Las mejores bravas del mundo
El Bananas de Villapalacios (Albacete) es un local familiar de buenas tapas que hizo los primeros c¨®cteles y pizzas de la comarca
Villapalacios ostent¨® durante a?os un merecido r¨¦cord: era el pueblo de la provincia de Albacete donde m¨¢s cerveza se consum¨ªa. Desde la capital llegaba a diario ¡ªa 98 kil¨®metros de distancia¡ª un cami¨®n entero cargado de mahous solo para nutrir las neveras de sus bares. No era extra?o. Cuando un grupo de familiares o amigos se reun¨ªan en uno de ellos, llamados casi siempre por el nombre de sus due?os o sus motes: Augusto y Dionisia, Moh¨ªno, Lolo e In¨¦s, Chicharro, Valent¨ªn, Bolsos, Juampe, Capi, Bananas o la Gasoli...
Villapalacios ostent¨® durante a?os un merecido r¨¦cord: era el pueblo de la provincia de Albacete donde m¨¢s cerveza se consum¨ªa. Desde la capital llegaba a diario ¡ªa 98 kil¨®metros de distancia¡ª un cami¨®n entero cargado de mahous solo para nutrir las neveras de sus bares. No era extra?o. Cuando un grupo de familiares o amigos se reun¨ªan en uno de ellos, llamados casi siempre por el nombre de sus due?os o sus motes: Augusto y Dionisia, Moh¨ªno, Lolo e In¨¦s, Chicharro, Valent¨ªn, Bolsos, Juampe, Capi, Bananas o la Gasolinera, entre otros, la cerveza se ped¨ªa por cajas y no por botellines. Y los cubatas de cola o lim¨®n con ginebra Larios, en barre?os.
Pero eso ha cambiado. A mitad de julio el ¨²nico bar abierto en Villapalacios, por una causa u otra, era el Bananas, propiedad de Miguel ?ngel Montano, Jeta, y de su mujer Nieves Berjaga, que llevan al frente de este negocio desde 1989, cuando tras casarse decidieron no volver a trabajar a los hoteles de Palma, como hac¨ªan la mayor¨ªa en Villapalacios en busca de un futuro mejor, y quedarse con el negocio que hab¨ªa abierto el padre de ¨¦l en 1980 como Bar de Todos. ¡°Era, como mi abuela Celia, fiel seguidor de Adolfo Su¨¢rez y votante del CDS y quer¨ªa que a su bar fuera todo el mundo; ricos y pobres, de derechas y de izquierdas. Y yo intento seguir su filosof¨ªa¡±, reconoce ¨¦l. ¡°Decidimos quedarnos. Sabiendo que no ser¨ªa f¨¢cil. De hecho, mi suegro nos dijo que mont¨¢ramos un s¨²per, que era menos esclavo, pero no conoc¨ªamos ese mundo¡±, apunta Nieves.
Han pasado 32 a?os y el Bananas ha ido mutando con el paso del tiempo. ¡°Cuando nos lo quedamos ten¨ªamos 22 y 21 a?os y quer¨ªamos tener tiempo libre. Por eso transformamos el bar en un pub, en la primera cocteler¨ªa de la zona. Abr¨ªamos a las siete de la tarde y cerr¨¢bamos a las tres o las cuatro de la madrugada. Fue un ¨¦xito, ganamos mucho dinero durante unos cuatro a?os y nos lo pasamos muy bien¡±. En el interior del bar se conservan todav¨ªa elementos de entonces, como una palmera de atrezzo en mitad de la sala y un mural cer¨¢mico con una paradisiaca playa, adem¨¢s de algunas de las copas con forma de cr¨¢teres y pi?as donde serv¨ªan los ex¨®ticos combinados que se tomaban con largas pajas. ¡°Pero luego abrieron otros pubs en el pueblo y tuvimos que cambiar¡±.
Fue entonces cuando ¨¦l decidi¨® meterse a la cocina. Y cre¨® su famosa Ensalada de gorrino donde hab¨ªa de todo lo que es capaz de dar ese animal. ¡°Todo el mundo la ped¨ªa¡±, asegura Miguel. Y Nieves se hizo cargo del servicio en la sala. ¡°Hay que valer para esto; acabas siendo psic¨®loga¡±, explica ella sin dejar de sonre¨ªr.
