El hecho diferencial de D¨ªaz Ayuso
Al reivindicar una supuesta identidad madrile?a, la candidata del PP intenta consolidar a la comunidad de Madrid como la genuina representante de un neonacionalismo espa?ol desacomplejado y excluyente
Qui¨¦n pod¨ªa imaginar que las elecciones auton¨®micas de Madrid girar¨ªan alg¨²n d¨ªa en torno a la defensa de una supuesta identidad madrile?a amenazada. D¨ªaz Ayuso ha apostado en esta campa?a por la polarizaci¨®n porque es la mejor forma de sortear las evidentes carencias de su pol¨ªtica, especialmente en la gesti¨®n de la pandemia. Como se vio en el ¨²nico debate en el que particip¨®, la candidata del PP se maneja mucho mejor en la confrontaci¨®n ideol¨®gica que en la discusi¨®n de las pol¨ªticas p¨²blicas, y tampoco le interesa el cuerpo a cuerpo con sus adversarios. Ella apunta por elevaci¨®n: Madrid con...
Qui¨¦n pod¨ªa imaginar que las elecciones auton¨®micas de Madrid girar¨ªan alg¨²n d¨ªa en torno a la defensa de una supuesta identidad madrile?a amenazada. D¨ªaz Ayuso ha apostado en esta campa?a por la polarizaci¨®n porque es la mejor forma de sortear las evidentes carencias de su pol¨ªtica, especialmente en la gesti¨®n de la pandemia. Como se vio en el ¨²nico debate en el que particip¨®, la candidata del PP se maneja mucho mejor en la confrontaci¨®n ideol¨®gica que en la discusi¨®n de las pol¨ªticas p¨²blicas, y tampoco le interesa el cuerpo a cuerpo con sus adversarios. Ella apunta por elevaci¨®n: Madrid contra el gobierno de Pedro S¨¢nchez, consciente de que si le sale bien el envite, puede aspirar a mucho m¨¢s.
A la izquierda le resulta dif¨ªcil confrontar con una ret¨®rica destructiva que desprecia la verdad y el debate racional
En la primera fase de la campa?a llev¨® claramente la iniciativa con una dicotom¨ªa tan forzada como falsa, la elecci¨®n entre ¡°libertad o socialismo¡± y ¡°libertad o comunismo¡±, como si el PSOE y Unidas Podemos fueran fuerzas totalitarias, cuando es ella quien se dispone a gobernar con Vox, el partido de la ultraderecha que se permite proponer la expulsi¨®n de sus adversarios de la pol¨ªtica y hasta del pa¨ªs.
La tendencia a la polarizaci¨®n y al populismo son fen¨®menos globales, pero D¨ªaz Ayuso ha llevado los postulados del trumpismo a un extremo dif¨ªcilmente soportable. Y muy dif¨ªcil de combatir. A la izquierda educada en los principios de la ilustraci¨®n, acostumbrada a utilizar la racionalidad en su aproximaci¨®n a la realidad, le resulta especialmente penoso confrontar con una ret¨®rica destructiva que desprecia la verdad, en la que no importan los hechos sino las percepciones, y en la que predominan los elementos emocionales. En este aspecto, la campa?a de Ayuso ha entrado en perfecta sinergia con la de Vox. Cuando Santiago Abascal arremete contra el ¡°consenso progre¡±, no ataca ¨²nicamente el ideario progresista. Ataca sobre todo la b¨²squeda del di¨¢logo y el consenso como m¨¦todo democr¨¢tico de resoluci¨®n de conflictos.
No resultaba f¨¢cil para la izquierda responder con acierto a este envite. El candidato socialista, ?ngel Gabilondo, ha sido criticado por haberse dejado arrastrar a la din¨¢mica de polarizaci¨®n y a la confrontaci¨®n ideol¨®gica, en lugar de intentar un debate sereno. Pero ?qu¨¦ otra salida ten¨ªa? Resulta injusto culpar ahora de polarizar a quien era la v¨ªctima propiciatoria de la estrategia polarizadora de D¨ªaz Ayuso. Intentar debatir desde la racionalidad y el respeto con quien no est¨¢ en absoluto interesado en hacerlo solo conduce a la frustraci¨®n y a la melancol¨ªa.
Siempre que ha perdido el poder, la derecha espa?ola ha recurrido a agudizar la confrontaci¨®n para recuperarlo. Fue la estrategia de Aznar (¡°paro, despilfarro y corrupci¨®n¡±) para desbancar a Gonz¨¢lez; la de Rajoy (¡°usted traiciona a los muertos permitiendo la recuperaci¨®n de ETA¡±), para derribar a Rodr¨ªguez Zapatero, y esa es ahora tambi¨¦n la estrategia del PP contra Pedro S¨¢nchez: primero calificando de golpe de Estado la moci¨®n de censura y ahora que S¨¢nchez ha sido refrendado en las urnas, considerando ileg¨ªtimo el gobierno por las alianzas que lo sostienen.
La ¨²ltima deriva de D¨ªaz Ayuso resulta especialmente sorprendente. En su estrategia de confrontaci¨®n con S¨¢nchez no ha dudado en utilizar algunos de los planteamientos que tanto criticaba el PP en el secesionismo catal¨¢n: una constante insumisi¨®n a las normas y una clamorosa deslealtad institucional. Con la misma virulencia con la que acusaba a Pedro S¨¢nchez de cercenar la libertad de los madrile?os con el decreto del estado de alarma, critica ahora que el Gobierno central no quiera prorrogarlo.
Siempre que ha perdido el poder, la derecha espa?ola ha recurrido a la confrontaci¨®n para intentar recuperarlo
Pero lo m¨¢s relevante de esta deriva es su reivindicaci¨®n de una supuesta identidad madrile?a amenazada por la alianza social-comunista, que tiene como ¡°hecho diferencial¡± un sentido de la libertad que seg¨²n ella no se dar¨ªa en otras partes de Espa?a. Pero, ?qu¨¦ identidad diferencial tiene Madrid, una sociedad de aluvi¨®n donde las haya, con un 40% de su poblaci¨®n venida de fuera? ?Y qu¨¦ libertad es la que est¨¢ amenazada, la de salir por las noches a tomar unas ca?as? ?La libertad de hacer lo que a cada uno le venga en gana sin tener en cuenta el coste para los dem¨¢s?
En realidad, cuando Ayuso proclama que ¡°Madrid es Espa?a dentro de Espa?a¡± y defiende una identidad diferencial madrile?a, est¨¢ intentando presentar a la comunidad de Madrid y su capital como las genuinas depositarias de un neonacionalismo espa?ol desacomplejado y excluyente que niega, como siempre ha hecho, la legitimidad de cualquier otra identidad nacional. La identidad de Madrid de la que habla Ayuso es el nacionalismo espa?ol. Combina un discurso desafiante con aromas de franquismo y una insolencia que le permite sortear cualquier exigencia de responsabilidad por las pol¨ªticas aplicadas, las que han dejado en la estacada a los m¨¢s vulnerables. Sobrecoge ver c¨®mo banaliza los asuntos m¨¢s serios alguien que ha tenido y puede seguir teniendo el poder de arruinar la vida de mucha gente.