Can Jordi, el bar que devolvi¨® la vida a Espinavell
Este lugar es restaurante, tienda y punto de encuentro para vecinos, monta?eros y visitantes
Es un pueblo tan peque?o que no tiene ni tiendas, ni bar. T¨ªpica frase a la que se recurre para ilustrar la realidad de peque?as poblaciones. Pues Espinavell, en el Pirineo, tiene solo 30 vecinos. Y desde 2004, vuelve a tener bar. Y tienda. Y restaurante. Que tambi¨¦n es el comedor del refugio de monta?a. Can Jordi. Bar, restaurante. Vinos y ultramarinos, anuncia su r¨®tulo. Un todo-en-uno que ha devuelto la vida a la poblaci¨®n.
Eva Mart¨ªnez-Pic¨® recuerda el d¨ªa que abrieron tras casi una d¨¦cada cerrado. A la primera vecina que entr¨® le brillaban los ojos. Mayor para salir del pueb...
Es un pueblo tan peque?o que no tiene ni tiendas, ni bar. T¨ªpica frase a la que se recurre para ilustrar la realidad de peque?as poblaciones. Pues Espinavell, en el Pirineo, tiene solo 30 vecinos. Y desde 2004, vuelve a tener bar. Y tienda. Y restaurante. Que tambi¨¦n es el comedor del refugio de monta?a. Can Jordi. Bar, restaurante. Vinos y ultramarinos, anuncia su r¨®tulo. Un todo-en-uno que ha devuelto la vida a la poblaci¨®n.
Eva Mart¨ªnez-Pic¨® recuerda el d¨ªa que abrieron tras casi una d¨¦cada cerrado. A la primera vecina que entr¨® le brillaban los ojos. Mayor para salir del pueblo, llevaba muchos a?os sin poder ir a comprar. Eva (periodista) y su compa?ero, Pau Bas (artista), llegaron aqu¨ª tras dos a?os buscando un lugar para marcharse de Barcelona y emprender un proyecto personal. Muy vinculados al barrio G¨®tico, hab¨ªan decidido ¡°huir de la Barcelona postol¨ªmpica donde la presi¨®n tur¨ªstica se hab¨ªa hecho insoportable¡±. ¡°El lugar apareci¨®¡±, evoca sobre Espinavell, a 1.300 metros de altitud, bajo el imponente pico del Costabona.
Can Jordi es restaurante (cinco mesas), es bar (en la terraza te quedar¨ªas horas y horas) y es tienda (con lo b¨¢sico, desde detergente hasta leche, pasando por macarrones y verdura). Durante el a?o abre los viernes, s¨¢bados y domingos. En verano, tambi¨¦n los mi¨¦rcoles y jueves.
El local tiene muchas caras a lo largo del d¨ªa. Jornadas que empiezan muy pronto con los desayunos de los monta?eros que se alojan en el refugio (que Eva abri¨® a?os despu¨¦s en el edificio de la antigua escuela) y entrada la tarde con las cenas tambi¨¦n del refugio. En medio, turistas que toman algo; grupos de ciclistas que se sientan a comer para reponerse; vecinas que hacen la compra; veraneantes de la comarca que suben a tomar el aperitivo en la terraza; comidas a mediod¨ªa; ni?os que quieren un helado¡ Durante los meses m¨¢s duros de la pandemia, Eva fue la ¨²nica persona del pueblo que sali¨® a comprar: listas de supermercado, de material did¨¢ctico, cargadores de m¨®vil, pescado, carne¡
¡°No solo abrimos un bar¡±, es consciente Eva. Pau muri¨® de una enfermedad degenerativa en verano de 2006. Pese a la sacudida, ella no se plante¨® volver a la ciudad. Sigui¨® al frente de Can Jordi, tras el mostrador y cocinando (espectacular) atenta a las peculiaridades y productos de la cocina de monta?a: las patatas, el potro, el saber femenino vinculado a las hierbas. Durante los a?os de la crisis econ¨®mica, mantuvo una doble vida laboral, como t¨¦cnica de desarrollo local.
Con una bestial capacidad de trabajo, abri¨® el refugio y para dinamizarlo cre¨® la marca Domini d¡¯Isards, una estaci¨®n de trailrunning y senderismo desde la que organiza rutas, marchas, o monogr¨¢ficos de fin de semana para corredores (y uno espec¨ªfico para corredoras que tiene mucho ¨¦xito). Implicada en la gesti¨®n del uso p¨²blico de los espacios naturales, colabor¨® tambi¨¦n en el impulso del Parc Natural de les Cap?aleres del Ter i del Freser, el m¨¢s joven de todos los que tiene Catalunya.
¡°Abrir Can Jordi hizo que Espinavell volviera a ser un pueblo, no solo un lugar donde ir a dormir¡±, celebra Eva sobre un enclave que hace siglos lleg¨® a tener 400 habitantes. El negocio tambi¨¦n ha supuesto ¡°crear empleo para gente joven y del pueblo en un lugar donde no se generaba¡±. En verano son tres: Eug¨¨nia, Marc y Mar.
Administrativamente, la poblaci¨®n depende del Ayuntamiento de Moll¨® y es conocida por la Tria de Mulats, en octubre, cuando los caballos bajan de los pastos de verano y se celebra un mercado en el que se compra el ganado. El consistorio sabe que Espinavell es el ¨²ltimo reducto de autenticidad y lo cuida. Tambi¨¦n los vecinos est¨¢n atentos y son sensibles a la evoluci¨®n del pueblo. La oferta tur¨ªstica es proporcional y caben los coches que caben, de forma que la afluencia se regula de forma natural.
El v¨ªnculo de Eva con el territorio se ha estrechado con su pareja actual, ?ngel Freixa, ganadero. ¡°Me ha ayudado a entenderlo todo todav¨ªa m¨¢s, y a dejar de tener la mirada rom¨¢ntica para tener la rural, m¨¢s dura. El sector primario es el ¨²nico que no ha pasado la revoluci¨®n industrial en relaci¨®n a los derechos de los trabajadores, horarios, fiestas¡¡±, alerta. La guinda (por ahora, porque Eva siempre barrunta nuevos proyectos) ha sido convertir el taller de carpinter¨ªa de Pau en una peque?a casa rural.
Muchos bares en uno
A?o de fundaci¨®n y due?os del bar. Reabri¨® en 2004. Eva Mart¨ªnez-Pic¨®.
Un plato o una bebida recomendada: Cualquier plato de carne de potro y refresco de sa¨²co: de sabor sorprendente e ideal al bajar de la monta?a.
La mejor hora para ir: Depende de para qu¨¦ vayas, Can Jordi son muchos bares en uno.