pagaba muchas cosas¡±, a?adi¨®.
Ese a?o, V¨ªctor propuso a X que le ayudara con el equipo de benjamines. Y fue en el vestuario de los entrenadores, situado en una planta subterr¨¢nea, bajo el campo, donde se produjo supuestamente el primer episodio de abusos. ¡°Hazte una paja delante de m¨ª¡±, le propuso. El chico se neg¨® y al llegar a casa (ya viv¨ªan bajo el mismo techo), el hombre le dio un ¡°pu?etazo en la cara¡±. Las agresiones f¨ªsicas se suceder¨ªan ¡°pr¨¢cticamente a diario durante un par de a?os¡±, lo mismo que las amenazas, incluso con un cuchillo. En el relato que hace en la carta, X. recuerda c¨®mo sucumbi¨® al dominio de V¨ªctor: ¡°Me dec¨ªa que le gustar¨ªa ser mi padre¡±.
Si conoce alg¨²n caso de abusos sexuales que no haya visto la luz, escr¨ªbanos con su denuncia a abusos@elpais.es
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