Ante la nueva ola, la incertidumbre
La toma de decisiones basadas en el corto plazo nos encaminan a repetir los mismos errores
En el mes de marzo nos enfrent¨¢bamos por primera vez al pandemia provocada por el coronavirus asumimos que su magnitud era tan grande, que nadie lo pod¨ªa prever ni controlar.
Hoy en el mes de enero de 2021, casi un a?o despu¨¦s de los primeros casos atendidos en nuestro pa¨ªs, seguimos con bastantes dudas sobre la pr¨®xima ola que empieza crecer en el horizonte. Y no es que sea la segunda. Para ...
En el mes de marzo nos enfrent¨¢bamos por primera vez al pandemia provocada por el coronavirus asumimos que su magnitud era tan grande, que nadie lo pod¨ªa prever ni controlar.
Hoy en el mes de enero de 2021, casi un a?o despu¨¦s de los primeros casos atendidos en nuestro pa¨ªs, seguimos con bastantes dudas sobre la pr¨®xima ola que empieza crecer en el horizonte. Y no es que sea la segunda. Para Lleida, y su regi¨®n, ser¨¢ la 4?. S¨ª, porque en verano, tras la desescalada, nosotros vivimos una segunda ola que nos situ¨® en el mapa. Con todas sus consecuencias, especialmente en la econom¨ªa local y el agotamiento de los profesionales que trabajamos sin parar.
Esa segunda ola local dej¨® al descubierto la vulnerabilidad y la situaci¨®n en la que muchas personas se encontraban cuando ven¨ªan a trabajar las tierras que nos dan de comer. Si en marzo descubrimos que deb¨ªamos mejorar la situaci¨®n de nuestra gente mayor, en verano aprendimos que no se pod¨ªan permitir asentamientos hacinados y sin ning¨²n tipo de salubridad para aquellos que vienen a trabajar para ganar su sustento. Por suerte, para ese primer grupo de riesgo, se ha iniciado la vacunaci¨®n para protegerles y evitar los estragos que provoca el virus cada vez que entra en un centro de gente mayor.
Sin embargo, desconozco si existen planes para evitar que lo que vivimos en verano (y que llevamos viviendo muchos veranos) se vuelva a repetir. Porque este julio, aunque con mucha poblaci¨®n vacunada, estaremos lejos de vivir la vida precovid. Por lo menos la pandemia debe habernos servido para mejorar esa situaci¨®n.
Esa falta de previsi¨®n, de anticiparnos y de aprender de lo vivido es dif¨ªcil de justificar a estas alturas. Los profesionales sanitarios seguimos sin parar, enfrent¨¢ndonos a cada ola, sin descanso. Esta vez, con los equipos de protecci¨®n adecuados, pero viendo como la toma de decisiones basadas en el corto plazo nos encaminan a repetir los mismos errores.
En estos d¨ªas las campa?as de vacunaci¨®n se suceden en todo el pa¨ªs. Y respiramos aliviados. La ciencia otra vez, ha cumplido. Ha desarrollado en un tiempo r¨¦cord una vacuna que evitar¨¢ que las personas que enfermen lo hagan de forma grave, que podamos evitar el colapso del sistema. A pesar de ver luz al final de este tortuoso camino, nos queda un largo camino hacia la nueva normalidad. Una nueva normalidad en la que podamos manejar los efectos de las cuatro olas que hemos padecido. Los pacientes de enfermedades no covid, las personas que han sufrido las consecuencias econ¨®micas y aquellas empresas que se han visto afectadas por las m¨²ltiples medidas restrictivas. Pero tambi¨¦n nuestro sistema de salud y modelo cient¨ªfico. Qu¨¦ plan tenemos para reforzar nuestras infraestructuras, para cuidar a los profesionales y para volver estar en la vanguardia de la ciencia.
Los profesionales sanitarios cumplimos y los cient¨ªficos cumplieron a pesar de a?os de recortes y de dificultades. Tambi¨¦n todo el sector educativo, que se ha adaptado y ha cumplido con creces y ha permitido cierta normalidad, especialmente para los ni?os.
Tras un a?o dif¨ªcil para todos, no hay excusa para que aquellos que deben tomar decisiones cumplan. Todos vemos qui¨¦n toma decisiones, y quien no. A estas alturas no podemos alegar ni falta de tiempo ni desconocimiento. Ya no.
Oriol Yuguero es m¨¦dico en el hospital Arnau de Vilanova de Lleida.