La culpa no es del independentismo
PP y PSOE pagan ahora su incapacidad para afrontar el agotamiento del bipartidismo que estaba asfixiando el sistema sin que nadie osara abrir puertas y ventanas
?La crisis del PP tiene alguna relaci¨®n con Catalu?a y con el conflicto catal¨¢n? Algunas voces pretenden atribuir la debacle de la derecha y el ascenso de Vox a la larga cadena de efectos del proc¨¦s, coartada para todo dislate.
Es cierto que Catalu?a ha sido uno de los primeros territorios en que el PP ha entrado en barrena. De hecho, despu¨¦s del per¨ªodo en que sostuvo la mayor¨ªa parlamentaria de Converg¨¨ncia bajo la presidencia de Artur Mas, el PP ha ido a la deriva hasta el desastre final con el sorpasso de Vox en el Parlament y el solitario esca?o de Cayetana ?lvarez de...
?La crisis del PP tiene alguna relaci¨®n con Catalu?a y con el conflicto catal¨¢n? Algunas voces pretenden atribuir la debacle de la derecha y el ascenso de Vox a la larga cadena de efectos del proc¨¦s, coartada para todo dislate.
Es cierto que Catalu?a ha sido uno de los primeros territorios en que el PP ha entrado en barrena. De hecho, despu¨¦s del per¨ªodo en que sostuvo la mayor¨ªa parlamentaria de Converg¨¨ncia bajo la presidencia de Artur Mas, el PP ha ido a la deriva hasta el desastre final con el sorpasso de Vox en el Parlament y el solitario esca?o de Cayetana ?lvarez de Toledo en el Parlamento espa?ol. Y es cierto tambi¨¦n que Vox ha encontrado en el conflicto soberanista un terreno abonado para dar rienda suelta a su patriotismo fascista y xen¨®fobo, robando el voto m¨¢s radical tanto a los populares como a Ciudadanos. Cuando las situaciones se tensan, los m¨¢s aguerridos prefieren el modelo a la copia. Y Ciudadanos y PP fotografi¨¢ndose con la extrema derecha contribuyeron poderosamente al crecimiento de Vox.
Pero esto es todo. Nada permite presagiar que Vox en Catalu?a pueda condicionar mayor¨ªas de gobierno como en Espa?a. Seguir¨¢ dando batalla, pero siempre desde la marginalidad. Y que Vox haya capitalizado el conflicto soberanista no quiere decir ni de lejos que este sea la causa de que el PP est¨¦ hecho trizas.
Hay razones de fondo. Algunas las vemos en la escena internacional. No es una singularidad de Espa?a: el crecimiento de la extrema derecha y la radicalizaci¨®n de la derecha tradicional va por barrios. Y la diferencia de alcance entre pa¨ªses est¨¢ en la solidez de los reg¨ªmenes y en la capacidad de los l¨ªderes de la derecha de contrarrestar su influencia sin hacer concesiones. Vox es parte de los alarmantes signos de los tiempos, en que el dinero no hace ascos al autoritarismo. Pero si aqu¨ª la derecha lo sufre m¨¢s, es porque la izquierda ha resistido mejor que en otros lugares. De modo que el primer culpable de la desgracia del PP es el propio PP: al que el mandato de Rajoy se llev¨® por delante entre la inacci¨®n para encauzar pol¨ªticamente el conflicto catal¨¢n y la incapacidad de afrontar la realidad de un partido asolado por la corrupci¨®n. Y dej¨® v¨ªa libre a Pedro S¨¢nchez, que hab¨ªa resucitado al PSOE con el golpe democr¨¢tico que desplaz¨® a la vieja guardia. Y hay tambi¨¦n razones miserables: la pugna de egos entre personajes (Casado y Ayuso) que no dan la talla que la responsabilidad exige. Prueba incontestable de la debilidad del partido.
PP y PSOE pagan ahora su incapacidad para afrontar el agotamiento del bipartidismo que estaba asfixiando el sistema sin que nadie osara abrir puertas y ventanas. El independentismo, como Unidas Podemos o como el propio Vox, se colaron por la brecha. El monopolio bipartidista se acab¨®. No hay regreso al pasado. Y hay que reformar el r¨¦gimen en consecuencia.