Abogados que van a prisi¨®n con el sumario a cuestas
Justicia avala una norma de 2008 que veta el uso del port¨¢til a los letrados que asisten en la c¨¢rcel a sus clientes
Todo parece indicar que Carles Monguilod ¡ªpelo impecable, lo mismo que el traje y la corbata¡ª se dirige al aeropuerto. Lleva una bolsa de mano y arrastra una maleta con ruedas. Pero no: est¨¢ a punto de entrar en el centro penitenciario para j¨®venes de La Roca del Vall¨¨s (Barcelona) para preparar la defensa de un cliente. En la maleta no hay ropa sino el expediente judicial, en papel, de su defendido. A Monguilod, abogado penalista, le gustar¨ªa ahorrarse la carga y llevar consigo solo el ordenador port¨¢til. Pero no puede: una circular de 2008 proh¨ªbe a los abogados, salvo casos excepcionales, e...
Todo parece indicar que Carles Monguilod ¡ªpelo impecable, lo mismo que el traje y la corbata¡ª se dirige al aeropuerto. Lleva una bolsa de mano y arrastra una maleta con ruedas. Pero no: est¨¢ a punto de entrar en el centro penitenciario para j¨®venes de La Roca del Vall¨¨s (Barcelona) para preparar la defensa de un cliente. En la maleta no hay ropa sino el expediente judicial, en papel, de su defendido. A Monguilod, abogado penalista, le gustar¨ªa ahorrarse la carga y llevar consigo solo el ordenador port¨¢til. Pero no puede: una circular de 2008 proh¨ªbe a los abogados, salvo casos excepcionales, entrar en prisi¨®n con aparatos electr¨®nicos.
Monguilod se est¨¢ moviendo para intentar cambiar las cosas. Con sumarios judiciales cada vez m¨¢s voluminosos ¡ªque incluyen varios tomos y miles de p¨¢ginas¡ª, el proceso de imprimir el papel y transportarlo hasta el locutorio de la c¨¢rcel donde se entrevistar¨¢ con su cliente le parece desfasado. La cosa se complica cuando hay que visitar a varios reos, en distintas prisiones, un mismo d¨ªa. Le ocurre a menudo.
El abogado escribi¨® al director de Puig de les Basses (Girona), donde tiene presos a algunos de sus clientes, para pedirle acceder con el port¨¢til. La solicitud fue denegada: ¡°No ser¨¢ posible. Hemos de seguir la normativa vigente¡±. Monguilod le respondi¨® instando a cambiar una ¡°normativa incomprensible que perjudica el derecho de defensa¡±. Puso la situaci¨®n en conocimiento del Colegio de Abogados de Girona y de la consejera de Justicia, Ester Capella.
La norma que dificulta el acceso de ordenadores es una circular aprobada en 2008 por el entonces secretario de servicios penitenciarios, Albert Batlle. Ese texto se redact¨® pensando en ¡°atenuar los riesgos¡± que supone el contacto de las c¨¢rceles con el exterior. Y proh¨ªbe de forma expresa, entre otras cosas, el uso de ¡°ordenadores¡± y otros aparatos, tambi¨¦n por parte de los letrados. Solo podr¨¢n usarlos ¡°en un momento puntual por un motivo determinado¡± y siempre con la ¡°autorizaci¨®n expresa del director¡± del centro.
Consultado sobre este problema, el Departamento de Justicia defiende que los riesgos siguen ¡°vigentes¡±, y m¨¢s si se tiene en cuenta la ¡°evoluci¨®n tecnol¨®gica¡± experimentada desde entonces. Justicia se apoya en una consulta hecha a Europris ¡ªuna organizaci¨®n que facilita la coordinaci¨®n y las buenas pr¨¢cticas en las c¨¢rceles europeas¡ª que constata una prohibici¨®n general de introducir dispositivos electr¨®nicos.
En esa misma l¨ªnea, Justicia cree que ¡°no se puede generalizar el uso al tratarse de un recinto de seguridad¡±, pero matiza que en ocasiones se permite el uso del port¨¢til. Sobre todo, ¡°en procedimientos muy complejos con un volumen importante de documentaci¨®n¡±. Y recuerda que las videoconferencias son una forma de sortear el problema del papel.
Monguilod, abogado de casos c¨¦lebres de ayer y de hoy ¡ªEl Vaquilla, la farmac¨¦utica de Olot, Javier Cercas, Eric Abidal, el caso 3% o el m¨¢s reciente Bar?agate¡ª insiste en que hay que cambiar ¡°normas absurdas que no responden a las necesidades actuales¡±. Y a?ade que hacerlo en Catalu?a, con competencias propias en materia de prisiones, abrir¨ªa la puerta a conseguirlo, tambi¨¦n, en el resto de Espa?a.