Ni cesto ni pescado
La pol¨ªtica del ¡®peix al cove¡¯ (p¨¢jaro en mano), demasiado identificada con lo peor del pujolismo, ya no puede volver
El uso de la met¨¢fora ha sido abusivo y reduccionista. Nunca m¨¢s se podr¨¢ ensalzar la pol¨ªtica del peix al cove (p¨¢jaro en mano), que era lo que aparentemente quer¨ªa diferenciar el nacionalismo moderado del radicalismo independentista. Muchas cosas han pasado entre medio: la confesi¨®n de Jordi Pujol, los esc¨¢ndalos del Palau de la M¨²sica y del 3% y tambi¨¦n la publicaci¨®n de El hijo del ch¨®fer, el libro de Jordi Amat que ha popularizado la idea de una Catalu?a pujolista salpicada toda entera por los vicios del ¡°r¨¦gimen espa?ol del 78¡±. El pescado huele y el cesto est¨¢ roto. La met¨¢fora es irrec...
El uso de la met¨¢fora ha sido abusivo y reduccionista. Nunca m¨¢s se podr¨¢ ensalzar la pol¨ªtica del peix al cove (p¨¢jaro en mano), que era lo que aparentemente quer¨ªa diferenciar el nacionalismo moderado del radicalismo independentista. Muchas cosas han pasado entre medio: la confesi¨®n de Jordi Pujol, los esc¨¢ndalos del Palau de la M¨²sica y del 3% y tambi¨¦n la publicaci¨®n de El hijo del ch¨®fer, el libro de Jordi Amat que ha popularizado la idea de una Catalu?a pujolista salpicada toda entera por los vicios del ¡°r¨¦gimen espa?ol del 78¡±. El pescado huele y el cesto est¨¢ roto. La met¨¢fora es irrecuperable.
Si ERC quiere ocupar el lugar de la desaparecida coalici¨®n de CiU tendr¨¢ que buscar una idea mejor. El p¨¢jaro en mano no era una estrategia, sino una forma de hacer oportunista. Hab¨ªa que aprovechar cualquier descuido para llenar la cesta con los peces que hubiera a mano. Tambi¨¦n permit¨ªa la corrupci¨®n: un pez para ti y dos para m¨ª. Sin principios ni valores. Ning¨²n tipo de lealtad. Serv¨ªa para ir tirando, y sobre todo para enriquecerse, pero no para construir. M¨¢s cerca de la diplomacia transaccional del trumpismo que de la cooperaci¨®n bilateral y multilateral propia de las grandes instituciones, internacionales y nacionales.
Quien utiliz¨® la met¨¢fora por primera vez, a pesar de acertar como propagandista, se retrat¨® a s¨ª mismo. El p¨¢jaro en mano no puede ser una pol¨ªtica, sobre todo en una tradici¨®n como la del catalanismo, m¨¢s rica y estrat¨¦gica que la mera actitud de unos aprovechados sin principios. Pocas ideas expresan tan bien lo que deber¨ªa ser un pactismo eficaz y consecuente como la que expuso, hace ya 35 a?os, Vicente Cacho Viu, un historiador aragon¨¦s ya desaparecido, en un libro que sintetiza su tesis central ya en el mismo t¨ªtulo: El nacionalismo catal¨¢n como factor de modernizaci¨®n (Acantilado), calificada por su prologuista, el tambi¨¦n desaparecido Albert Manent, como ¡°la obra de un ma?tre-¨¤-penser¡±.
¡°El nacionalismo catal¨¢n, a trav¨¦s de la radiograf¨ªa de Vicente Cacho ¡ªescribe Manent¡ª es, en l¨ªneas generales, un movimiento regeneracionista y moderno, lejos del clich¨¦ ego¨ªsta y pedig¨¹e?o que han prodigado siempre ciertos pol¨ªticos o periodistas espa?oles¡±. El historiador aragon¨¦s reconoce sus contradicciones, que analiza desde los tiempos de Valent¨ª Almirall o Torres y Bages, al igual que la combinaci¨®n de elementos retr¨®grados y otros abiertamente liberales, pero el hecho determinante es que en su conjunto y a lo largo de todo su itinerario hasta 2012, ha significado un factor dinamizador y modernizador de Espa?a, hasta el punto de que autogobierno y democracia se han convertido en las dos caras de una misma moneda.
