Una familia que consigui¨® el 25% de castellano en un colegio de Lleida: ¡°Acab¨¦ cambiando a los ni?os de centro¡±
En 2015, el Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a oblig¨® a una escuela a impartir m¨¢s horas en espa?ol
El acoso que denuncia la familia de Canet de Mar (Barcelona) por reclamar m¨¢s horas lectivas en castellano tiene precedentes. En 2015 se produjo un caso id¨¦ntico en Balaguer (Lleida) y, en aquella ocasi¨®n, la familia acab¨® ...
El acoso que denuncia la familia de Canet de Mar (Barcelona) por reclamar m¨¢s horas lectivas en castellano tiene precedentes. En 2015 se produjo un caso id¨¦ntico en Balaguer (Lleida) y, en aquella ocasi¨®n, la familia acab¨® renunciando a la aplicaci¨®n de la sentencia, cerrando un negocio y enviando a sus hijos a estudiar a 30 kil¨®metros tras sufrir la presi¨®n vecinal e institucional. Han pasado seis a?os desde entonces, los menores siguen estudiando lejos de su casa y los padres han renunciado a pedir m¨¢s ense?anza en castellano para ellos.
Ana Bel¨¦n Moreno fue la madre que llev¨® la educaci¨®n de sus hijos ante los tribunales. ¡°En el parvulario vi que todo era en catal¨¢n. Me dijeron que ten¨ªa que esperarme a primero y ya ver¨ªa c¨®mo adquir¨ªan el nivel. Me hab¨ªan tomado el pelo. El libro de castellano era rid¨ªculo. Siempre digo lo mismo: era como quien va el primer d¨ªa de clase a estudiar chino. Busqu¨¦ alternativas pero no hab¨ªa, y por eso acab¨¦ recurriendo a la justicia¡±, recuerda Moreno.
A principios de septiembre de 2015 se conoci¨® la noticia. El Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a ordenaba que el aula de P5 (infantil) y la de segundo de primaria ¡ªen las que estudiaban los hijos de Moreno¡ª del colegio Gaspar de Portol¨¤ de Balaguer impartieran el 25% de clases en castellano. ¡°Faltaba una semana para que empezaran las clases y ya me llegaban mensajes de que hab¨ªa amiguitos de mis hijos a los que sus familias les hab¨ªan prohibido jugar con mis ni?os. Yo ten¨ªa un bar con un chiquiparc, el Petit Mon se llamaba. Empezaron a anularme cumplea?os contratados semanas antes¡±, prosigue Moreno. Rememora aquellos d¨ªas como una ca¨ªda hacia el ostracismo: ¡°Era el a?o 2015, con todo aquel caldo de cultivo independentista, y vi que mis hijos se quedaban solos y sin amigos¡±.
Se convocaron manifestaciones en la puerta de la escuela. ¡°Nos se?alaron. El delegado de educaci¨®n de la Generalitat en Lleida estuvo presion¨¢ndome cinco horas en mi negocio, cont¨¢ndome las virtudes de la inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica catalana. Llegu¨¦ a temer por la integridad de mis hijos y decid¨ª renunciar a la aplicaci¨®n de la sentencia y enviarles a Lleida a estudiar en otro colegio¡±, recuerda la mujer.
Al final, ella tuvo que cerrar el negocio, al que ya no iba nadie. ¡°Hoy s¨¦ que es una utop¨ªa estudiar castellano en Catalu?a. Puedo estudiar en el Liceo franc¨¦s pero no en castellano. La familia de Canet se enfrenta a una lucha contra gigantes, a presiones y a pasarlo mal solo por reivindicar el derecho de sus hijos¡±, concluye.