En libertad la acusada de quemar la furgoneta de la Guardia Urbana en Barcelona: no es la de las im¨¢genes
Una prueba pericial concluye que la complexi¨®n f¨ªsica de Sara Caterina Casiccia no se corresponde con la persona que arroja l¨ªquido inflamable al veh¨ªculo policial
Sara Caterina Casiccia ha pasado 20 d¨ªas en prisi¨®n provisional por unos hechos que dif¨ªcilmente pudo cometer. La ciencia forense ha acreditado que Casiccia, de 35 a?os, no es la mujer que prendi¨® fuego a una furgoneta de la Guardia Urbana durante una de las protestas celebradas en Barcelona para exigir la liberaci¨®n del rapero Pablo Has¨¦l. Aquel incidente marc¨® un antes y un despu¨¦s en el deven...
Sara Caterina Casiccia ha pasado 20 d¨ªas en prisi¨®n provisional por unos hechos que dif¨ªcilmente pudo cometer. La ciencia forense ha acreditado que Casiccia, de 35 a?os, no es la mujer que prendi¨® fuego a una furgoneta de la Guardia Urbana durante una de las protestas celebradas en Barcelona para exigir la liberaci¨®n del rapero Pablo Has¨¦l. Aquel incidente marc¨® un antes y un despu¨¦s en el devenir de las protestas: los pol¨ªticos cerraron filas contra la violencia y los jueces enviaron a prisi¨®n a Casiccia y a otras siete personas de un supuesto grupo anarquista por homicidio en grado de tentativa y pertenencia a grupo criminal, entre otros delitos.
Desde este lunes por la noche, como ha avanzado la Cadena SER, Casiccia vuelve a estar en la calle. La titular del juzgado de instrucci¨®n n¨²mero 2 de Barcelona, que dirige la investigaci¨®n, orden¨® su puesta en libertad. ¡°Revisada la documentaci¨®n presentada por la defensa¡±, se?ala el auto, ¡°procede dejar sin efecto al auto de prisi¨®n¡±. Casiccia, sin embargo, permanece como investigada, ha tenido que entregar su pasaporte y debe comparecer peri¨®dicamente en el juzgado.
La liberaci¨®n de Casiccia ha sido posible gracias a la magia que, en ocasiones, opera la ciencia forense en los procesos judiciales. Su abogado, Jos¨¦ Manuel del R¨ªo, analiz¨® las im¨¢genes grabadas aquella noche. Y comprob¨® que las fotograf¨ªas muestran a Casiccia momentos despu¨¦s de ser detenida por, presuntamente, arrojar una botella de vidrio contra la l¨ªnea policial. Los v¨ªdeos sobre el lanzamiento de un artefacto incendiario contra la furgoneta, sin embargo, ense?an a una persona distinta. El letrado encarg¨® una pericial antropom¨¦trica (un an¨¢lisis de peso, talla, complexi¨®n...) para darle un barniz cient¨ªfico a lo que era una obviedad y convenci¨® incluso a la Fiscal¨ªa, que se sum¨® a la petici¨®n de la defensa de dejarla en libertad.
El escrito denuncia la ¡°identificaci¨®n claramente err¨®nea¡± de la mujer por parte de los Mossos d¡¯Esquadra. El atestado se?ala que la mujer que arroja un l¨ªquido incendiario sobre el fuego de una bengala ¡ªlo que provoc¨® el incendio de la furgoneta¡ª vest¨ªa ¡°tejanos, botas de color marr¨®n, una pieza de ropa al cuello de color lila y gorro en la cabeza¡±. La polic¨ªa auton¨®mica asegura sin ninguna duda que esa persona es Casiccia.
Las im¨¢genes de la detenci¨®n, sin embargo, demuestran que Sara ni llevaba tejanos (sino un pantal¨®n negro tipo pitillo), ni botas marrones (eran negras) ni llevaba nada al cuello, ni tampoco gorro. ¡°De un vistazo inicial ya se acredita que la fisonom¨ªa y la ropa de mi mandante nada tienen que ver con la de la persona que roc¨ªa ese l¨ªquido¡±. M¨¢s a¨²n: fue detenida en Rambla Catalunya con C¨°rsega por supuestos delitos de ¡°des¨®rdenes p¨²blicos y atentado a la autoridad¡±. ¡°Por error¡±, denuncia el abogado, en el atestado del d¨ªa siguiente se dice que fue detenida en la calle Valencia, donde s¨ª fueron arrestados los siete presuntos miembros del grupo anarquista.
El elemento que para los Mossos la vincula a ese grupo es un mechero que todos ellos tienen de la misma marca. Del R¨ªo replica: ¡°No se puede mantener a nadie en prisi¨®n por tener un mechero¡± igual al resto; menos a¨²n si resulta que ese mechero es el que ¡°venden en pack con el tabaco Horizon¡±, una marca de tabaco de liar muy barato. ¡°Es el mechero de todos los pobres¡±, le dijo la mujer. Al abogado le parece ¡°grotesco¡± que los Mossos destacan el ¡°olor a gasolina¡± en la ropa de Casiccia, porque ese dato se puede aplicar a ¡°cualquiera de los much¨ªsimos manifestantes¡± que estuvieron all¨ª esa noche ¡°expuestos a los humos de contenedores quemados¡±.
El abogado pidi¨® su puesta en libertad con el argumento de que Sara, de nacionalidad italiana, tiene arraigo en Barcelona, donde trabaja como artista en la cooperativa La Bonita. ¡°No sabemos si gustar¨¢ m¨¢s o menos que se dedique a las artes esc¨¦nicas, al circo o incluso a hacer malabares en un sem¨¢foro¡±, ironiza el abogado.
Casiccia y su familia han sufrido por la difusi¨®n de sus datos y su imagen en los ¨²ltimos d¨ªas. Al estar en prisi¨®n, la mujer se ha sentido m¨¢s ¡°en una burbuja¡±, matiza su abogado. Su puesta en libertad anima al resto de acusados, que ven en los errores de los Mossos una oportunidad para lograr, tambi¨¦n, salir de prisi¨®n.