Situado en el contexto de los nacionalismos de las peque?as naciones europeas, y tomando distancia de lo que lo diferencia de los nacionalismos violentos, Cacho Viu se?ala que, debido ¡°a su car¨¢cter equilibrado y pactista desterr¨®, normalmente con fortuna, las posiciones tozudamente voluntaristas de quienes quieren, porque s¨ª, en uno u otro momento, acelerar el proceso emancipador¡±. El historiador termina su texto se?alando, 25 a?os antes del proc¨¦s, su esperanza en el futuro de este papel modernizador del nacionalismo catal¨¢n.
La alternativa al independentismo no es, por tanto, el p¨¢jaro en mano pujolista. Menos a¨²n un ¡°mientras tanto¡± hecho de reservas mentales, dobles juegos y lenguajes y finalmente inhibici¨®n y deslealtad para con los socios pol¨ªticos, sino la recuperaci¨®n del factor hisp¨¢nico y europeo que ha hecho crecer al catalanismo en su siglo largo de duraci¨®n y que ahora se hab¨ªa abandonado. Junto a la recuperaci¨®n de la lengua, del autogobierno y de la afirmaci¨®n catalana, el compromiso con el Estado de derecho y la democracia espa?ola son lo que dan la raz¨®n de ser al catalanismo.
Ciertamente, durante la ¨²ltima d¨¦cada al menos, la tesis de Cacho no ha sido efectiva. Los partidos catalanes no han colaborado en la modernizaci¨®n espa?ola sino que han trabajado en la inestabilidad y la desestabilizaci¨®n constitucional. ERC y el PDCat, por primera vez, han vuelto ahora a la posici¨®n constructiva definida por Cacho Viu con la votaci¨®n en favor de los presupuestos del Estado. La anterior ocasi¨®n, mucho m¨¢s amarga, en que sucedi¨® algo parecido fue con los recortes exigidos por la Uni¨®n Europea al gobierno de Zapatero, salvados por un solo voto gracias a la abstenci¨®n de CiU y con la oposici¨®n feroz del Partido Popular, que prefer¨ªa hacer caer el gobierno socialista a riesgo de provocar el rescate de la econom¨ªa espa?ola.
El historiador aragon¨¦s defini¨® un ¡°paleo-nacionalismo espa?ol¡±, que es fundamentalmente unitarista, tanto en sus creencias religiosas, como en su idea de la monarqu¨ªa, pero m¨¢s especialmente en la ¡°unidad territorial de Espa?a y de sus habitantes, traducida en una casi-m¨ªstica centralista y uniformizando, y en la unidad de la lengua, que exige la hegemon¨ªa absoluta del castellano como ¨²nico idioma espa?ol¡±. Vox es quien ahora mejor lo encarna, pero est¨¢ claro que otras formaciones, especialmente el PP, no son ajenas a esta posici¨®n. El paleo-nacionalismo espa?ol prefiere, naturalmente, el inmovilismo est¨¦ril del independentismo, encaramado en la quimera o enredado a¨²n en el oportunismo del p¨¢jaro en mano, antes que un catalanismo responsable, con voluntad de gobierno y lealmente intervencionista en la nueva e imprescindible modernizaci¨®n, que es espa?ola y tambi¨¦n europea.
La modernizaci¨®n de hoy es la salida de la pandemia, la reparaci¨®n de las desigualdades y de los da?os econ¨®micos y la construcci¨®n de una nueva econom¨ªa digital y verde a partir de la primera gran mutualizaci¨®n de deuda de los europeos. No la har¨¢ ning¨²n pa¨ªs por su cuenta. Y no valdr¨¢n las f¨®rmulas ¡°imaginativas¡± que piden m¨¢s dolor antes del placer, separarnos para abrazarnos, autodeterminaciones para quedarse despu¨¦s, y otras historias que no llevan a ning¨²n lugar. La tesis de Cacho Viu est¨¢ viva y es v¨¢lida hoy: el futuro del catalanismo es el compromiso con la modernizaci¨®n espa?ola. Todo lo dem¨¢s es enga?o y p¨¦rdida de tiempo.