Los abusos machistas acechan a las repartidoras
Las trabajadoras de plataformas digitales denuncian casos de hombres que las reciben desnudos y que condicionan su puntuaci¨®n a asumir sus peticiones
¡°Un d¨ªa un se?or mayor me pidi¨® que le llevara el pedido a la cocina. Mientras se lo dejaba sobre el m¨¢rmol se abri¨® un poco el albornoz, estaba desnudo, y me pregunt¨® si yo le har¨ªa un trabajito¡±. Ana Mesones explica, con rabia, c¨®mo las mujeres que se dedican al reparto a domicilio de plataformas como Glovo, Deliveroo, Uber Eats... son todav¨ªa m¨¢s vulnerables que sus compa?eros y, a la vez, v¨ªctimas de actitudes machistas y delictivas.
Mesones tiene 29 a?os y es rider desde los 16. ¡°Antes nos llamaban reparti...
¡°Un d¨ªa un se?or mayor me pidi¨® que le llevara el pedido a la cocina. Mientras se lo dejaba sobre el m¨¢rmol se abri¨® un poco el albornoz, estaba desnudo, y me pregunt¨® si yo le har¨ªa un trabajito¡±. Ana Mesones explica, con rabia, c¨®mo las mujeres que se dedican al reparto a domicilio de plataformas como Glovo, Deliveroo, Uber Eats... son todav¨ªa m¨¢s vulnerables que sus compa?eros y, a la vez, v¨ªctimas de actitudes machistas y delictivas.
Mesones tiene 29 a?os y es rider desde los 16. ¡°Antes nos llamaban repartidoras¡±. En 2014 dej¨® la paqueter¨ªa al uso y fue una de las primeras mujeres en fichar, siempre pag¨¢ndose sus cotizaciones a la Seguridad Social como trabajadora aut¨®noma, por Deliveroo y, posteriormente, por Glovo, donde trabaj¨® hasta febrero de este 2021. ¡°Ahora trabajan muchas m¨¢s mujeres, pero no es un trabajo t¨ªpico de mujeres porque priorizamos otras alternativas como las de dependientas de tiendas de ropa o de maquillaje. El problema es que con la pandemia la gente se ha lanzado directamente a Glovo. No hay nada m¨¢s y eso lo han aprovechado por ejemplo en las tarifas. Al principio por cada pedido Glovo pagaba 2,40 euros al rider. Ahora es poco m¨¢s de un euro. Es la gran explotaci¨®n¡±, lamenta.
Mesones no pedalea sino que entrega los pedidos en moto. ¡°Glovo es la ¨²nica plataforma que te permite comprar cualquier cosa. Al principio era un desastre y me hab¨ªan llegado a enviar a por una televisi¨®n de 40 pulgadas con la moto. Era complicado hacerles entender que no me iba a caber ese trasto en la moto¡±, sonr¨ªe. Con los a?os ha ido coleccionando malas experiencias. ¡°He trabajado m¨¢s de 18 horas seguidas encima de una moto, he visto c¨®mo se llevaban detenidos a compa?eros porque, como se puede hacer de recadero, les han utilizado para llevar droga dentro de una funda de gafas sin que ellos lo supieran. Al principio a¨²n podr¨ªas rozar los 2.000 euros brutos al mes. ?ltimamente a duras penas llegaba a los 200 euros netos¡±, lamenta.
¡°Hay aplicaciones en las que aparece mi cara y mi nombre. Antes incluso estaba el n¨²mero de tel¨¦fono e incluso el cliente te ten¨ªan geolocalizada. Siempre ha habido mucho machismo, pero durante el confinamiento se dispararon los pedidos en los que llegabas y te encontrabas hombres sin camiseta o sin pantalones directamente¡±, denuncia. Es aqu¨ª donde comienzan los problemas.
¡°Te chantajean. Te dicen que te tomes algo con ellos porque de lo contrario te pondr¨¢n una mala puntuaci¨®n. Saben que la plataforma te penalizar¨¢ y te dar¨¢ menos horas de trabajo. Hay aplicaciones que permiten al cliente pagar en efectivo. Entonces te dicen que si no entras en su casa no te pagan. Es repugnante: juegan con nuestro poco dinero y, sobre todo, con nuestra dignidad¡±, denuncia.
