Barcelona permitir¨¢ la implantaci¨®n de ¡®electrolineras¡¯ en aparcamientos y en la periferia
La nueva normativa posibilitar¨¢ multiplicar por seis los puntos de carga en la ciudad
En su estrategia para hacer m¨¢s sostenible la movilidad de Barcelona (primando los desplazamientos a pie, en bici, en transporte p¨²blico y en veh¨ªculos el¨¦ctricos), el Ayuntamiento ha presentado un ...
En su estrategia para hacer m¨¢s sostenible la movilidad de Barcelona (primando los desplazamientos a pie, en bici, en transporte p¨²blico y en veh¨ªculos el¨¦ctricos), el Ayuntamiento ha presentado un plan especial urban¨ªstico (PEU) para regular la implantaci¨®n de nuevas electrolineras (puntos de recarga) y puntos de intercambio de bater¨ªas. El plan, al que ha dado tr¨¢mite la comisi¨®n de gobierno municipal, tendr¨¢ que pasar por el pleno. El ejecutivo de la alcaldesa, Ada Colau, asegura que Barcelona es la primera ciudad espa?ola que regula las electrolineras.
El PEU para implantar estas instalaciones rompe con la f¨®rmula por la que se apost¨® cuando irrumpieron los primeros coches el¨¦ctricos, que fue instalar puntos de recarga en la v¨ªa p¨²blica (ahora un 20% de los enchufes est¨¢ en la calle y el 80% restante, en aparcamientos). Con vistas al futuro, la idea es que no ocupen m¨¢s espacio p¨²blico, ya muy disputado, y se creen en aparcamientos p¨²blicos y privados pero de acceso p¨²blico (salvo en los barrios donde no existen estas infraestructuras); o en la periferia de la ciudad y zonas industriales. Los aparcamientos que podr¨ªan acoger instalaciones son 491, seg¨²n el Ayuntamiento. El plan tambi¨¦n contempla la posibilidad de transformar gasolineras (ser¨ªa posible en 51 de las 92 que hay), talleres mec¨¢nicos o concesionarios en puntos de recarga.
La teniente de alcalde de Ecolog¨ªa, Urbanismo y Movilidad, Janet Sanz, enmarca este plan en el conjunto de medidas que la ciudad ha tomado en los ¨²ltimos seis a?os para conseguir una movilidad m¨¢s sostenible: desde la pacificaci¨®n de calles, o la Zona de Bajas Emisiones (ZBE), hasta otras normativas, como la restricci¨®n a abrir nuevas gasolineras o la reducci¨®n del n¨²mero de plazas de aparcamiento en los nuevos edificios.
¡°La ciudad quiere ser aliada de la movilidad el¨¦ctrica y por eso la preparamos. Si queremos que en 2030 la gente solo haga en coche privado los trayectos imprescindibles y que sean en veh¨ªculo el¨¦ctrico, debemos resolver el acceso a los puntos de recarga¡±, afirma Sanz. En total, el plan prev¨¦ capacidad para que la ciudad multiplique por seis las actuales instalaciones de recarga: de 100 (que suman unos 900 enchufes) a 500. El Consistorio no se aventura a cuantificar cu¨¢ntos enchufes puede acabar teniendo la ciudad en estos puntos.
¡°El despliegue del veh¨ªculo el¨¦ctrico ha comenzado y lo har¨¢ con m¨¢s fuerza, es un cambio industrial que Barcelona debe facilitar¡±, argumenta Sanz, que recuerda tambi¨¦n las quejas vecinales que en distritos como Sant Mart¨ª provocaron los proyectos de nuevas gasolineras. La teniente de alcalde defiende pues los nuevos emplazamientos, aprovechando los aparcamientos de rotaci¨®n p¨²blicos y privados que ya est¨¢n repartidos por toda la ciudad, que proporcionan ¡°condiciones de emplazamiento para dar una buena cobertura y que se concentren en determinados barrios¡±. Tambi¨¦n se podr¨¢n implantar en el entorno de las rondas de circunvalaci¨®n y en pol¨ªgonos industriales. El PEU tambi¨¦n prev¨¦ ubicar puntos de recarga en los aparcamientos de centros comerciales.
Intercambio de bater¨ªas
¡±Nos permite mejorar y asegurar la integraci¨®n y reducir el impacto de la actividad en la vida de los vecinos, evitando la saturaci¨®n del espacio p¨²blico, con problemas de ruido o movilidad¡±, se?ala la teniente de alcalde que defiende que ¡°el urbanismo puede estar al servicio, al mismo tiempo, de la sostenibilidad y la econom¨ªa¡±.
Adem¨¢s de las electrolineras, el plan contempla la creaci¨®n de puntos de intercambio de bater¨ªas. Un servicio cada vez m¨¢s demandado por fabricantes y usuarios, sobre todo los que reparten mercanc¨ªas y no pueden esperar a que el veh¨ªculo con el que trabajan se recargue.
Los puntos de recarga en el espacio p¨²blico seguir¨¢n siendo de impulso p¨²blico. Durante 10 a?os se podr¨¢n implantar en calles (excepto de peatones o cascos antiguos). Para los puntos destinados a veh¨ªculos de transporte p¨²blico, taxis o flotas de servicios municipales, se podr¨¢ alargar la duraci¨®n de la instalaci¨®n. Ahora, por ejemplo, en el F¨°rum hay un punto de recarga de autobuses de TMB el¨¦ctricos.