Los asesinos de las hermanas de Terrassa quedan libres en Pakist¨¢n mientras la justicia persigue al padre en Espa?a
Un juez investiga si Ghulam Abbas particip¨® en el complot para matar a sus hijas Arooj y Aneesa, de 24 y 21 a?os, por negarse a traer a sus maridos a Espa?a
La causa judicial abierta en Pakist¨¢n por el asesinato de Arooj y Aneesa Abbas, dos j¨®venes de Terrassa (Barcelona) de 24 y 21 a?os, se deshace. En mayo, las autoridades del pa¨ªs prometieron mano dura contra los seis hombres, todos familiares directos, detenidos por haber matado a las hermanas en un viaje rel¨¢mpago a su pueblo natal, donde se negaron a traer a Espa?a a sus maridos y pidieron el divorcio. Explicaron que a los autores les esperaba la pena de muerte o la cadena perpetua por el doble crimen de honor, una l...
La causa judicial abierta en Pakist¨¢n por el asesinato de Arooj y Aneesa Abbas, dos j¨®venes de Terrassa (Barcelona) de 24 y 21 a?os, se deshace. En mayo, las autoridades del pa¨ªs prometieron mano dura contra los seis hombres, todos familiares directos, detenidos por haber matado a las hermanas en un viaje rel¨¢mpago a su pueblo natal, donde se negaron a traer a Espa?a a sus maridos y pidieron el divorcio. Explicaron que a los autores les esperaba la pena de muerte o la cadena perpetua por el doble crimen de honor, una lacra que cada a?o cuesta la vida de, al menos, 500 mujeres en Pakist¨¢n. Desde octubre, sin embargo, ya est¨¢n en libertad. La familia, encabezada por el padre, Ghulam Abbas, ha concedido supuestamente el perd¨®n y los jueces han liberado, de forma provisional, a los detenidos; entre ellos, dos hijos de Abbas.
Ghulam Abbas, de 53 a?os, fue detenido el mi¨¦rcoles en Terrassa por orden judicial acusado de participar en el plan urdido por la familia para llevar a Arooj y Aneesa a Pakist¨¢n. Les contaron que su madre, Azra Bibi, estaba gravemente enferma, y que su hermano mayor, Shehryar ¡ªconsiderado uno de los autores materiales de los asesinatos¡ª iba a casarse. Las hermanas encontraron la muerte en su pueblo natal, Nothia, en la provincia del Punjab (este del pa¨ªs), de donde proceden la mayor¨ªa de los paquistan¨ªes afincados en Espa?a. La Fiscal¨ªa reuni¨® indicios que apuntan a que Abbas conoc¨ªa el complot. Tras pasar a disposici¨®n judicial el viernes, el hombre qued¨® en libertad provisional con la prohibici¨®n de abandonar Espa?a y la obligaci¨®n de comparecer en el juzgado cada 15 d¨ªas.
El titular del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 3 de Terrassa, Sergi Casares Zayas, mantiene investigado a Abbas por su participaci¨®n en el homicidio (como cooperador o inductor), pero tambi¨¦n por los delitos de coacciones y por el de matrimonio forzado, ya que su hija Aneesa lleg¨® a Espa?a siendo menor de edad y fue trasladada a Pakist¨¢n, al cumplir los 18 a?os, para casarse con un primo suyo. La otra hermana asesinada, Arooj, se hab¨ªa casado con otro primo antes de venir a Europa. Ambas quisieron salir del guion tradicional marcado por sus familias y, pese a la f¨¦rrea vigilancia que ejerc¨ªan sobre ellas el padre y el hermano mayor, empezaron a desarrollar sus vidas en Espa?a e iniciaron relaciones sentimentales con otros chicos.
Tras conocer el suceso, la Fiscal¨ªa decidi¨® investigar al entorno familiar. Las declaraciones de algunos de esos testigos, incluidas las parejas de Arooj y Aneesa, apuntan a la posibilidad de que el padre participara en el plan. El ministerio p¨²blico present¨® una querella ante el juzgado a finales de diciembre y solo despu¨¦s lleg¨® a sus o¨ªdos, a trav¨¦s de un enlace policial en Pakist¨¢n, que la causa judicial abierta all¨ª se tambaleaba y que los dos hijos detenidos estaban en libertad. M¨¢s all¨¢ de un primer oficio policial sobre las detenciones, las autoridades de ese pa¨ªs no han remitido copia de las actuaciones abiertas, lo que podr¨ªa haber arrojado m¨¢s indicios sobre Abbas.
