Transportistas y comerciantes rechazan la idea de un peaje de cuatro euros al d¨ªa en Barcelona

Una irresponsabilidad. Una barbaridad. Un globo sonda. Falta de sentido com¨²n y di¨¢logo. Falta de conocimiento sobre la realidad profesional. Son algunos de los reproches que representantes de patronales, gremios o colegios de transportistas, comerciantes o agentes comerciales lanzan ...

Una irresponsabilidad. Una barbaridad. Un globo sonda. Falta de sentido com¨²n y di¨¢logo. Falta de conocimiento sobre la realidad profesional. Son algunos de los reproches que representantes de patronales, gremios o colegios de transportistas, comerciantes o agentes comerciales lanzan contra las entidades vecinales y ecologistas que el martes presentaron un proyecto de peaje urbano de cuatro euros al d¨ªa en Barcelona para luchar contra la contaminaci¨®n. Entre las entidades figuran la Plataforma por la Calidad el Aire, Eixample Respira o Ecologistes en Acci¨®.

La tasa, que pagar¨ªan los veh¨ªculos con solo uno o dos ocupantes, para disuadir del uso individual del coche, contempla gravar tambi¨¦n a los transportistas o profesionales que necesitan el veh¨ªculo para desplazarse (fontaneros, t¨¦cnicos de reparaciones¡­), una cuesti¨®n que las patronales rechazan de plano. Cuatro euros por 300 d¨ªas laborables son 1.200 euros de gasto anual, calculan. ¡°Parece que no se acuerden de que un juez tumb¨® la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) por c¨®mo se hizo, por excesiva¡±, advierte uno de los seis organismos consultados, entre los que se encuentran varios de los que recurrieron el veto al coche contaminante.

Jordi Mart¨ª, director del Colegio Oficial de Agentes Comerciales (4.000 en Barcelona y 12.000 en toda Catalu?a), reprocha a los impulsores ¡°que no hayan presentado el peaje en las mesas de movilidad existentes para debatirlo¡±. ¡°No se puede poner en el mismo saco la movilidad personal y la profesional. No es lo mismo llevar al ni?o al cole en coche, que estar pendiente de un pedido¡±, dice, y a?ade: ¡°No puedes hacer pagar un peaje por baja ocupaci¨®n a trabajadores que la ciudad necesita para funcionar. Los comerciales van solos en el coche¡±.

El presidente del Gremio de Transportes y Log¨ªstica de Catalu?a (adscrito a la patronal Cecot), Antonio Mart¨ªnez, defiende que el reparto de mercanc¨ªas ¡°es una cuesti¨®n de servicio p¨²bico¡±: desde la comida fresca o la bebida, a la entrega de paquetes a domicilio, en oficinas o en almacenes. ¡°Cada d¨ªa entran en Barcelona 30.000 furgonetas y camiones¡±, recuerda. Un sector donde ¡°el 80% de los trabajadores son aut¨®nomos en una situaci¨®n estructuralmente muy tocada por la subida del gas¨®leo, cobran un precio fijo y no pueden repercutir estos cuatro euros de sobrecoste, los m¨¢rgenes son muy peque?os¡±, alerta. Las grandes empresas son las que transportan camiones de Salamanca, por ejemplo, a Barcelona, explica, ¡°pero el se?or que viene rotulado de Seur es un aut¨®nomo, hay que tener sentido com¨²n y hablar con todo el mundo¡±.

El presidente de la patronal catalana de la automoci¨®n, Fecavem, y del Gremio del Motor, Jaume Roura i Calls, critica la falta de consenso de la propuesta de peaje y asegura que ¡°en Londres ya existe y el tr¨¢fico es m¨¢s ca¨®tico que en Barcelona¡±. Apela al ¡°importante papel de la movilidad privada para entender el motor de la econom¨ªa¡±, al tiempo que desacredita a los impulsores: ¡°Dijeron que eran muchas plataformas sociales y vecinales y solo asistieron ocho personas y una portavoz que nadie entiende a qui¨¦n representa¡±. Roura pide ¡°escuchar y analizar, pero en ning¨²n caso imponer una ideolog¨ªa¡±.

Tambi¨¦n cuestiona a los impulsores la portavoz de AsoParc, la asociaci¨®n de afectados por las restricciones de circulaci¨®n, M¨°nica Xufr¨¦. ¡°Eixample Respira cuelga de Barcelona en com¨², y no son representativos, act¨²an de parte de una ideolog¨ªa, no todo el mundo vive y trabaja en Barcelona¡±, asegura. Sobre la tasa, mantiene que ¡°un aut¨®nomo no puede asumir 100 euros m¨¢s de gastos, es inasumible¡±. Y sobre el transporte privado, a?ade que es necesario mejorar el transporte p¨²blico para que sea eficiente y ¡°no olvidarse de aut¨®nomos que necesitan hacer transportes de material, o entregas, tres o cuatro d¨ªas a la semana¡±. ¡°El peaje es discriminatorio, perjudica a peque?as empresas. Al final se quedar¨¢n Amazon y Ali Express y el resto, ajo y agua¡±, zanja.

Los comerciantes de Barcelona tambi¨¦n han puesto el grito en el cielo: tanto los de los ejes m¨¢s tur¨ªsticos (Barcelona Oberta) como los de barrio (Barcelona Comer?). Gabriel Jen¨¦, el presidente de Barcelona Oberta, considera la propuesta ¡°un desprop¨®sito y discriminatoria para quien necesita un veh¨ªculo para trabajar¡±. ¡°Coarta la libertad de la gente y pone a Barcelona en una situaci¨®n de p¨¦rdida de oportunidades y de capacidad de atraer a visitantes¡±, conviene, rechazando el peaje tanto para particulares como para profesionales, al tiempo que asegura: ¡°No estamos en contra de una ciudad m¨¢s sostenible y ecol¨®gica¡±.

Salva Vendrell, presidente de Barcelona Comer? califica de ¡°barbaridad¡± la tasa de cuatro euros. ¡°No estamos preparados en alternativas al coche. Mucha gente no puede llegar o salir en transporte p¨²blico, a parte de que la ciudad necesita abastecerse y quien acabar¨¢ pagando la tasa ser¨¢ el vecino, porque se la repercutir¨¢n¡±. ¡°Estamos actuando en contra de vecinos y comerciantes, no contra turistas y multinacionales, que pueden soportar el sobrecoste¡±, lamenta.

Por parte de los hoteleros de Barcelona, el director del gremio, Manel Casals, entiende que el reto de la lucha contra la contaminaci¨®n es grande, pero, considera, ¡°el problema es cuando se quiere tratar a todo el mundo igual¡±. En el Gremio de Restauraci¨®n, su director general, Roger Pallarols, se muestra ¡°estupefacto sobre una propuesta alejada del contexto y las preocupaciones reales de la ciudad¡±. ¡°Estamos cerrando dos a?os nefastos, con empresas agotadas por el impacto de la crisis y las deudas, no es oportuno poner muros a la recuperaci¨®n. Barcelona y los negocios de Barcelona necesitan a la gente de fuera y viceversa, no les podemos penalizar¡±, opina.

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