La excepci¨®n se llama M¨®nica Garc¨ªa
M¨¢s Madrid ha demostrado que es posible una izquierda encarnada, es decir, apegada a la realidad, capaz de poner a debate las condiciones de la vida cotidiana de la mayor¨ªa de los ciudadanos
En la campa?a electoral madrile?a cada candidato ha representado exactamente el papel que se esperaba, con una sola excepci¨®n: M¨®nica Garc¨ªa. Con su liderazgo, M¨¢s Madrid ha demostrado que es posible una izquierda encarnada, es decir, apegada a la realidad, capaz de poner a debate las condiciones de la vida cotidiana de la mayor¨ªa y firmemente alejada del modelo de izquierda elitista y autocomplaciente en el que se est¨¢ perdiendo Podemos.
M¨®nica Garc¨ªa, mujer y m¨¦dica, ha llevado a la campa?a algo que va muy escaso: la empat¨ªa. Mientras cada cual proyectaba sus fantas¨ªas personales sobr...
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En la campa?a electoral madrile?a cada candidato ha representado exactamente el papel que se esperaba, con una sola excepci¨®n: M¨®nica Garc¨ªa. Con su liderazgo, M¨¢s Madrid ha demostrado que es posible una izquierda encarnada, es decir, apegada a la realidad, capaz de poner a debate las condiciones de la vida cotidiana de la mayor¨ªa y firmemente alejada del modelo de izquierda elitista y autocomplaciente en el que se est¨¢ perdiendo Podemos.
M¨®nica Garc¨ªa, mujer y m¨¦dica, ha llevado a la campa?a algo que va muy escaso: la empat¨ªa. Mientras cada cual proyectaba sus fantas¨ªas personales sobre la escena, ella ha hablado desde el reconocimiento de los problemas de la ciudadan¨ªa y ha intentado encauzar el debate sobre ellos encontrando escaso eco en sus adversarios. Una manera de actuar que le est¨¢ dando un reconocimiento creciente y que deber¨ªa obligar a reflexionar al resto de la izquierda. A los socialistas, para regresar sin temor a la tradici¨®n socialdem¨®crata, y al mundo de Podemos, para bajar a la tierra.
La candidata est¨¢ marcando el camino: m¨¢s empat¨ªa, m¨¢s palabra, menos ret¨®rica y menos simplismoLa candidata est¨¢ marcando el camino: m¨¢s empat¨ªa, m¨¢s palabra, menos ret¨®rica y menos simplismo
Es cierto que hemos pasado de la sociedad espect¨¢culo al s¨®rdido juego del exhibicionismo y al combate. Pero la pol¨ªtica de estrellato medi¨¢tico tiene sus l¨ªmites: porque se sube y se baja con suma facilidad y porque no es lo mismo aplaudir al gladiador que darle confianza. Sobre todo cuando abunda en un discurso muy pautado, que suena a lenguaje de casta. M¨¢s Madrid ha puesto en evidencia el viejo y gran problema de Podemos (que desde su origen se viene manifestando sin que sus responsables hayan querido darse por enterados). ?D¨®nde ha tenido Podemos sus ¨¦xitos? Donde iba asociado con organizaciones arraigadas en el lugar: las mareas en Galicia, los comunes en Catalu?a, Comprom¨ªs en Valencia, Carmena y los suyos en Madrid. Solos no se bastan. ?Se han preguntado por qu¨¦?
M¨®nica Garc¨ªa est¨¢ se?alando el camino para la consolidaci¨®n de una federaci¨®n de izquierdas encarnadas, si se me permite la expresi¨®n. M¨¢s pol¨ªtica, m¨¢s empat¨ªa, m¨¢s palabra, menos ret¨®rica, menos simplismo ideol¨®gico. Es cierto que en estas elecciones auton¨®micas est¨¢ en disputa la hegemon¨ªa dentro de la derecha en Espa?a, pero pueden ser tambi¨¦n el principio de una transformaci¨®n del mapa de las izquierdas que se configur¨® a partir de 2014.
La pol¨ªtica de estrellato medi¨¢tico tiene sus l¨ªmites: porque se sube y se baja con suma facilidadLa pol¨ªtica de estrellato medi¨¢tico tiene sus l¨ªmites: porque se sube y se baja con suma facilidad
Por lo dem¨¢s, nada nuevo. La presidenta Isabel D¨ªaz Ayuso hace camino con su carrusel de la alegr¨ªa. Un relato en el grado cero de la pol¨ªtica para evitar el escrutinio de su gesti¨®n. ?C¨®mo se explica que una parte significativa de la ciudadan¨ªa le compre el discurso de chica pija que piensa que todo el mundo es como ella y que Madrid es jauja? ¡°Cuando uno viene a Madrid se lo pasa bien y tiene m¨²ltiples formas de empezar de cero una vida y puedes cambiar de empresa y cambiar de pareja y no encontr¨¢rtela nunca m¨¢s¡±, dice la presidenta. El hecho ilustrativo e inquietante del estado de este para¨ªso es que el 78 % de los votantes del Partido Popular prefieran a Vox como aliado del pr¨®ximo Gobierno auton¨®mico. De modo que las elecciones de Madrid son las del reajuste reaccionario de la derecha espa?ola. La fiesta de la alegr¨ªa es la celebraci¨®n del rencor.
Y ante la apoteosis del trumpismo versi¨®n castiza, camino del autoritarismo postdemocr¨¢tico, los socialistas no consiguen remontar el vac¨ªo ideol¨®gico en el que les coloc¨® la asunci¨®n incondicional de la revoluci¨®n neoliberal y el entierro silencioso de la socialdemocracia. Ni siquiera han querido darse cuenta de lo que ha captado Joe Biden en Estados Unidos: que se han abierto unas fracturas en la sociedad que exigen un retorno a las pol¨ªticas de reconstrucci¨®n social: priorizar la educaci¨®n, subir la presi¨®n fiscal a los que tienen m¨¢s, invertir dinero p¨²blico a tope. El presidente Pedro S¨¢nchez sigue instalado en el discurso de la moderaci¨®n (de Illa a Gabilondo) de recorrido manifiestamente limitado, con el riesgo a?adido de quedarse fuera de los focos.
Mientras tanto, a gusto en la salsa de Ayuso, Vox se regodea en la pelea, prepar¨¢ndose para marcar a la presidenta cuando dependa de ellos. La confrontaci¨®n es su signo de identidad y permite a Abascal marcar el paso a la derecha, mientras Ciudadanos se hunde en la indefinici¨®n que casi siempre es el destino de los so?adores de este conjunto vac¨ªo llamado centro. Y en la izquierda solo M¨¢s Madrid parece interesado en la pregunta clave: ?por qu¨¦ parte de sus antiguos votantes huyen frustrados hacia la derecha ruidosa, castrense y castrante?