CC OO ha publicado un peque?o informe que lleva por t¨ªtulo Repartidores y repartidoras de plataforma digital: Condiciones laborales, necesidades, demandas y perspectivas donde 18 repartidoras detallan, de forma an¨®nima, lo vulnerable que les hacen sus trabajos. Carmen Juares es una de las responsables del sindicato en Catalu?a y coautora del informe. Es tajante en sus conclusiones: ¡°Las mujeres se encuentran en una situaci¨®n mucho m¨¢s precaria, teniendo que soportar propuestas sexuales de personas que despu¨¦s te punt¨²an y depende de ellas que puedas tener trabajo y ganar algo de dinero¡±.
La Asociaci¨®n Espa?ola de Econom¨ªa Digital (Adigital) ha contabilizado 3.042 riders aut¨®nomos en toda Catalu?a aunque Juares cree que ¡°podr¨ªan ser m¨¢s del triple¡±. Los c¨¢lculos de la autora del informe se basan en la experiencia: ¡°Hay muchos trabajadores en situaci¨®n irregular que acaban alquilando una cuenta a otro repartidor. El propietario de la cuenta se queda el valor de entre el 30% y el 40% de lo que gane el trabajador en situaci¨®n irregular. Glovo, por ejemplo, sobrepunt¨²a a aquellos que m¨¢s pedidos hacen. Las cuentas alquiladas no suelen tener muchos puntos. Quien tiene m¨¢s puntos tiene preferencia y tiene m¨¢s horas. Lo que acaban haciendo los trabajadores en situaci¨®n irregular es comprando horas (pagan a otro compa?ero 50 euros por entre cuatro y ocho horas diarias)¡±, comienza a describir las vulnerabilidades.
Cap¨ªtulo aparte son las no tan pocas ocasiones en que el que ha alquilado la cuenta a una persona sin papeles cambia la contrase?a y se queda con sus ingresos. ¡°No suelen denunciar porque no tienen nada, tienen miedo a ir a la polic¨ªa y la plataforma se desentiende de todo¡±, lamenta. El problema es que este tipo de actitudes y explotaciones tiende a copiarse en plataformas de limpieza a domicilio, montaje de muebles... ¡°Y con el aumento de servicios el acoso a mujeres cada vez va a m¨¢s¡±, lamenta.
El informe de CC OO recoge algunos testimonios, an¨®nimos, que apuntan a clientes que incluso cometieron actos delictivos. ¡°El cliente abri¨® la puerta y estaba desnudo y la rider le dej¨® el pedido y se fue r¨¢pidamente¡±, ¡°Eres muy guapa, dame tu n¨²mero¡¡±¡ Repartidoras que acabaron a patadas con un cliente que se sobrepas¨® y posteriormente el cliente se veng¨®: ¡°Me puntu¨® mal, dijo que nunca le hab¨ªa entregado el pedido y que nunca llegu¨¦. Me bajaron la puntuaci¨®n y me cerraron la cuenta durante tres d¨ªas en los que no pude trabajar¡±.
La mayor¨ªa de riders no se atreven a denunciar las situaciones de acoso y menos a criticar p¨²blicamente a las plataformas. Camila, nombre ficticio, tiene 34 a?os, es especialista en Marketing y hace tres a?os que migr¨® desde su Venezuela natal hasta Barcelona. Ha tenido encontronazos de todos tipos. ¡°En los bares se sorprenden cuando ven que es una mujer rider y, a veces, te acosan. Luego, los clientes. He tenido clientes que salen a buscar el pedido en ropa interior o con una toalla. Yo siempre intento quedarme con el ascensor abierto, no entrar en el piso y no dar pie a nada pero es dif¨ªcil. Tambi¨¦n me he topado con situaciones complicadas como que te rodeen en plena calle y te intenten robar¡±, lamenta.
Por su parte, las plataformas se escudan en documentos internos contrarios a estas actitudes. Glovo ha asegurado a EL PA?S que tienen una ¡°pol¨ªtica de tolerancia cero contra el acoso o la discriminaci¨®n¡±. La plataforma cuenta con un c¨®digo de ¨¦tica y conducta empresarial que fija la relaci¨®n entre la plataforma y sus clientes, proveedores, repartidores¡ en el apartado n¨²mero tres de este documento se puede leer: ¡°No se toleran la violencia f¨ªsica, las amenazas, los castigos corporales, la coerci¨®n mental, el abuso verbal, el comportamiento irrespetuoso, la intimidaci¨®n o el acoso de ning¨²n tipo¡±. Una portavoz de la empresa asegura que de producirse una situaci¨®n de acoso las riders pueden ¡°reportar la informaci¨®n a la compa?¨ªa para su an¨¢lisis y valoraci¨®n¡±. La misma fuente asegura que la plataforma ¡°colabora activamente¡± con las polic¨ªas a la que entrega todos los datos si se abren investigaciones.