El polic¨ªa que mat¨® de un disparo a la perra ¡®Sota¡¯ en Barcelona se somete a una mediaci¨®n
El guardia urbano y el due?o del animal, al mismo tiempo acusados y v¨ªctimas en el caso, exploran con aval del juez un acuerdo fuera de la v¨ªa penal
El polic¨ªa que mat¨® de un disparo a la perra Sota en Barcelona y el due?o del animal se han sometido, con aval judicial, a un proceso de mediaci¨®n para intentar llegar a un acuerdo que les evite a ambos el juicio y les permita resolver el conflicto fuera de los juzgados. El juez ha dejado en suspenso el proceso penal y ha permitido que Tauri Ruusalu y el agente de la Guardia Urbana que efectu¨® el disparo se sienten para hablar e intenten resolver el asunto, seg¨²n han explicado fuentes judic...
El polic¨ªa que mat¨® de un disparo a la perra Sota en Barcelona y el due?o del animal se han sometido, con aval judicial, a un proceso de mediaci¨®n para intentar llegar a un acuerdo que les evite a ambos el juicio y les permita resolver el conflicto fuera de los juzgados. El juez ha dejado en suspenso el proceso penal y ha permitido que Tauri Ruusalu y el agente de la Guardia Urbana que efectu¨® el disparo se sienten para hablar e intenten resolver el asunto, seg¨²n han explicado fuentes judiciales a EL PA?S. Tauri perdi¨® a su mascota; el polic¨ªa result¨® herido por el joven, que le golpe¨® con el patinete en la cabeza cuando vio a Sota, inerme, tendida en el suelo.
La muerte de Sota, en diciembre de 2018, provoc¨® una oleada de solidaridad, m¨¢s con la perra que con su due?o, de la ciudadan¨ªa y en especial de las entidades animalistas. Unas 3.500 personas protestaron en la plaza de Sant Jaume para exigir ¡°justicia¡± y para Sota y una condena ejemplar al ¡°asesino¡±. Una minor¨ªa protagoniz¨® disturbios en la plaza de Espanya, muy cerca del lugar donde el animal, de dos a?os y medio, fue alcanzado por una bala tras una discusi¨®n entre su due?o y una pareja de polic¨ªas que le hab¨ªan recriminado que lo llevara sin atar. En internet, m¨¢s de 170.000 personas firmaron un manifiesto para exigir responsabilidades. La presi¨®n popular llev¨® a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, a pedir ¡°pruebas y testigos¡± de los hechos.
El incidente ocurri¨® al mediod¨ªa del 18 de diciembre de 2018 frente al hotel Ayre de la Gran V¨ªa. M¨¢s de tres a?os despu¨¦s, el juez del caso dio por cerrada la investigaci¨®n. La verdad judicial sostiene que una patrulla de la Guardia Urbana vio a un joven junto a un perro ¡°que no iba convenientemente sujeto con correa ni de ning¨²n otro modo¡±. Los agentes pidieron a Ruusalu -un estonio que viv¨ªa en la calle vendiendo pulseras- que se identificara, pero el joven se neg¨®. Se produjo una situaci¨®n de tensi¨®n y Sota, un labrador mestizo de color pardusco, se abalanz¨® sobre uno de los polic¨ªas y ¡°lleg¨® a morderle en el codo izquierdo¡±, lo que provoc¨® un desgarro de su chaqueta, seg¨²n el auto judicial que vio indicios suficientes de delito para llevar el caso a juicio.
Los agentes insistieron en que Ruusalu deb¨ªa identificarse y calmar al perro, pero Sota segu¨ªa nerviosa y se lanz¨® de nuevo contra el mismo polic¨ªa, que ¡°desenfund¨® su arma reglamentaria y dispar¨® al animal un solo tiro¡±. La perra qued¨® tendida sobre la acera, una escena insoportable para Ruusalu, que cogi¨® su monopat¨ªn y golpe¨® al agente en la cabeza. La investigaci¨®n concluy¨® en todo caso que ambos son, a la vez, v¨ªctimas y acusados. El titular del juzgado de instrucci¨®n n¨²mero 4 de Barcelona, Hugo Novales, les envi¨® a ambos a juicio: a Ruusalu por pegar al polic¨ªa y al guardia urbano por maltrato animal.
Las abogadas de los protagonistas de esta historia -con permiso de Sota- son dos penalistas que creen en la mediaci¨®n, una v¨ªa para solucionar conflictos fuera de los juzgados que a¨²n goza de poca implantaci¨®n en Espa?a. Una vez cerrada la instrucci¨®n del caso, con sus clientes a un paso del banquillo, Paz Vall¨¨s e In¨¦s Guardiola lanzaron una petici¨®n conjunta al juez: los dos coacusados estaban dispuestos a ¡°explorar la v¨ªa de la mediaci¨®n¡± para ¡°confrontar sus puntos de vista¡± y alcanzar ¡°acuerdos sobre el modo de reparaci¨®n¡±. El juez lo autoriz¨®. Reconoce que no hay una ¡°regulaci¨®n legal espec¨ªfica en la legislaci¨®n espa?ola¡± sobre c¨®mo debe llevarse a cabo, pero se remite a una directiva de la Uni¨®n Europea, de 2012, que contempla el acceso de las v¨ªctimas a ¡°servicios de justicia restaurativa¡± y a una decisi¨®n previa del Consejo de Europa en el sentido de que la mediaci¨®n penal debe estar disponible ¡°en todas las fases del procedimiento¡±.
Los animalistas dicen ¡®no¡¯
La Fiscal¨ªa dio su visto bueno, pero las dos entidades personadas como acusaci¨®n popular (la asociaci¨®n Libera! y el partido Pacma) se opusieron a la mediaci¨®n. ¡°Desde la perspectiva de las entidades de protecci¨®n animal¡±, argumentaron, ¡°es Sota la que se considera v¨ªctima, que no puede ser resarcida¡±. Las entidades se oponen a un pacto privado que no dar¨¢ respuesta a la ¡°preocupaci¨®n social¡± y a las ¡°multitudinarias movilizaciones de protesta¡±. Pero el magistrado les da un toque de atenci¨®n: ¡°Parece claro que el perjudicado por el delito es el due?o del perro, y que la acusaci¨®n popular llega al proceso como una figura de v¨ªctima ficticia, creada artificialmente¡±.
El juez recuerda que ambas partes ¡°han solicitado y consentido¡± acudir a la mediaci¨®n y ordena remitir el caso al Servicio de Mediaci¨®n y Reparaci¨®n Penal del Departamento de Justicia de la Generalitat para que ¡°valore la viabilidad del proceso¡±. El magistrado ha suspendido los plazos del proceso penal y ha acordado tambi¨¦n que se le informe del resultado de la mediaci¨®n.
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