Eso que llaman libertad
Un paseo, una ca?a, m¨¢s consumo y menos impuestos. En la Comunidad de Madrid este estilo qued¨® sintetizado en una palabra mayor. Un concepto may¨²sculo y fundacional de la democracia
Pocas personas parecen saber hoy en Espa?a qu¨¦ distingue a un liberal de un socialista o un conservador¡±. As¨ª empezaba la ponencia sobre ideolog¨ªa aprobada por el Partido Liberal en su VI congreso. Madrid, junio de 1985. La defendi¨® Esperanza Aguirre en nombre de la formaci¨®n coaligada a Alianza Popular. Y aunque m¨¢s tarde se fusionar¨ªa en el actual PP, ella sigui¨® defendiendo aquellos principios que mantiene vivos e inalterables distanci¨¢ndola incluso de Mariano Rajoy. Hace pues 35 a?os que ya se encomendaba a ¡°la tarea ilusionante y ambiciosa que permitir¨¢ el florecimiento de las libertades ...
Pocas personas parecen saber hoy en Espa?a qu¨¦ distingue a un liberal de un socialista o un conservador¡±. As¨ª empezaba la ponencia sobre ideolog¨ªa aprobada por el Partido Liberal en su VI congreso. Madrid, junio de 1985. La defendi¨® Esperanza Aguirre en nombre de la formaci¨®n coaligada a Alianza Popular. Y aunque m¨¢s tarde se fusionar¨ªa en el actual PP, ella sigui¨® defendiendo aquellos principios que mantiene vivos e inalterables distanci¨¢ndola incluso de Mariano Rajoy. Hace pues 35 a?os que ya se encomendaba a ¡°la tarea ilusionante y ambiciosa que permitir¨¢ el florecimiento de las libertades individuales, de la creatividad art¨ªstica, cient¨ªfica y cultural de los hombres y mujeres de todos los pueblos de Espa?a, que en lugar de instalarse como par¨¢sitos a la sombra de un aparato estatal que les adormece y esclaviza, como proponen los socialistas, deciden construir una nueva generaci¨®n de ciudadanos libres que con creatividad, esp¨ªritu innovador y tenacidad saquen a Espa?a del pesimismo en el que los largos a?os de estatismo la han sumido y hagan posible una Espa?a en libertad, esa libertad que es garant¨ªa de una felicidad humana y de la plenitud espiritual¡±.
Este p¨¢rrafo, adaptado a las circunstancias, pareci¨® inspirar a Isabel D¨ªaz Ayuso la noche del martes. Exultante, agradecida y emocionada por su aplastante victoria solt¨® algunas de aquellas ideas y muchos conceptos del ideario incorporado que conform¨® su discurso breve, contundente y amenazante. Pod¨ªa sentirse satisfecha. Hab¨ªa ganado en 176 de los 179 municipios de su autonom¨ªa, cambiado el rojo tradicional del cintur¨®n del sur de la comunidad por el azul que parec¨ªa exclusivo de selectos barrios de la capital y urbanizaciones circundantes. Hab¨ªa superado las encuestas m¨¢s favorables, doblado votos y esca?os y rebasado la gran victoria que Aguirre le hab¨ªa dado al PP en las mismas elecciones unos a?os antes. Y por si fuera poco, le permit¨ªa clamar ante el horizonte mesetario que desean sus oponentes y envidian sus compa?eros: ¡°Esta tierra es m¨ªa¡±.
Seguramente sin aquella torticera y frustada maniobra a la sombra en Murcia nada hubiera sido igualSeguramente sin aquella torticera y frustada maniobra a la sombra en Murcia nada hubiera sido igual
Quiz¨¢s porque se lo cree, quiz¨¢s porque su mentora pol¨ªtica y antecesora en el mismo cargo la ilustr¨® en ello, quiz¨¢s por estrategia ya dibujada durante la pandemia y base de su discurso estas ¨²ltimas semanas, quiz¨¢s porque as¨ª entiende Madrid, quiz¨¢s, una gran parte de Madrid le ha respondido aceptando su relato basado en una predicada manera de sentir y vivir. Un paseo, una ca?a, m¨¢s consumo y menos impuestos. Y ese estilo qued¨® sintetizado en una palabra mayor. Un concepto may¨²sculo y fundacional de la democracia: Libertad.
Las razones de una victoria sin paliativos siempre hay que buscarlas en muchos frentes. Tambi¨¦n en los errores ajenoLas razones de una victoria sin paliativos siempre hay que buscarlas en muchos frentes. Tambi¨¦n en los errores ajeno
As¨ª, lo que para la Aguirre de aquella lejana ponencia supon¨ªa desmarcarse tanto del franquismo como del socialismo entonces prometedor de Felipe Gonz¨¢lez, para la Ayuso actual los mismos peligros los encarna Pedro S¨¢nchez. Y si entonces la derecha presentaba al andaluz como un riesgo de colectivizaci¨®n, nacionalizaci¨®n, expropiaci¨®n y dictadura del proletariado, hoy dibuja al actual inquilino de Moncloa como un peligro tambi¨¦n para la unidad de Espa?a por sus amistades peligrosas. Especialmente por su socio de gobierno a quien, seg¨²n el mismo Iglesias en la noche de su adi¨®s, los mecanismos del Estado le han convertido en el chivo expiatorio hasta empujarle a prescindir de cargo.
<CW-22>Las razones de una victoria sin paliativos siempre hay que buscarlas en muchos frentes. Tambi¨¦n en los errores ajenos. En este caso en los de la izquierda que baj¨® a la arena de la provocaci¨®n, se otorg¨® el papel de propietario de las esencias, las invoc¨® en otro manique¨ªsmo simplista y se olvid¨® de vivir. La que quiso aprovechar una coyuntura mal interpretada y peor dise?ada de descabalgar a la derecha de sus feudos y potenci¨® un efecto mariposa que tras un estornudo en Murcia provoc¨® una pulmon¨ªa en Madrid. Seguramente sin aquella torticera y frustrada maniobra a la sombra del temor pand¨¦mico nada hubiera sido igual. Y aunque sea ucron¨ªa porque no sabemos qu¨¦ hubiera pasado de haber sido lo que no fue, s¨ª que puede concluirse que el PP convirti¨® en gran baza su gesti¨®n en Madrid, s¨®lo en Madrid, de la doble crisis.
</CW>Un modelo posible gracias a la Espa?a de las autonom¨ªas que, pasado por el guion adaptado del independentismo catal¨¢n, le ha facilitado a Ayuso un papel discordante oponi¨¦ndose en nombre de la libertad a todo lo planteado por el Gobierno, convertido en el enemigo del pueblo. Por eso, Ciudadanos que siempre ha presumido de un ideario liberal ha sido barrido. Le han robado la cartera y desde la derecha. La izquierda, proteccionista con toques paternalistas, deber¨ªa recordar que la modernizaci¨®n a la que obligar¨¢n los fondos europeos pasa por mantener ese esp¨ªritu abandonado. El que tambi¨¦n defini¨® uno de sus fil¨®sofos predilectos: ¡°El hombre nace libre, responsable y sin excusas¡±. Jean Paul Sartre.