Cuenta atr¨¢s para la retirada de las pinturas de la ¨¦poca de Primo de Rivera que cubren el Sal¨® Sant Jordi de la Generalitat
El Govern quiere devolver a la capilla renacentista del siglo XVI su aspecto original y descolgar¨¢ a partir de mayo los lienzos murales de los Reyes Cat¨®licos o la Batalla de Lepanto
El Gobierno catal¨¢n empezar¨¢ a partir de este mes de mayo las obras para retirar las pinturas murales del Sal¨® Sant Jordi, en el Palau de la Generalitat, para devolver a esta capilla renacentista del siglo XVI su aspecto original, tal y como la concibi¨® el arquitecto Pere Blai. La reforma, presupuestada en 2,3 millones de euros, comportar¨¢ descolgar los 850 metros cuadrados de medio centenar de telas de car¨¢cter historicista encargadas a una veintena de pintores locales durante la ¨¦poca del dictador Primo de Rivera y qu...
El Gobierno catal¨¢n empezar¨¢ a partir de este mes de mayo las obras para retirar las pinturas murales del Sal¨® Sant Jordi, en el Palau de la Generalitat, para devolver a esta capilla renacentista del siglo XVI su aspecto original, tal y como la concibi¨® el arquitecto Pere Blai. La reforma, presupuestada en 2,3 millones de euros, comportar¨¢ descolgar los 850 metros cuadrados de medio centenar de telas de car¨¢cter historicista encargadas a una veintena de pintores locales durante la ¨¦poca del dictador Primo de Rivera y que glosan momentos de la historia de Espa?a, algunos de ellos relacionados con Catalu?a, como el recibimiento de los Reyes Cat¨®licos a Col¨®n en Barcelona, en la que se ve a unos indios rindi¨¦ndoles pleites¨ªa o el Compromiso de Caspe.
Con la reforma y, sobre todo, la retirada de las pinturas se cumple uno de los deseos que han compartido varios presidentes de la Generalitat, que las han considerado inadecuadas para esta zona noble del Palau, un estado de opini¨®n que se gest¨® ya antes del periodo dominado por el proceso independentista. Los expertos que emitieron el dictamen a favor de quitar el conjunto pict¨®rico sostienen que refleja un relato hist¨®rico con una connotaci¨®n ¡°pol¨ªtica e ideol¨®gica¡± que exaltan valores b¨¦licos, de una ¡°monarqu¨ªa perenne¡± o del catolicismo. No se alude abiertamente a su espa?olidad.
Los trabajos durar¨¢n 16 meses y buscan recuperar la piedra vista y, por ejemplo, retirar soportales de piedra no contemplados en el proyecto original. El Sal¨® Sant Jordi tiene una superficie de 450 metros cuadrados de ¨¢rea, el suelo es original y es una de las estancias m¨¢s solemnes del Palau donde toman posesi¨®n los consejeros. El espacio mira a la balconada de la pla?a de Sant Jaume. Los ¨®leos, que no tienen categor¨ªa de Bien Cultural de Inter¨¦s Nacional (BCIN), ser¨¢n enrollados, limpiados y depositados en unos fondos de la Generalitat a disposici¨®n de los museos que deseen exponerlos.
Las obras se retirar¨¢n en el mandato de Pere Aragon¨¨s, pero ya en 1930 el entonces consejero de Gobernaci¨®n y despu¨¦s president, Josep Tarradellas, pidi¨® que fueran descolgadas. Pasqual Maragall y Jordi Pujol tambi¨¦n compart¨ªan esa voluntad. Fue el president Quim Torra quien impuls¨® desde el principio de su mandato una comisi¨®n de expertos para abordar el futuro del sal¨®n. El ¨®rgano, formado por una decena, entre otros, de catedr¨¢ticos de arte y directores de museos -entre ellos el del Museo Nacional d¡¯Art de Catalunya- acord¨® en dos meses retirar los ¨®leos. ¡°Tienen un componente de car¨¢cter integrista, autoritario y antidemocr¨¢tico. Se exaltan valores guerreros, el orden estamental opuesto al parlamentarismo, la monarqu¨ªa perenne y sagrada, el estado basado en el catolicismo como ordenador social¡±, dec¨ªa el dictamen.
