Barcelona, la ciudad que no quiere a los turistas

M¨¢s de dos a?os sin ellos, sin turistas, digo.

No descubro la sopa de ajo si digo que si la pandemia ha atacado con fuerza a alg¨²n sector ha sido al del turismo (la restauraci¨®n y lo que lleva de la mano, puestos de trabajo incluidos, andan tambi¨¦n en ese gremio). Pues bien, parece que al final renace el turismo en nuestra ciudad y esta Semana Santa, tanto hoteles como apartamentos tur¨ªsticos, a pesar de un tiempo m¨¢s que regular, han colgado el cartel de completo. Las cifras, han dicho los implicados, rondaban un 90 por ciento de ocupaci¨®n, recuperando los niveles de antes del ...

M¨¢s de dos a?os sin ellos, sin turistas, digo.

No descubro la sopa de ajo si digo que si la pandemia ha atacado con fuerza a alg¨²n sector ha sido al del turismo (la restauraci¨®n y lo que lleva de la mano, puestos de trabajo incluidos, andan tambi¨¦n en ese gremio). Pues bien, parece que al final renace el turismo en nuestra ciudad y esta Semana Santa, tanto hoteles como apartamentos tur¨ªsticos, a pesar de un tiempo m¨¢s que regular, han colgado el cartel de completo. Las cifras, han dicho los implicados, rondaban un 90 por ciento de ocupaci¨®n, recuperando los niveles de antes del Mobile 2020.

Los datos dicen que los barceloneses, claro est¨¢, tambi¨¦n han aprovechado para irse a hacer turismo a otros lares.

Unos van, otros vienen¡­ la gente disfruta de otros ambientes despu¨¦s de dos a?os complicados. Bien, ?no?, pues no, parece ser que el que los barceloneses hagan turismo no est¨¢ mal, pero que vengan a disfrutar de Barcelona, al regidor de Ciutat Vella no acaba de gustarle. As¨ª, Jordi Rabassa no ha tardado en quejarse en redes sociales de que los vecinos han tenido que ¡°sufrir¡± a los temidos turistas. En concreto ha dicho que han tenido que soportar ¡°aglomeraciones insoportables¡± una situaci¨®n que, a su juicio, ¡°no aporta nada positivo¡±. Pobres vecinos, dir¨ªa una, pero por suerte el regidor tiene la soluci¨®n: ¡°no hemos aprendido que es urgente cambiar el modelo econ¨®mico¡± y que Ciutat Vella es ¡°un lugar en el que vivir y no un aparador ni un producto¡±.

Sorprende y extra?a, como me sorprenden y extra?an tantas incongruencias de nuestro Consistorio, que el que tiene la posibilidad de dar soluciones a un problema ¡ªgobiernan el Ayuntamiento de Barcelona, obviedad es recordarlo¡ª no solo no las d¨¦, sino que adem¨¢s se queje de que no las haya. Tambi¨¦n sorprende y extra?a que estos ¨²ltimos dos a?os las aceras de Barcelona, gesti¨®n de nuestra alcaldesa, se hayan llenado de terrazas de bares y restaurantes para que podamos sentarnos (a placer) o pasar (a disgusto) y que esa medida se haya hecho pensando solo en los que viven en la ciudad y no para los que vienen.

Claro que, si para unos est¨¢ mal que vengan, para otros, lo que est¨¢ mal es irse y que no digan que somos catalanes. De esta queja, de hacerla p¨²blica, se encarga Salvador Verg¨¦s, diputado de Junts: ¡°En un bar de Escocia, pides, en ingl¨¦s, pagar la cuenta. Un hombre espa?ol que hace cola por detr¨¢s te dice: ¡®Eres espa?ol, ?verdad?¡¯. Respondes, educadamente: ¡®No. I¡¯m catalan¡¯. Se ofende¡­ Entonces que se fastidie; ni eres espa?ol ni tienes porqu¨¦ cambiar del ingl¨¦s al castellano. ?O no? Firmes¡±.

No s¨¦ si es un problema de los catalanes o solo de nuestros gobernantes, pero parece que nuestro sino es la queja, si nos quedamos porque otros vienen, si nos vamos, porque los de all¨ª te saludan. A ver si va a ser que nos gusta ser v¨ªctimas.

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