Las contradicciones de la estrategia S¨¢nchez para Catalu?a
El anuncio sobre el aeropuerto de Barcelona es un buen ejemplo de lo que nos espera. Tiene brillo por los n¨²meros pero viene cargado de dudas: sobre las prioridades, los tiempos y las promesas
El acuerdo de ampliaci¨®n del aeropuerto de Barcelona-El Prat, pomposamente anunciado sin reparar en la infinidad de flecos pendientes, y el despliegue de la negociaci¨®n bilateral entre los dos gobiernos, dan pistas sobre la estrategia del Gobierno espa?ol para Catalu?a, deudora del modelo vasco de relaci¨®n con el Estado y no exenta de cierta melancol¨ªa del pujolismo. El Partido Nacionalista Vasco (PNV) viene desarrollando un eficaz posibilismo, que el proceso independentista conden¨® en Catalu?a al olvido, y que parece ahora repuntar t¨ªmidamente. El objetivo ¡ªo la ilusi¨®n, para ser m¨¢s preciso¡ª...
El acuerdo de ampliaci¨®n del aeropuerto de Barcelona-El Prat, pomposamente anunciado sin reparar en la infinidad de flecos pendientes, y el despliegue de la negociaci¨®n bilateral entre los dos gobiernos, dan pistas sobre la estrategia del Gobierno espa?ol para Catalu?a, deudora del modelo vasco de relaci¨®n con el Estado y no exenta de cierta melancol¨ªa del pujolismo. El Partido Nacionalista Vasco (PNV) viene desarrollando un eficaz posibilismo, que el proceso independentista conden¨® en Catalu?a al olvido, y que parece ahora repuntar t¨ªmidamente. El objetivo ¡ªo la ilusi¨®n, para ser m¨¢s preciso¡ª del presidente Pedro S¨¢nchez ser¨ªa conseguir que la mayor¨ªa de los catalanes y de sus responsables institucionales acaben asumiendo t¨¢citamente la conclusi¨®n a la que ya llegaron hace tiempo los vascos: que la independencia puede ser un riesgo muy superior que la permanencia. Dif¨ªcil tarea.
Doy por asumidas las enormes diferencias entre las dos naciones en potencia que siguen en err¨¢tica espera de realizarse en acto. Con dos recordatorios basta: El peso del Pa¨ªs Vasco en el PIB espa?ol est¨¢ en torno al 6%, el de Catalu?a, en torno al 19%, lo que da la medida del distinto impacto sobre el conjunto si las cosas se descontrolan. Y el Pa¨ªs Vasco est¨¢ todav¨ªa elaborando el grave trauma de los a?os del terrorismo que fracturaron la sociedad y borraron del horizonte cualquier fantas¨ªa rupturista, mientras Catalu?a, por su parte, vive la primera resaca de la aventura independentista con conciencia creciente de lo que tr¨¢gicamente sus dirigentes no quisieron asumir en octubre de 2017: el programa de m¨¢ximos no est¨¢ en el orden del d¨ªa. ?Hay espacio entonces para una estrategia conciliadora que permita dejar atr¨¢s la respuesta estrictamente judicial que consagr¨® el PP?
De la habilidad de S¨¢nchez para generar impactos (asumiendo riesgos si es necesario) no hay duda. Pero, en el sistema de comunicaci¨®n actual, los impactos son ef¨ªmeros si despu¨¦s no se alimentan adecuadamente. La sociedad ha amortizado r¨¢pidamente los indultos, porque para la mayor¨ªa de catalanes era lo m¨¢s l¨®gico. Ni se produjo el choque que la derecha buscaba, ni ha sido un b¨¢lsamo definitivo. ?Hasta d¨®nde est¨¢ dispuesto a llegar el presidente?
El anuncio sobre el aeropuerto de Barcelona es un buen ejemplo de lo que nos espera. Tiene brillo por los n¨²meros que lo acompa?an, empezando por los 1.700 millones de euros de inversi¨®n, pero al mismo tiempo viene cargado de dudas: sobre las prioridades, sobre los tiempos y la realidad de las promesas, sobre la necesidad (?hacia d¨®nde ir¨¢ la aviaci¨®n despu¨¦s de la pandemia?) y sobre la oportunidad (los efectos en plena crisis ecol¨®gica). El proyecto divide a la sociedad y al propio independentismo, lo cual puede tener el efecto positivo de acabar con los debates de una sola direcci¨®n. Es decir, llevarnos al territorio de la complejidad, poniendo en su sitio a la simplificaci¨®n de las adhesiones incondicionales y evitando encallar en la l¨®gica autodestructiva del ¡°lo toma o lo deja¡±. Que se abra el debate ideol¨®gico ¡ªm¨¢s all¨¢ de las grandes promesas¡ª y que la actual coalici¨®n de Gobierno catal¨¢n se libere de los censores que pretenden definir los l¨ªmites de lo posible, siempre bajo la m¨¢scara de la raz¨®n patri¨®tica.
Evidentemente, la derecha espa?ola ha puesto el grito en el cielo: el Estado est¨¢ en almoneda, S¨¢nchez compra al independentismo. A pesar de su fracaso contra los indultos, seguir¨¢ sin dar tregua, con un argumento sensible: el agravio comparativo, supuestamente ¨²til para comer terreno al PSOE en otras comunidades. Con lo cual la estrategia socialista de apaciguamiento de Catalu?a requerir¨ªa de un impulso descentralizador de amplio espectro. Y frente al que Madrid con su descarado abuso de posici¨®n pondr¨¢ el grito en el cielo.
Para que la estrategia del PSOE funcione tienen que madurar tantas cosas que parece imposible. Y se requiere una firmeza en hacer de las propuestas realidad que es dudoso que resista a cualquier impacto negativo en las encuestas. ?Qui¨¦n podr¨¢ m¨¢s: las fuerzas de bloqueo o los que son capaces de entender que hay que hacer de la oportunidad virtud, que es en definitiva el verdadero sentido de la pol¨ªtica? ?D¨®nde est¨¢ la oportunidad? Lo que para unos es un paso adelante, para otros es la claudicaci¨®n, lo que para unos es imposible para otros es innegociable. La oportunidad viene de que, aunque las relaciones de fuerzas son desiguales, nadie est¨¢ en condiciones para imponer su soluci¨®n. Y eso quiere decir que hay que hacer pol¨ªtica.