Catalu?a sin ley (electoral)

Nadie sabe cu¨¢ndo ser¨¢n las pr¨®ximas elecciones catalanas. Los m¨¢s optimistas creen que se agotar¨¢ la legislatura ¨Calgo que no sucede en Catalu?a desde hace m¨¢s de una d¨¦cada¨C y sit¨²an las elecciones en febrero de 2025. Los menos optimistas las ven a la vuelta de la esquina y como muy tarde justo despu¨¦s de las elecciones municipales del 28 de mayo de 2023. Sean cuando sean, lo que podemos dar casi por seguro es que las pr¨®ximas elecciones catalanas no se van a celebrar bajo...

Nadie sabe cu¨¢ndo ser¨¢n las pr¨®ximas elecciones catalanas. Los m¨¢s optimistas creen que se agotar¨¢ la legislatura ¨Calgo que no sucede en Catalu?a desde hace m¨¢s de una d¨¦cada¨C y sit¨²an las elecciones en febrero de 2025. Los menos optimistas las ven a la vuelta de la esquina y como muy tarde justo despu¨¦s de las elecciones municipales del 28 de mayo de 2023. Sean cuando sean, lo que podemos dar casi por seguro es que las pr¨®ximas elecciones catalanas no se van a celebrar bajo una ley electoral catalana propia.

En el pasado debate de pol¨ªtica general, el Pleno del Parlamento aprob¨® por amplia mayor¨ªa (91 votos de 133) una resoluci¨®n presentada por el Grupo Parlamentario de Esquerra titulada Por el impulso de una ley electoral. En ella se relatan los numerosos intentos infructuosos de elaborar una ley electoral propia (desde la V legislatura, y vamos por la XIV) y se hace un llamamiento a las fuerzas pol¨ªticas de la c¨¢mara a constituir lo antes posible una ponencia conjunta para iniciar los tr¨¢mites de elaboraci¨®n de dicha ley y seguir avanzando de esta manera en el ¡°desarrollo institucional de Catalu?a¡±.

?Por qu¨¦ hay razones para desconfiar de que esta ley salga adelante? Para empezar, resulta complicado esperar que lo que no se ha logrado en las 13 legislaturas anteriores ¨Cy con gobiernos mucho m¨¢s s¨®lidos que el actual¨C se logre en esta precaria legislatura que corre un gran riesgo de truncarse en cualquier momento. Pero m¨¢s all¨¢ de la triste coyuntura parlamentaria actual, la verdad es que subsisten las razones de fondo que han frenado hist¨®ricamente la implantaci¨®n de un sistema electoral diferente del actual, caracterizado por su escasa proporcionalidad en t¨¦rminos comparativos.

En las recientes elecciones danesas del 1 de noviembre, el Partido Socialdem¨®crata de la primera ministra saliente Mette Frederiksen obtuvo el 27,5% de los votos, que le han supuesto casi el mismo porcentaje de esca?os (el 28,5%). El emergente partido Moderados del antiguo primer ministro Lars L?kke Rasmussen obtuvo el 9,3% de los votos y con ello el 9,1% de los esca?os. En la comunidad aut¨®noma de Catalu?a las cosas son un poco diferentes. Si se repasan los resultados de las elecciones del 14 de febrero de 2021, se puede observar que con el 21,3% de los votos ERC obtuvo 33 diputados que suponen el 24,4% de los esca?os. Por su parte, el 20,1% obtenido por Junts le report¨® 32 esca?os que suponen el 23,7% del total. En general, con tan solo el 48% de los votos, la mayor¨ªa que invisti¨® a Pere Aragon¨¨s el 21 de mayo de 2021 ostenta(ba) el 55% de los esca?os del Parlamento (74 de 135). A la vista de estos datos, sigue siendo poco probable que los partidos independentistas mayoritarios quieran desprenderse de un sistema que tanto les beneficia, aunque sea a costa de seguir instalados en la anomal¨ªa que supone ser la ¨²nica comunidad aut¨®noma de Espa?a que despu¨¦s de cuatro d¨¦cadas no dispone de una ley electoral propia.

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