El papel de la madre
Los hechos ocurrieron el 20 de mayo en el pueblo de Nothia, en el distrito de Gujrat. La madre de las chicas, Azra Bibi, hab¨ªa llegado dos meses antes junto a tres hijos (dos mayores y un menor de edad) de vacaciones, mientras Ghulam Abbas segu¨ªa trabajando como dependiente en un colmado de Terrassa. Hac¨ªa meses que Arooj y Aneesa, hartas de las presiones del padre y del hermano mayor, se hab¨ªan marchado de casa y resid¨ªan en Valencia. Seg¨²n fuentes de la investigaci¨®n, ten¨ªan p¨¢nico a regresar a Pakist¨¢n, donde las esperaban unos maridos que tambi¨¦n eran sus primos y con los que no manten¨ªan ninguna relaci¨®n. Alertadas por la supuesta enfermedad de la madre y la boda del hermano, mordieron el se?uelo. Apenas estuvieron vivas 24 horas en Pakist¨¢n. Cuando se negaron a iniciar los tr¨¢mites para que sus maridos pudieran viajar a Espa?a y explicaron que quer¨ªan rehacer sus vidas, seis miembros de la familia las mataron.
Azra Bibi supuestamente escuch¨® los disparos con los que mataron a sus hijas desde una habitaci¨®n aislada. As¨ª lo cont¨® el entonces c¨®nsul de Barcelona en mayo, cuando fue trasladada a Espa?a tras una operaci¨®n de rescate de la polic¨ªa que logr¨® sacarla de Nothia junto al hijo menor de edad. En Espa?a, la Generalitat le asign¨® un piso protegido en el ¨¢rea metropolitana de Barcelona. Pero Bibi rompi¨® una de las condiciones para mantenerse all¨ª: consigui¨® un tel¨¦fono m¨®vil e inform¨® a Ghulam Abbas de su paradero. La mujer regres¨® a vivir con ¨¦l en el modesto piso de Terrassa que el mi¨¦rcoles fue registrado por agentes de los Mossos d¡¯Esquadra y el Cuerpo Nacional de Polic¨ªa, que en los ¨²ltimos meses han trabajado intensamente en el caso por orden de la Fiscal¨ªa. La mujer est¨¢ fuera del radar policial, aunque el papel que ha jugado tambi¨¦n genera inquietud en los investigadores.
Las autoridades de Pakist¨¢n permitieron que se tomaran v¨ªdeos y fotograf¨ªas de los familiares en prisi¨®n por su participaci¨®n en el doble asesinato. Y prometieron que el crimen no quedar¨ªa impune. Fuentes judiciales explican que, en oto?o, los implicados quedaron en libertad tras el perd¨®n concedido por la familia. Algunos medios locales se?alan que fueron liberados en el mes de octubre. Este diario ha intentado, sin ¨¦xito, contactar con el tribunal de Gujrat que orden¨® la decisi¨®n. El c¨®digo penal de Pakist¨¢n castiga con la pena de muerte o la cadena perpetua los cr¨ªmenes de honor. La reforma de 2016 elimin¨®, sobre el papel, que el perd¨®n de los familiares extinguiera la responsabilidad penal de los autores. Pero tambi¨¦n dej¨® margen suficiente, seg¨²n diversos art¨ªculos doctrinales consultados, para que los jueces interpreten, seg¨²n las circunstancias de cada caso, si tal o cual homicidio puede ser considerado crimen de honor. Si llega a la conclusi¨®n de que no es as¨ª, el castigo puede ser m¨ªnimo o inexistente y desaparecer con el perd¨®n de los familiares. Seg¨²n las mismas fuentes consultadas, esto ocurre a menudo sobre todo en zonas rurales, como el Gujrat, donde los cr¨ªmenes de honor son una realidad persistente.
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