Los pactos de Junts y ERC con el PSC desbaratan el intento de recuperar la unidad independentista
Esquerra y los neoconvergentes se acusan mutuamente de perjudicarse al acordar con los socialistas el gobierno de municipios y diputaciones
Ni tres semanas ha durado la voluntad de acercamiento entre las dos principales fuerzas independentistas, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Junts per Catalunya. Los pactos para hacerse con el control de ayuntamientos y diputaciones provinciales tras el 28-M han vuelto a envenenar la relaci¨®n entre los dos partidos: para lograr esas plazas ambos han roto su te¨®rico compromiso de dejar fuera de la ecuaci¨®n al PSC, ganador de las elecciones municipales en la comunidad, y privilegiar gobiernos independentistas. Este mi¨¦rcoles, aprovechando el pleno del Parlament, las dos formaciones se han...
Ni tres semanas ha durado la voluntad de acercamiento entre las dos principales fuerzas independentistas, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Junts per Catalunya. Los pactos para hacerse con el control de ayuntamientos y diputaciones provinciales tras el 28-M han vuelto a envenenar la relaci¨®n entre los dos partidos: para lograr esas plazas ambos han roto su te¨®rico compromiso de dejar fuera de la ecuaci¨®n al PSC, ganador de las elecciones municipales en la comunidad, y privilegiar gobiernos independentistas. Este mi¨¦rcoles, aprovechando el pleno del Parlament, las dos formaciones se han echado en cara el acercamiento a los socialistas, aunque cuid¨¢ndose de no hacer tambalear el avance de las negociaciones en Barcelona, donde Xavier Trias (Junts) intenta atar el apoyo de Ernest Maragall (ERC) para ser elegido alcalde. Del goteo de pactos con el PSC, que ya estaba minando el supuesto acuerdo de unidad independentista, se pas¨® a un gran golpe con el anuncio, el pasado martes, de que PSC y ERC gobernar¨ªan juntos en las diputaciones de Lleida y Tarragona.
El 28-M, ERC se dej¨® casi 300.000 votos respecto a las elecciones de 2019 y Junts, que ven¨ªa de sus peores resultados hist¨®ricos, enmascar¨® todo con el triunfo en Barcelona. La certificaci¨®n de la desmovilizaci¨®n de las bases secesionistas llev¨® a que representantes de ambos partidos se reunieran en Ginebra ¡ªdonde est¨¢ huida desde hace cinco a?os la republicana Marta Rovira¡ª para intentar pactar un marco de acci¨®n en la pol¨ªtica de pactos y, dando imagen de unidad, evitar un nuevo fiasco en las generales de julio. De la reuni¨®n sali¨® un compromiso impl¨ªcito de priorizar los pactos municipales entre independentistas. Efectivamente, tras el acercamiento, se dio velocidad a las negociaciones en Barcelona y hubo apoyo en bloque a la investidura de Anna Erra (Junts) como presidenta del Parlament, en reemplazo de Laura Borr¨¤s.
Sin embargo, en el universo de la pol¨ªtica local los ritmos y las sensibilidades son diferentes y la constituci¨®n de los Ayuntamientos, este s¨¢bado, lo marca todo. Desde hace d¨ªas, en ERC lamentan que Junts sume sus votos a los del PSC para evitar que los republicanos gobiernen en diversos municipios. Un ejemplo de ello ser¨ªa Roses (Girona). All¨ª, ERC y PSC empatan en esca?os en la primera posici¨®n (cuatro cada uno). Les sigue Junts, con tres. Los republicanos, l¨ªderes en voto y que hasta ahora gobernaban, van a tener que ceder la vara de mando a los socialistas porque estos van a ser apoyados por Junts y por Gent de Poble (suman nueve, la mayor¨ªa absoluta). ERC ha hecho lo propio, por ejemplo, en Tortosa (Tarragona): feudo convergente, en las elecciones pasadas Junts solo logr¨® 10 regidores, pero se qued¨® a uno de la mayor¨ªa absoluta. Los votos de ERC y la CUP le dar¨¢n a Movemos Tortosa PSC, la segunda fuerza m¨¢s votada, la alcald¨ªa.
La portavoz de ERC, Marta Vilalta, lament¨® el pasado lunes que se incumpliera lo supuestamente pactado en Ginebra: no dar alcald¨ªas a los socialistas. Con ello suger¨ªa que las formaciones secesionistas se hab¨ªan dado un margen para jugar con los pactos pero siempre asegurando que el alcalde fuera o de Junts o de ERC. Tortosa, justifican desde las filas republicanas, es una gran excepci¨®n: pesaba m¨¢s la alternancia tras gobiernos convergentes desde 2007. Un principio que, sin embargo, no vali¨® en Premi¨¤ de Mar (Barcelona), donde los herederos de CDC est¨¢n en el poder desde hace 20 a?os.
Pero lo que realmente hizo saltar todo los por aires fue el pacto entre PSC y ERC en las diputaciones de Tarragona y Lleida, que ambos partidos anunciaron el martes. Estos acuerdos permitir¨¢n a ERC mantener las presidencias de los dos entes provinciales y es en esa salvedad (el gobierno no se cede al PSC) a la que los republicanos se aferran para decir que cumplen con lo prometido. En Junts dicen que no se ha seguido la senda del acuerdo independentista que hay en el ente provincial de Girona y que, antes que dividir en dos a?os la presidencia de esas otras dos diputaciones con ellos, los republicanos han preferido pactar con los socialistas. En Lleida, por ejemplo, Junts logr¨® 10 diputados provinciales; ERC, ocho; y PSC, cuatro. Estos dos ¨²ltimos partidos, junto a la coalici¨®n Pacte Local, de la que forma parte el PDeCAT, alcanzaron la cifra de 13 que impide gobernar a los de Junts.
Las filas de ERC compraron desde casi la misma noche electoral que el culpable de su debacle eran los pactos con el PSC y con el PSOE y, hasta el acuerdo en las diputaciones, parec¨ªan f¨¦rreos en defender ese veto. El malestar sin embargo, se hizo patente en la sesi¨®n de control en el Parlament, este mi¨¦rcoles. ¡°Ustedes no son de fiar, por eso salimos del Govern. Siempre dicen una cosa y despu¨¦s hacen otra¡±, le ha espetado el jefe de filas de la bancada de Junts, Albert Batet, al president Pere Aragon¨¨s.
El jefe del Govern ha respondido que evitar¨ªa entrar a glosar los municipios donde hab¨ªa pacto entre PSC y Junts, pero ha recordado que, en los ¨²ltimos cuatro a?os, las dos formaciones han compartido Ejecutivo en la Diputaci¨®n de Barcelona. Y ha defendido que su formaci¨®n vot¨® sin fisuras a Anna Erra para presidir el Parlament. ¡°Si quiere nos podemos tirar a la cabeza todo lo que no acaba de ir como todos querr¨ªamos, o trabajar para incrementar lo que va bien. Soy m¨¢s de la segunda opci¨®n¡±, ha dicho Aragon¨¨s.
¡°Usted es un presidente tutelado y desautorizado. Los primeros que no respetan y le hacen perder la credibilidad son [los de] su partido¡±, ha ahondado Batet. ¡±No intente proyectar la divisi¨®n, las sombras y correcciones p¨²blicas de su partido sobre el m¨ªo¡±, le ha respondido el president, recordando de manera impl¨ªcita el debate vivido sobre la figura de Laura Borr¨¤s y, especialmente, su posici¨®n sobre dejar gobernar a la extrema derecha independentista en Ripoll.
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