?El fin de la mayor¨ªa plural?
Pedro S¨¢nchez se equivocar¨ªa si interpreta que estamos ante el retorno del bipartidismo
En pol¨ªtica, no hay peor error que negar lo evidente. Hace cuatros a?os los socialistas llegaron en cabeza en Andaluc¨ªa, ahora el PP les saca 700 mil votos. Si S¨¢nchez se resiste a darse por enterado su suerte est¨¢ echada.
Empecemos por Andaluc¨ªa: en 2018, con la alianza con Ciudadanos, el PP acab¨® con una hegemon¨ªa de los socialistas que parec¨ªa intocable. La cara visible de la p¨¦rdida del feudo fue Susana D¨ªaz, ¨²ltimo representante de la vieja guardia socialista, a la que Pedro S¨¢nchez derrot¨® en las elecciones para la secretaria general del partido, poniendo fin a una ¨¦poca. Sobre la...
En pol¨ªtica, no hay peor error que negar lo evidente. Hace cuatros a?os los socialistas llegaron en cabeza en Andaluc¨ªa, ahora el PP les saca 700 mil votos. Si S¨¢nchez se resiste a darse por enterado su suerte est¨¢ echada.
Empecemos por Andaluc¨ªa: en 2018, con la alianza con Ciudadanos, el PP acab¨® con una hegemon¨ªa de los socialistas que parec¨ªa intocable. La cara visible de la p¨¦rdida del feudo fue Susana D¨ªaz, ¨²ltimo representante de la vieja guardia socialista, a la que Pedro S¨¢nchez derrot¨® en las elecciones para la secretaria general del partido, poniendo fin a una ¨¦poca. Sobre la turbia herencia socialista se mont¨® Moreno Bonilla que, sin estridencias, ha sido capaz de reformar y ampliar las estructuras territoriales del gobierno andaluz de probada eficacia clientelar. Y ha tenido premio. Con tres factores a?adidos que cambian el panorama: la anunciada desaparici¨®n de Ciudadanos, que confirma el destino de los partidos construidos sobre un solo tema ¨Cen este caso el furor antiindependentista- y devuelve al PP un espacio que le hab¨ªa quitado; la frenada de Vox, que aligera a Feij¨®o del debate sobre las alianzas con la extrema derecha; y el rid¨ªculo de la extrema izquierda empantanada una vez m¨¢s en la psicopatolog¨ªa de las peque?as diferencias entre personajes que creen que cambiar¨¢n el mundo por su cara bonita.
Traslademos este retablo a Espa?a y a Catalu?a. No hay duda que la virtud de Pedro S¨¢nchez es el sentido de la oportunidad. Le ha dado grandes dividendos: se carg¨® a la vieja guardia del PSOE que cre¨ªa haberle liquidado, gan¨® la presidencia del Gobierno captando el momento de la moci¨®n de censura y cre¨® una mayor¨ªa plural que contra muchos pron¨®sticos est¨¢ a un a?o de completar la legislatura. Pero, ahora mismo, se nota la dificultad de S¨¢nchez para convertir en proyecto su perceptibilidad. Y, sin embargo, la mayor¨ªa plural es una magn¨ªfica expresi¨®n de diversidad que merecer¨ªa ser cuidada. No es f¨¢cil, porque la extrema izquierda no tiene paciencia y se agita permanentemente contra s¨ª misma, entre egos y doctrinas, y porque la articulaci¨®n de los nacionalismos perif¨¦ricos requiere un complejo ejercicio de autoridad ¨Cpara que el pa¨ªs acepte determinados acuerdos- y de confianza ¨Cen un espacio de fundados recelos-. La realidad es que las divisiones en Unidas Podemos ya aparecen imparables y el independentismo est¨¢ en el momento del vivo sin vivir en m¨ª. Cuesta deshilvanar el ovillo del proc¨¦s, cuando ya nadie niega que el programa de m¨¢ximos queda lejos. A S¨¢nchez le falta la osad¨ªa para dar algunos pasos que podr¨ªan dar estabilidad y confianza.
Con Andaluc¨ªa, Feij¨®o consigue esconder la parte fiera de la derecha que Casado y Ayuso exhib¨ªan desvergonzadamente. Pero Pedro S¨¢nchez se equivocar¨ªa si interpreta que estamos ante el retorno del bipartidismo y se plantea su estrategia c¨®mo soltar lastre (de la izquierda y de los nacionalismos). S¨®lo mirando al centro el PSOE tiene poco recorrido.
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