Pero en Villapalacios, como en muchos de los pueblos de la llamada Espa?a vaciada, el negocio, antes y m¨¢s ahora, se produce cuando hay fiestas: Semana Santa, Navidad y, sobre todo, verano y alrededor del 14 de septiembre, festividad del Santo Cristo, el d¨ªa m¨¢s grande de la historia de Villapalacios. ¡°No ten¨ªamos terraza y eso nos quitaba clientes. Fue entonces cuando cog¨ª el carro y me fue de fiesta en fiesta haciendo pizzas, que nadie hac¨ªa¡±, dice ¨¦l. El carro es un antepasado de las ahora famosas food truck donde Miguel recorr¨ªa todos los pueblos de los alrededores. ¡°En muchos sitios tambi¨¦n nos qued¨¢bamos con la barra del bar de la verbena¡±, apunta Nieves.
Durante siete u ocho a?os alternaron el Bananas con el bar que abre en verano en el recinto de la piscina municipal. ¡°El a?o que Grease arrasaba en el cine compr¨¦ en el chatarrero un [Seat] 1500 y lo pusimos en mitad de la pista. Los que arreglaban la carretera nacional nos pintaron se?ales de tr¨¢fico y la gente se sub¨ªa al coche y hac¨ªa las coreograf¨ªas de John Travolta y Olivia Newton-John. Los s¨¢bados cerr¨¢bamos a las nueve de la ma?ana¡±, recuerdan.
Mojitos incre¨ªbles
A?o de fundaci¨®n: 1980, por Pedro Montano, padre del actual propietario, conocido en el pueblo por 'Jeta' desde que siendo un ni?o y jugando a los toros se cay¨® de bruces y todos los dem¨¢s cr¨ªos (?acos en villapalacense) dijeron "?se ha roto la jeta!". Su hijo peque?o Miguel ?ngel lo ha heredado. "Pon Jeta, que as¨ª todo el mundo sabr¨¢ de qui¨¦n est¨¢s hablando, si pones Miguel ?ngel igual no", dice.
Propietario: Miguel ?ngel Montano y Nieves Berjaga.
Plato recomendado. Oreja a la plancha, rabo frito, queso frito con mermelada, matrimonios y patatas bravas.
La mejor hora para ir: Por la noche, a cenar y a beberse un mojito que Miguel prepara de forma especial. Le salen incre¨ªbles.
Miguel ya no sale con su carro, pero las pizzas se han quedado en la carta ¡ªy en el letrero luminoso de la puerta del bar situado en la c¨¦ntrica calle de los Charcos¡ª, de este local que cuenta desde hace unos a?os con terraza en la que poder disfrutar, sobre todo durante el fresco de la noche, tomando unas tapas entre las que siguen destacando ¡ªahora por separado¡ª todos los productos del cerdo: oreja a la plancha, rabo frito y carne en salsa, pero tambi¨¦n el queso frito con mermelada de tomates o higos y los ¡°matrimonios¡± (anchoa y boquer¨®n sobre pan tostado con mahonesa), dos aut¨¦nticas delicatessen. Pero la estrella son las patatas bravas, que para muchos de los del pueblo y de los que siempre que podemos vamos de fuera son las mejores del mundo, a base de buen aceite (que dan los olivares, principal riqueza de Villapalacios), piment¨®n y alg¨²n secreto que no revela Miguel. Tampoco se quedan atr¨¢s el tomate y el pepino de la huerta de Miguel y Nieves, aut¨¦ntico kil¨®metro 0.
¡°Nunca hemos tirado la toalla. Decidimos quedarnos y siempre hemos ido a por todas, aunque hemos trabajado mucho. M¨¢s, cuando mejor se lo pasa la gente. Y eso es muy duro. Pero nunca nos ha dado miedo cambiar y adaptarnos¡±, explican.
En pandemia tuvieron el bar cerrado cinco meses. ¡°Nunca he tenido tantas vacaciones¡±, media ¨¦l. Los dos y sus hijos Miguel ?ngel, economista de 28, y Carlos, inform¨¢tico de 25, han pasado el coronavirus. ¡°Han sido momentos muy dif¨ªciles en los que pens¨¢bamos que no podr¨ªamos continuar y le dimos vueltas a la idea que lanz¨® el abuelo de montar un s¨²per. Porque nos queda todav¨ªa mucho por pedalear. Por suerte, parece que la cosa va a mejor¡±, prosigue la en¨¦rgica pareja, mientras hacen lo que m¨¢s les gusta hacer cuando acaba la jornada: sentarse en una de las mesas de la terraza del Bananas a charlar con los clientes rezagados que se toman un cubata o un mojito de Miguel, otra especialidad, recuerdo de los primeros tiempos de este bar pionero. Es el mejor final posible para una cena perfecta.