El denso tr¨¢nsito entre pol¨ªtica y justicia
La declaraci¨®n de inconstitucionalidad de parte del decreto que el Gobierno utiliz¨® para hacer frente a la pandemia cae sobre mojado, confirmando una inercia que empieza a ser ya gravemente peligrosa
La politizaci¨®n de la justicia est¨¢ creando un clima de desconfianza que en nada favorece a la reputaci¨®n de las instituciones. Por supuesto, las decisiones de los jueces son de su exclusiva responsabilidad. Pero los comportamientos de algunos partidos desplazando sistem¨¢ticamente a los tribunales problemas que no deb¨ªan haber salido nunca de la pol¨ªtica (c¨®mo hizo el presidente Rajoy con la cuesti¨®n catalana) o utilizando el juzgado de guardia o el recurso al Constitucional como arma habitual en la batalla pol¨ªtica, como viene haciendo la derecha cada vez que fracasa en sus objetivos, tienen ...
La politizaci¨®n de la justicia est¨¢ creando un clima de desconfianza que en nada favorece a la reputaci¨®n de las instituciones. Por supuesto, las decisiones de los jueces son de su exclusiva responsabilidad. Pero los comportamientos de algunos partidos desplazando sistem¨¢ticamente a los tribunales problemas que no deb¨ªan haber salido nunca de la pol¨ªtica (c¨®mo hizo el presidente Rajoy con la cuesti¨®n catalana) o utilizando el juzgado de guardia o el recurso al Constitucional como arma habitual en la batalla pol¨ªtica, como viene haciendo la derecha cada vez que fracasa en sus objetivos, tienen efectos demoledores sobre la imagen de los tribunales invitados a pronunciarse sobre cuestiones que vienen marcadas por las confrontaciones parlamentarias.
La declaraci¨®n de inconstitucionalidad de parte del decreto de confinamiento que el Gobierno utiliz¨® para hacer frente a la pandemia por la v¨ªa de la activaci¨®n del estado de alarma cae sobre mojado, confirmando una inercia que empieza a ser ya gravemente peligrosa. Sorprende que se aprecien los supuestos establecidos en la ley org¨¢nica 4/1981 para declarar el estado de excepci¨®n a la hora de responder a la pandemia, como si ¡°el libre ejercicio de los derechos y libertades de los ciudadanos, el normal funcionamiento de las instituciones democr¨¢ticas, el de los servicios esenciales para la comunidad, o cualquier otro aspecto del orden p¨²blico, resultaran gravemente alterados¡± por el efecto del virus, dicho de otro modo, como si en vez de una pandemia estuvi¨¦ramos ante un escenario de rebeli¨®n o de guerra, en una extra?a humanizaci¨®n de la covid. Y sorprende la divisi¨®n del tribunal, seis votos a cinco, en una cuesti¨®n tan sumamente delicada.
Sorprende la divisi¨®n del tribunal, seis votos a cinco, en una cuesti¨®n tan sumamente delicadaSorprende la divisi¨®n del tribunal, seis votos a cinco, en una cuesti¨®n tan sumamente delicada
Me parece muy bien que los jueces, que son ciudadanos como todos, por mucho que lleven toga, tengan sus opiniones, sus creencias y querencias personales. Y no es dif¨ªcil deducir que la mayor¨ªa se sit¨²a en el ¨¢mbito de la derecha por razones de casta, de transmisi¨®n y de tradici¨®n. Nada me horrorizar¨ªa m¨¢s que tribunales en manos de ciudadanos perfectos, por encima del bien y del mal, es decir, de monstruos. Pero precisamente porque entiendo que son como todos, con el a?adido de la competencia debida sobre sus materias, creo que deber¨ªan asumir que la tarea de un tribunal, sea jurisdiccional o constitucional, es aplicar la ley pensando en dar soluci¨®n al conflicto planteado, no en agravarlo.
Las diferencias tan profundas solo se pueden explicar porque la legislaci¨®n no sea suficientemente expl¨ªcitaLas diferencias tan profundas solo se pueden explicar porque la legislaci¨®n no sea suficientemente expl¨ªcita
Y aqu¨ª volvemos a la responsabilidad de los pol¨ªticos. Si las decisiones de los tribunales resultan a menudo sospechosas, la culpa es en buena parte de la frivolidad de los partidos (especialmente de la derecha y su concepci¨®n patrimonial del Estado) que tratan de utilizarlos en beneficio propio, meti¨¦ndoles en l¨ªos que no tocaban o impidiendo el normal funcionamiento institucional. Por ejemplo, neg¨¢ndose a renovar los ¨®rganos judiciales que dependen de las mayor¨ªas parlamentarias. Cuando el PP bloquea sistem¨¢ticamente la renovaci¨®n del Consejo General del Poder Judicial y de los cuatro magistrados con mandato caducado del Constitucional, incumpliendo sistem¨¢ticamente los plazos legales, est¨¢ levantando acta p¨²blica de la politizaci¨®n de la justicia, porque cree que tiene en ambas instituciones un equilibrio favorable y no quiere perderlo. Un juego mezquino de intereses que acaba da?ando a la totalidad del sistema de poderes, rompiendo sus equilibrios m¨¢s elementales.
Y por si fuera poco, fruto de la sentencia del Constitucional, en un momento de rebrote de la pandemia, las comunidades aut¨®nomas se encuentran ahora con sus posibilidades de actuaci¨®n cercenadas. No pretendo defender la actuaci¨®n de los gobernantes en un tema en que han imperado el desconocimiento y la improvisaci¨®n. Y es imprescindible un an¨¢lisis riguroso de la gesti¨®n de la pandemia pensando en hipot¨¦ticas crisis futuras. Pero lo que no se entiende es que desde la propia pol¨ªtica, con las denuncias para poner en apuros al adversario y con sus incumplimientos, y desde los tribunales con caprichosas exhibiciones de autoridad se pongan obst¨¢culos a una tarea que es de todos.