Bach, id¨®neo para romper fronteras
El pianista Marco Mezquida y el organista Juan de la Rubia inauguran un nuevo ciclo en el Palau de la M¨²sica
El jueves el Palau de la M¨²sica inaugur¨® un nuevo ciclo de t¨ªtulo inquietante: Fronteras. ?Como si la m¨²sica, y el arte en general, no tuvieran suficientes fronteras! R¨¢pidamente la presentadora del evento aclar¨® que, a pesar del t¨ªtulo, se trataba de ¡°romper fronteras, explorar nuevos espacios, nuevos formatos, nuevas maneras de acercarse a la m¨²sica y que confluyeran, creando nuevas formas de acercarse al p¨²blico¡±. Una explicaci¨®n tranquilizadora pero extremadamente ambiciosa. En su primera entrega el ciclo probablemente no alcanz¨® todas esas aspiraciones pero el resultado solo puede calific...
El jueves el Palau de la M¨²sica inaugur¨® un nuevo ciclo de t¨ªtulo inquietante: Fronteras. ?Como si la m¨²sica, y el arte en general, no tuvieran suficientes fronteras! R¨¢pidamente la presentadora del evento aclar¨® que, a pesar del t¨ªtulo, se trataba de ¡°romper fronteras, explorar nuevos espacios, nuevos formatos, nuevas maneras de acercarse a la m¨²sica y que confluyeran, creando nuevas formas de acercarse al p¨²blico¡±. Una explicaci¨®n tranquilizadora pero extremadamente ambiciosa. En su primera entrega el ciclo probablemente no alcanz¨® todas esas aspiraciones pero el resultado solo puede calificarse de soberbio. Y la ovaci¨®n que lo puntu¨® con casi todo el p¨²blico en pie (eso que los anglohablantes llaman pomposamente standing ovation) fue totalmente merecida.
Marco Mezquida, nuestro pianista con m¨¢s frentes abiertos al mismo tiempo (y casi todos interesantes) se reuni¨® con Juan de la Rubia, el organista de la Sagrada Familia pero tambi¨¦n profesor de improvisaci¨®n de la ESMUC, para explorar el mundo sonoro de Johan Sebastian Bach. Tomar a Bach como excusa y punto de partida no es nada nuevo, pero en el escenario del Palau volvi¨® a quedar claro que la m¨²sica del Kantor de Leipzig, a pesar de las vueltas que se le puedan dar, sigue conservando esa magia que la hace id¨®nea para romper fronteras.
Dos pianos de cola y, en menor medida, el ¨®rgano del Palau sirvieron para que los dos m¨²sicos se pasearan tranquilamente desde las estrictas notas de la partitura a visiones totalmente desbocadas del universo bachiano. De una coral de la Pasi¨®n seg¨²n San Mateo o del aria de las Variaciones Goldberg a un par de composiciones propias llegando incluso a un ragtime que sorprendentemente encaj¨® a la perfecci¨®n en todo el entramado.
Fresco y a¨¦reo
M¨¢s con los dos pianos que con el ¨®rgano recrearon a un Bach fresco y a¨¦reo siendo, por momentos, bastante dif¨ªcil saber qu¨¦ pertenec¨ªa al compositor alem¨¢n y qu¨¦ proced¨ªa de la imaginaci¨®n de los dos int¨¦rpretes, de hecho daba igual. De la Rubia y Mezquida crearon una atmosfera densa que nadie se atrevi¨® romper con aplausos hasta el acorde final.
A los dos m¨²sicos se unieron las proyecciones cambiantes de Alba G. Corral que lucharon denodadamente contra la ya de por s¨ª exuberante plasticidad del escenario para buscar mundos paralelos de colores y luces inquietantes que complementaron a la perfecci¨®n la fuerza de la m¨²sica.
Una experiencia sumamente interesante, de las que dejan un magn¨ªfico sabor de boca que, adem¨¢s, pudo seguirse en streaming, una moda que, gracias a la pandemia, parece haber llegado para quedarse. El concierto fue seguido por 8.000 personas en las diferentes plataformas de Palau Digital.
El ciclo Fronteras seguir¨¢ con conciertos a priori tan interesantes como la Barcelona Gipsy Balcan Orchestra (14 de marzo), la violinista Mari Samuelsen (31 de marzo) y el regreso del magn¨ªfico homenaje de Noa tambi¨¦n a Bach (5 de mayo).