El huerto de Sarri¨¤ que cura las adicciones
La Agencia de Saud P¨²blica de Barcelona idea una terapia para usuarios que quieren abandonar el alcohol
¡±Estoy viendo una serie de polic¨ªas de Canad¨¢ y uno de ellos es alcoh¨®lico. En una fiesta, ¨¦l es el encargado de los c¨®cteles, Se le acaba el ron, va a la cocina, coge una botella, la mira y dirigi¨¦ndose a ella dice: ¡®Esta vez no vas a poder conmigo¡¯. Yo hice lo mismo trabajando como cocinero y hablando a una botella de vino con la que estaba haciendo un estofado¡±, recuerda Rafael Rosillo. Tiene 60 a?os. Ha trabajado entre fogones buena parte de su vida y vive en el acomodado barrio barcelon¨¦s de Sarri¨¤. Adem¨¢s, es alcoh¨®lico. Se ...
¡±Estoy viendo una serie de polic¨ªas de Canad¨¢ y uno de ellos es alcoh¨®lico. En una fiesta, ¨¦l es el encargado de los c¨®cteles, Se le acaba el ron, va a la cocina, coge una botella, la mira y dirigi¨¦ndose a ella dice: ¡®Esta vez no vas a poder conmigo¡¯. Yo hice lo mismo trabajando como cocinero y hablando a una botella de vino con la que estaba haciendo un estofado¡±, recuerda Rafael Rosillo. Tiene 60 a?os. Ha trabajado entre fogones buena parte de su vida y vive en el acomodado barrio barcelon¨¦s de Sarri¨¤. Adem¨¢s, es alcoh¨®lico. Se re¨²ne tres d¨ªas por semana con varios vecinos ¡ªsobre todo vecinas¡ª para, entre todos, intentar salir del pozo de las adicciones que han ido coleccionando. Muchos no es la primera vez que realizan terapias, pero ahora, cuidando un huerto, encauzan el camino que se les torci¨® hace a?os.
Rosillo se re¨²ne los lunes, mi¨¦rcoles y viernes con usuarios del Centro de Atenci¨®n y Seguimiento (CAS) a las drogodependencias de Sarri¨¤ para mimar la peque?a plantaci¨®n improvisada instalada en la parte trasera del edificio.
La idea surgi¨® de la Agencia de Salud P¨²blica de Barcelona (ASPB) junto con la ONG Asociaci¨®n Bienestar y Desarrollo. Ambas entidades cayeron en la cuenta que, en un entorno de alto nivel adquisitivo como Sarri¨¤, plantar y cuidar vegetales podr¨ªa ayudar a abandonar un pasado roto por las adicciones. Los organizadores han bautizado este proyecto como F¨¦nix, igual que el ave mitol¨®gico capaz de resurgir de sus cenizas. La ASPB dispone de 15 CAS distribuidos por toda la ciudad, donde atienden desde personas que quieren dejar de consumir hasta aquellas que quieren seguir haci¨¦ndolo, pero con un programa supervisado de reducci¨®n de da?os (es el caso del consumo supervisado o de la entrega de jeringuillas). No es el mismo perfil el del usuario del Raval que el de Sarri¨¤. Y por eso el huerto urbano no tiene por qu¨¦ funcionar en todos los puntos de la ciudad.
Karen Nadal es la coordinadora del CAS Sarri¨¤: ¡°En Barcelona, el alcohol es la adicci¨®n por la que m¨¢s usuarios inician tratamiento (el 42% de los hombres y el 50% de las mujeres). En segundo lugar, se encontrar¨ªa el consumo de coca¨ªna (representa el inicio de tratamiento del 20% de los hombres y el 14% de las mujeres) y despu¨¦s vendr¨ªan otras drogas como el cannabis, las benzodiacepinas o los opi¨¢ceos¡±. Nadal es consciente de que las mujeres adictas a sustancias experimentan un ¡°mayor estigma¡± y eso hace que tarden m¨¢s en pedir ayuda. De la uni¨®n de todas estas variables surge el proyecto de construir un huerto en la parte trasera del edificio del CAS de Sarri¨¤. ¡°El ¨²nico requisito que imponemos es que el usuario no venga bajo los efectos de las sustancias en el momento de hacer el taller. Eso no significa que no hay reca¨ªdas, que tratar¨¢ el propio terapeuta¡±, defiende la coordinadora.
