Las fiestas m¨¢s extra?as
Quienes las celebramos este a?o, ?qui¨¦nes somos? ?La antes llamada clase media? ?En qu¨¦ ha quedado el antes llamado mundo del trabajo?
Son las fiestas de invierno m¨¢s raras. Aunque igual se trata solo de las primeras de la nueva rareza. Navidad, A?o Nuevo, Reyes, tiempos de regalos que este a?o pueden ser¡ de aquella manera. ?Qu¨¦ es lo que se pierde, qu¨¦ es lo que se gana, este a?o, por culpa y por gracia del virus? Depende de tu lado en la barrera, como en todo, pero quiz¨¢ m¨¢s. Si eres de la comunidad sanitaria, te est¨¢s tirando de los pelos. Si de la comunidad cient¨ªfica, tambi¨¦n y probablemente m¨¢s, pues cada profesi¨®n relacionada con el virus se siente interpelada al m¨¢ximo y, si en esta pandemia toda la colectividad sani...
Son las fiestas de invierno m¨¢s raras. Aunque igual se trata solo de las primeras de la nueva rareza. Navidad, A?o Nuevo, Reyes, tiempos de regalos que este a?o pueden ser¡ de aquella manera. ?Qu¨¦ es lo que se pierde, qu¨¦ es lo que se gana, este a?o, por culpa y por gracia del virus? Depende de tu lado en la barrera, como en todo, pero quiz¨¢ m¨¢s. Si eres de la comunidad sanitaria, te est¨¢s tirando de los pelos. Si de la comunidad cient¨ªfica, tambi¨¦n y probablemente m¨¢s, pues cada profesi¨®n relacionada con el virus se siente interpelada al m¨¢ximo y, si en esta pandemia toda la colectividad sanitaria est¨¢ m¨¢s volcada en atender que en prevenir, los cient¨ªficos afrontan el espanto de no ver atendida su principal misi¨®n, prevenir y asesorar. Las m¨²ltiples administraciones que nos rigen no se puede decir que escuchen y hagan caso ni a cient¨ªficos ni a sanitarios, los ignoran. Hoy ¡°aconsejan¡± esto y ma?ana lo otro sin que, a pesar de las alertas de aquellos, osen decretar medidas claras y contundentes. Pero, osar ?no es su obligaci¨®n?
Pongamos que no seamos ni sanitarios ni cient¨ªficos, la inmensa mayor¨ªa de nosotros. ?C¨®mo afrontamos estas fiestas extra?as, qu¨¦ decisiones tomamos puesto que no hay reglas claras? Nuevamente, depende del lado de la barrera. No creo que me est¨¦ leyendo uno de cada siete catalanes que, hoy por hoy, subsiste gracias a las ayudas y las comidas de C¨¢ritas. Ni tampoco ninguna persona entre los 12 millones largos en ¡°riesgo de pobreza y/o exclusi¨®n social¡± contabilizadas de manera superoficial el a?o pasado entre los residentes espa?oles, con o sin papeles, que ahora deben de ser muchos m¨¢s. No, los medios no son para estas personas, no tienen acceso material a los medios, la inmensa mayor¨ªa no ven prensa impresa y, si lo hacen, no creo que lean art¨ªculos de opini¨®n como los de esta tribuna. Si no somos ni de los primeros (sanitarios) ni segundos (cient¨ªficos) ni terceros (pobres en todas sus variantes), ?qui¨¦nes somos quienes de un modo u otro celebramos estas fiestas extra?as?
La respuesta es intrincada. Ante un panorama similar en lo social, el pintor Paul Gauguin se larg¨® a los Mares del Sur a inventarse una vida de aquellos lugares que en sus cuadros respira veraz y, m¨¢s cercana en el tiempo y el lugar, la polifac¨¦tica artista Fina Miralles se plant¨® un d¨ªa como un ¨¢rbol en la tierra, as¨ª de literal y de asombroso, para que alguien se diera cuenta de que la tierra y los ¨¢rboles existen y as¨ª debe seguir siendo, con sencillez y nobleza. As¨ª, pues, ?qui¨¦nes somos, de d¨®nde venimos, a d¨®nde vamos?, que cantaba Siniestro Total en 1984, remedando el t¨ªtulo del retablo de grandes proporciones del pintor que se las pir¨® de Europa hacia Tahit¨ª sin pensar que un d¨ªa a los gallegos punk postfranquistas les dar¨ªa por lo mismo y lograr¨ªan como ¨¦l un icono. Pregunte, joven, pregunte.
?Somos la sufrida clase media? Depende de la edad y la salud, el salario o la pensi¨®n, de tu casa, las aficiones, a qui¨¦n votas, si financias hijos y mayores, y cu¨¢nto tienes en el monedero y en el banco si es que tienes algo m¨¢s que una hipoteca, o m¨¢s de una, si no eres mujer ni infancia m¨¢s maltratadas en esta pandemia. Aun as¨ª, ?no hab¨ªamos quedado que tal especie ha desaparecido, la clase media? ?Que ya no se puede incluir en esa etiqueta a casi nadie porque sus logros en el ascensor social de los a?os del estado del bienestar ya fueron a parar a la papelera de la historia mucho antes del virus 2020? Todo el santo d¨ªa, si pones la tele, cualquier canal, cualquier noticiario, oyes hablar de sectores y de econom¨ªa donde antes, hace tiempo, el periodismo y la sociedad hablaban de trabajo, del mundo del trabajo. Y as¨ª hablaban de nosotros y para nosotros, en suma, para quienes todav¨ªa leemos peri¨®dicos y creemos que la informaci¨®n importa, y que cuando decimos informaci¨®n no necesitamos a?adir veraz porque la palabra misma significa, debe significar, que la informaci¨®n es en s¨ª misma veraz y que, si no lo es, no es que sea fake como se dice ahora en palabra-maquillaje sino que, sin m¨¢s, no es informaci¨®n porque no es veraz.
No hablamos de trabajo ni de trabajadores, hablamos de sectores. No hay trabajo, y si lo hay est¨¢ mal pagado y sin derechos. Son las fiestas m¨¢s extra?as porque cada vez todo esto es m¨¢s evidente en la calle y en los hogares aunque la esfera p¨²blica calle. Dejemos de hablar de sectores econ¨®micos como si fueran la verdad veraz de la informaci¨®n. El virus apremia y la vida debe cambiar.
Merc¨¨ Ibarz es escritora y cr¨ªtica cultural.