La vida despu¨¦s de la vacuna
La residencia Pare Vilaseca, de Igualada, pide a Salud un protocolo para que una vez vacunados los residentes puedan recuperar una rutina m¨¢s normal
Un equipo de un CAP de Igualada est¨¢ este martes en la residencia Pare Vilaseca preparando el material para poner la primera dosis de Pfizer a dos ancianos que esperan que la vacuna les devuelva la esperanza tras estos meses llenos de sombras. Maria, de 95 a?os, sonr¨ªe y aguarda su turno acomodada en una butaca en una sala junto a un comedor ahora vac¨ªo. Un 91% de los residentes ha aceptado vacunarse y el centro no descarta que el 9% restante ca...
Un equipo de un CAP de Igualada est¨¢ este martes en la residencia Pare Vilaseca preparando el material para poner la primera dosis de Pfizer a dos ancianos que esperan que la vacuna les devuelva la esperanza tras estos meses llenos de sombras. Maria, de 95 a?os, sonr¨ªe y aguarda su turno acomodada en una butaca en una sala junto a un comedor ahora vac¨ªo. Un 91% de los residentes ha aceptado vacunarse y el centro no descarta que el 9% restante cambie de opini¨®n cuando vea la buena evoluci¨®n de sus compa?eros.
Maria ?ngels Riba, directora t¨¦cnica del Consorcio sociosanitario de Igualada, empieza ahora a ver la luz al final del t¨²nel tras la pesadilla vivida. Y piensa en el futuro: en el protocolo que quiere que la administraci¨®n elabore para hacerle la vida m¨¢s f¨¢cil a los abuelos y puedan recuperar la vida anterior a la pandemia. La residencia, de 7.000 metros cuadrados sin contar la zona ajardinada, cuenta con 158 plazas y ahora est¨¢n ocupadas 113. El Centro de D¨ªa dispone de 40, pero solo funciona al 50%. ¡°Con lo que hemos pasado, cuando se ponen las vacunas es como si se volviera a abrir todo otra vez¡±, dice esta enfermera que trabaj¨® 20 a?os en hospitales y que lleva otros tantos dirigiendo la residencia.
El Govern confin¨® los municipios de la Conca d¡¯?dena el 12 de marzo y el d¨ªa 19, cuando a¨²n no hab¨ªa ni PCR ni ant¨ªgenos ni ning¨²n control, el centro sufri¨® el primer caso. Vivieron despu¨¦s 40 d¨ªas terribles que costaron muchas vidas. Desde abril, solo han tenido dos casos de covid m¨¢s, en diciembre y enero, y han evolucionado bien. Pero en la pasada primavera, el coronavirus mostr¨® sus mil y una caras y aflor¨® en la residencia de forma distinta y separada en el tiempo. En una primera fase, afect¨® a los residentes con problemas respiratorios; tres semanas despu¨¦s a otro grupo provoc¨¢ndoles desgana, apat¨ªa, febr¨ªcula y perdida del gusto y en la ¨²ltima oleada aparecieron dificultades circulatorias. ¡°Fuimos olvidados y nos dejaron tirados¡±, afirma Riba en la l¨ªnea de Cinta Pascual, de la patronal del sector. ¡°A nadie se le ocurre enviar a una persona al hospital cuando no es viable. Dijeron en el Parlament que no pas¨® pero fue as¨ª¡±.
Pas¨® en Catalu?a, en el resto de Espa?a y en muchos pa¨ªses europeos y Riba as¨ª se lo traslad¨® a la consejera de Salud Alba Verg¨¦s, que es de Igualada y trabajadora en excedencia del Consorcio. Las cosas empezaron a funcionar mejor cuando las residencias dejaron de depender de Servicios Sociales y pasaron a depender de Salud: a partir de ese momento ya no les faltaron las batas que los proveedores, por orden del Departamento, reservaron a los hospitales.
Todo eso duele ¡ª¡±Se nos escucha poco a los profesionales; se baja poco a la arena¡±¡ª pero la residencia mira con esperanza al futuro. Riba pide un protocolo que permita devolver a los ancianos la dignidad perdida con la covid: las visitas son de media hora semanales con tres familiares que pueden repetir a la semana siguiente. A la tercera, ya pueden ser otros. Un vigilante est¨¢ presente para que no se toquen. ¡°No se pueden dar ni un beso¡±, dice. ¡°Tendr¨ªan que flexibilizarse las visitas y que tengan intimidad¡±. No pueden compartir la mesa cuatro comensales y la tele, por ejemplo, tienen que verla a dos metros de distancia. Las terapias con los perros tambi¨¦n se han cancelado.
Mientras aguarda el protocolo y que Salud finalice la instalaci¨®n de ox¨ªgeno en las camas, Riba conf¨ªa en que todos los residentes se vacunen y los trabajadores, tambi¨¦n. Hasta el martes lo hab¨ªan hecho un 67%. Quien no lo dud¨® fue Nicolasa, feliz y aliviada, que se palp¨® ¡ª¡±?Ya est¨¢?¡±¡ªla parte superior del brazo tras ser vacunada entre las caricias de las enfermeras.
Permisos tramitados en apenas dos d¨ªas
¡°Los residentes est¨¢n cansados y asustados. Cuando vuelven de la calle, de sus visitas m¨¦dicas, tienen que ducharse y cambiarse de ropa¡±, cuenta Riba. A partir del 2 de febrero, cuando ya hayan pasado 21 d¨ªas respecto a la primera inyecci¨®n, recibir¨¢n la segunda dosis de vacuna Pfizer. El papeleo previo fue, admite, estresante: a partir del 22 de diciembre, todas las residencias recibieron la orden del Govern de lograr las autorizaciones en 48 horas para recibir las vacuna. Y a contrarreloj y tras muchas llamadas de familiares con dudas lograron las del centenar de abuelos y las de unos empleados. A mediados de febrero, tendr¨¢n ya un 95% de inmunidad.