El texto recoge que la capilla renacentista, ¨²nica en su estilo en Catalu?a, queda oculta por las pinturas, de las que relativiza su valor art¨ªstico, y que es un gesto de ¡°reparaci¨®n y reconocimiento¡± de Torres-Garc¨ªa, sobre cuyas pinturas se colgaron los ¨®leos. Su voluntad era, por tanto, restituir las obras de este pintor uruguayo de origen catal¨¢n, a quien el presidente de la mancomunidad, Enric Prat de la Riba, presidente de la Diputaci¨®n y luego de la Mancomunitat, le encarg¨® en 1912 unas pinturas de corte neocl¨¢sico para el Sal¨®n Sant Jordi. Solo tuvo tiempo de hacer cuatro frescos: La Catalu?a eterna (1913), La edad de oro de la humanidad (1915), Las artes (1916) y Lo temporal no es m¨¢s que s¨ªmbolo (1916). La muerte de Prat de la Riba desbarat¨® el proyecto porque su sucesor, el arquitecto modernista Josep Puig i Cadafalch, cancel¨® el encargo y cubri¨® con telas las pinturas. Luego se engancharon encima las historicistas. En los a?os 70, fueron recuperados y ahora decoran una sala que recibe su nombre en el Palau.
La Generalitat conservar¨¢ las obras historicistas en sus fondos que estar¨¢n a disposici¨®n de los museos que las quieran exponer
El Sal¨® Sant Jordi est¨¢ preparado ya para la celebraci¨®n del patr¨®n con unas rosas rojas de tela y una base que insin¨²a la cola de un drag¨®n. J¨²lia Roca, arquitecta responsable del patrimonio del Palau, asegura que la reforma busca rehabilitar la capilla y que las pinturas que se descolgar¨¢n se restaurar¨¢n y guardar¨¢n en cilindros en un fondo de la Generalitat. ¡°Estar¨¢n a disposici¨®n de los Museos que las quieran exponer¡±, afirma mientras muestra detalles de la estancia. El dictamen inst¨® a Patrimonio a retirar los murales con las m¨¢ximas garant¨ªas t¨¦cnicas para preservar su integridad y la conservaci¨®n. La policrom¨ªa de los nervios y de los arcos se consolidar¨¢ y quedar¨¢ vista y el resto de las b¨®vedas, tras retirar las telas, mantendr¨¢ un color neutro.
La inc¨®gnita reside en si, en una eventual segunda fase de la restauraci¨®n, se devolver¨¢n a su lugar original las obras de Torres-Garc¨ªa, que quedan muy lejos de ocupar los 850 metros de pinturas historicistas. Ning¨²n partido o entidad se ha quejado por el hecho de que se descuelguen, aunque algunos descendientes de los pintores s¨ª que han transmitido al Ejecutivo su malestar. Entre las obras que se descolgar¨¢n figuran la Reuni¨®n del cap¨ªtulo del Tois¨®n de oro en la catedral de Barcelona (Mas i Fondevila), que glosa la visita de Carlos V a Barcelona; El compromiso de Caspe (de V¨¢zquez ?beda); La boda de los Reyes Cat¨®licos (de Vidal-Quadras); o Primera misa despu¨¦s del desembarco de la hueste del rey Jaime I el Conquistador en Mallorca (De Cabanyes).
Y los dos m¨¢s importantes, al menos por su lugar en el sal¨®n, son: La Virgen de Montserrat rodeada de los santos y reyes que han visitado su santuario (Mongrell Torrent), donde aparecen la reina Mar¨ªa Crisitina y Alfonso XIII o El Recibimiento de Crist¨®bal Col¨®n por los Reyes Cat¨®lico (Francesc Galofre). Algunas de las obras llevaban incorporadas algunas leyendas. Una de ellas dec¨ªa: ¡°Por Dios y por Espa?a, un alma, un solo coraz¨®n¡±.
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