Relato electoral contra conocimiento y verdad
Necesitamos conocimiento, reflexi¨®n, di¨¢logo, debate, para poder intervenir en los importantes retos colectivos. Los partidos deber¨ªan contribuir a ello, no dificultarlo. Tambi¨¦n los medios de comunicaci¨®n
No importa si hay elecciones convocadas o no, lo electoral siempre est¨¢ presente. Vivimos en un partidismo, un actuar de acuerdo con los intereses de partido, que pasa por delante o por encima de cualquier otro objetivo. El partido, lo propio, se ha convertido en fundamental. Parece ser el criterio principal que gu¨ªa cualquier acci¨®n de la mayor¨ªa de las personas que forman parte de un partido o que, sin serlo, defienden una determinada posici¨®n. Hay excepciones, pero cuesta encontrarlas, cuesta que se puedan escuchar y ver.
La din¨¢mica partidista de actuaci¨®n va acompa?ada de un concep...
No importa si hay elecciones convocadas o no, lo electoral siempre est¨¢ presente. Vivimos en un partidismo, un actuar de acuerdo con los intereses de partido, que pasa por delante o por encima de cualquier otro objetivo. El partido, lo propio, se ha convertido en fundamental. Parece ser el criterio principal que gu¨ªa cualquier acci¨®n de la mayor¨ªa de las personas que forman parte de un partido o que, sin serlo, defienden una determinada posici¨®n. Hay excepciones, pero cuesta encontrarlas, cuesta que se puedan escuchar y ver.
La din¨¢mica partidista de actuaci¨®n va acompa?ada de un concepto que hace a?os que se ha instalado: el relato. Todo debe tener un relato, tambi¨¦n nuestras actuaciones, nuestras vidas. Los partidos pol¨ªticos generan relatos e intentan imponerlos, intentan convencernos de ellos.
Las organizaciones pol¨ªticas generan relatos e intentan imponerlos, intentan convencernos de ellos
Necesitamos relatos. Los relatos nos han acompa?ado siempre. Podemos pensar en la Il¨ªada, la Odisea, la Biblia, El Se?or de los Anillos, Star Wars, Harry Potter, Avengers, historias mitol¨®gicas, religiosas, de superh¨¦roes... Ni?os y ni?as no paran de repetir que les contemos determinadas historias que les gusta escuchar una y otra vez, o que les pongamos una y otra vez determinadas pel¨ªculas o canciones. No solo les pasa a ni?as y ni?os. Tambi¨¦n a quien ya tiene algunos a?os m¨¢s y gusta de hacer maratones de sus pel¨ªculas preferidas, seguir determinadas sagas, series... Vivimos en los relatos y rodeados de ellos.
Los relatos tambi¨¦n tienen su lugar en la pol¨ªtica. La creaci¨®n de relatos tiene un peso muy importante en la pol¨ªtica actual y dependiendo de su creaci¨®n y difusi¨®n puede tener graves consecuencias. Hay una tendencia en la creaci¨®n de relatos pol¨ªticos que busca establecer una realidad alternativa que nos separe de la realidad de los hechos. Los relatos pol¨ªticos pueden tener como objetivo crear una nueva realidad que nos impida distinguir realidad y ficci¨®n. Los relatos pol¨ªticos pueden ser ficciones que nos impidan contrastar la verdad de los hechos y hacer perder a la verdad toda relevancia. Llegados a este punto, la ficci¨®n ocupa el lugar de la realidad, de la verdad, del conocimiento del mundo en el que vivimos.
?Votaremos el 14-F por una operaci¨®n de Estado? ?Votaremos el 14-F porque quien quiso aplazar esas elecciones no hizo los tr¨¢mites necesarios para ello? ?Las acusaciones sobre Laura Borr¨¤s por determinadas contrataciones irregulares son una represi¨®n por su independentismo o una investigaci¨®n bien fundamentada por una supuesta mala pr¨¢ctica? ?El principal problema en lo referido a la vivienda es la ocupaci¨®n ilegal? ?Los desahucios? ?Que no se garantiza el derecho a la vivienda? ?Si votamos a determinada persona o partido se solucionar¨¢n nuestros problemas como hay quien nos dice? Son muchos los relatos que podemos encontrar estos d¨ªas en las intervenciones electorales, pero tambi¨¦n fuera del periodo electoral.
Los relatos ocupan buena parte de la comunicaci¨®n pol¨ªtica. Los debates electorales no acostumbran a ser debates, son afirmaciones, descalificaciones e intentos de imponer un propio relato. Los m¨ªtines electorales acostumbran a ser momentos para la creaci¨®n de estos relatos, puestas en escena. En estas elecciones en pandemia se ha defendido que la asistencia a un mitin electoral permit¨ªa no cumplir con una limitaci¨®n establecida para hacer frente a la enfermedad. Se ha argumentado que el derecho a la participaci¨®n deb¨ªa estar garantizado. Sin entrar aqu¨ª en el debate entre salud y participaci¨®n pol¨ªtica, convendr¨ªa pensar si los m¨ªtines tal y como hoy los conocemos tienen algo que ver con la participaci¨®n pol¨ªtica.
Los debates electorales son afirmaciones, descalificaciones, y los m¨ªtines son puestasen escena
Ni buena parte de los m¨ªtines electorales, ni de la pol¨ªtica institucional, por desgracia, tienen que ver con la participaci¨®n del conjunto de la ciudadan¨ªa en la pol¨ªtica. Hay excepciones y conviene destacarlas y valorarlas, de otro modo nuestra limitada democracia lo ser¨¢ todav¨ªa m¨¢s. Si la pol¨ªtica (las elecciones, los m¨ªtines, los debates que no son debates...) se queda en los relatos que buscan imponernos una ficci¨®n que no nos permite distinguir lo que es real de lo que no lo es, tenemos un grave problema para una sociedad que se quiera democr¨¢tica. La imposici¨®n de estos relatos no nos permite debatir sobre la realidad, sobre los hechos, sobre lo que nos sucede. La imposici¨®n de estos relatos nos aleja del conocimiento, de los an¨¢lisis, de los debates. No necesitamos estos relatos que nos enajenan, que nos alejan de la realidad. Necesitamos conocimiento, reflexi¨®n, di¨¢logo, debate, para poder intervenir en los importantes retos que tenemos como sociedad. Los partidos deber¨ªan contribuir a ello, no dificultarlo. Tambi¨¦n los medios de comunicaci¨®n.