En Sarri¨¤, la covid ha afectado tambi¨¦n a los vecinos adictos. ¡°Al principio del confinamiento, los usuarios llamaban por tel¨¦fono y dec¨ªan que estaban perfectamente y que el confinamiento les hab¨ªa venido muy bien para dejar de consumir. Luego comprobamos que hab¨ªa reca¨ªdas enormes y que no pod¨ªan soportar solos esa situaci¨®n¡±, advierte Nadal.
A las 9.00 de la ma?ana comienza el trabajo en el huerto. Los usuarios/pacientes tienen entre 40 y 55 a?os y son, mayoritariamente, mujeres. El coordinador del proyecto F¨¦nix es Edgar Pe?as, una enciclopedia humana del mundo agr¨ªcola. ¡°Aqu¨ª lo que conseguimos es, sobre todo, un beneficio f¨ªsico de los usuarios y eso hace que aumente su autoestima. Hay que tener en cuenta que la mayor¨ªa en su vida no tienen una estructura normalizada y gracias a este tipo de terapias consiguen cierta normalidad¡±, mantiene Pe?as. En el huerto que ha dise?ado plantan guisantes, habas, coles, flores comestibles¡ es un verdadero refugio de biodiversidad con el que consiguen, aparte de frutos, ¡°reforzar los consejos terap¨¦uticos y que los usuarios participen activamente y se relacionen socialmente entre ellos¡±.
Cristianne Mu?oz es andorrana y tiene 52 a?os. Trabajaba en un centro de est¨¦tica hasta que la covid arras¨® con todo. ¡°Fui yo sola la que acab¨¦ pidiendo ayuda. Primero quise dejar el alcohol por mis propios medios pero al final tuve que recurrir a profesionales. En el huerto tengo el tiempo ocupado y eso es lo principal: tener la cabeza ocupada¡±.
Rafael Rosillo es de los veteranos. Lleg¨® al CAS Sarri¨¤ hace ¡°tres a?os y nueve meses¡±. Era la tercera vez que intentaba dejar el alcohol. Lo hab¨ªa conseguido en otras ocasiones, pero solo hab¨ªa alcanzado los seis o siete meses de abstinencia. ¡°Las otras veces siempre pensaba en cu¨¢ndo podr¨ªa beber. Ahora, s¨¦ que no puedo beber, como tome una copa me voy al carajo¡±, admite. Rosillo siempre ha trabajado de cocinero y desde el pasado marzo est¨¢ en un ERTE. ¡°En las cocinas corre mucho alcohol y mucha coca¨ªna. Es un trabajo muy estresante. Yo a la coca¨ªna supe ponerle freno, pero al alcohol no¡±, lamenta. Rosillo admite que todo ha ido mejor desde que, en lugar de beber, se dedica a plantar y trabajar el huerto: ¡°Hace tres a?os me hab¨ªa dejado mi pareja, hab¨ªa perdido el trabajo y mi hermana me hab¨ªa echado de casa. Me mov¨ªa por impulsos y sin pensar si pod¨ªa hacer da?o a los otros o a m¨ª mismo. Todo me importaba un bledo. Ahora he aprendido a frenar¡±.
La covid dispara los consumos en los domicilios
La Agencia de Salud P¨²blica de Barcelona (ASPB) admite que, [TXT-DESPI]desde el inicio de la pandemia[/TXT-DESPI] el pasado marzo, ha habido una disminuci¨®n en el consumo de drogas dentro de los que denominan los ¡°contextos recreativos¡±. A¨²n as¨ª, los t¨¦cnicos de la ASPB han constatado que ha aumentado el consumo de alcohol, cannabis y benzodiacepinas dentro de los hogares. Al principio de la pandemia, los ¡°contextos m¨¢s vulnerables¡± se vieron afectados por el impacto que tuvo la covid en los mercados ilegales. Pero, transcurridos los meses, los t¨¦cnicos de la agencia mantienen que la disponibilidad que tienen los usuarios de las drogas ha llegado a los mismos niveles que hab¨ªa en los meses previos a que se declarara el estado de alarma.
En los 15 Centros de Atenci¨®n y Seguimiento (CAS) de Barcelona se iniciaron, el pasado 2019, 4.534 inicios de tratamientos (3.342 en hombres y 1.192 en mujeres) y por consumo de alcohol fueron 2.019 (1.413 hombres y 606 mujeres).