El Sants, el eterno n¨®mada
El hist¨®rico club de barrio fundado en 1922 busca redimir su situaci¨®n econ¨®mica y futbol¨ªstica mientras reivindica la necesidad de un campo propio: el Mag¨°ria
La UE Sants sabe lo que es ganar, pero tambi¨¦n perder. Despu¨¦s de 12 a?os de peregrinaje en busca del campo prometido, Mag¨°ria, siguen vagando de estadio en estadio. L¡¯Hospitalet, Sarri¨¤, zona deportiva del FC Barcelona o Campo del Europa. En total, 10 campos han acogido al Sants, que ahora alquila instalaciones para poder jugar y entrenar. La afici¨®n disminuida, la cantera de otros barrios y el bolsillo del club con parches. Todo se ha visto afectado por el desarraigo de los santsencs. Sus resultados deportivos, adem¨¢s, han ido en sinton¨ªa con su eterna b¨²squeda: hac¨ªa cinco a?os que el primer equipo masculino de f¨²tbol sobreviv¨ªa en Tercera Federaci¨®n, y la pasada temporada, descendi¨®. ¡°Somos David contra Goliat¡±, explica Joan Forcadell, presidente del club. La situaci¨®n parece desfavorable para el Sants, un equipo fundado en 1922, con 35 equipos y clave para el f¨²tbol de barrio barcelon¨¦s. Poco a poco, empieza a resurgir econ¨®micamente y tambi¨¦n a estabilizarse. Solo tienen una demanda. ¡°Queremos Mag¨°ria. El barrio lo necesita. Cuando vuelva el campo, el Sants volver¨¢ a ser lo que era¡±, reclama Forcadell.
Desde inicio del siglo XX, el ciclismo y el f¨²tbol conviven en Sants. El 26 de abril de 1922 dos clubes de ciclismo y dos de f¨²tbol se fusionaron para crear la Uni¨® Esportiva de Sants. Un a?o despu¨¦s, la Secci¨® Ciclista de la UE Sants tom¨® la responsabilidad de organizar la Volta a Catalunya, un compromiso que ha durado hasta la actualidad y, a pesar de que la gesti¨®n ya no corre a su cargo, el club recibe una inyecci¨®n econ¨®mica por la competici¨®n. Desde entonces, el Sants ha agolpado una larga tradici¨®n de diferentes deportes: 14 secciones ¡ªatletismo, rugby, balonmano, petanca...¡ª y 35 equipos de f¨²tbol.
Un campo propio: en busca del Mag¨°ria
Sants no siempre fue hu¨¦rfano de estadio. El equipo tuvo su primer campo en la calle de Galileu, construido en 1908, pero obligado a demoler en 1964: Barcelona crec¨ªa y la expansi¨®n urban¨ªstica de la ciudad consigui¨® desplazar el campo. Entonces lleg¨® el exilio: un contrato ef¨ªmero con el Espanyol para jugar en el campo del Sarri¨¤, que en 1966 se acabar¨ªa y pasar¨ªan a jugar en el Campo Municipal de L¡¯Hospitalet. Y con ello, lleg¨® un peregrinaje que dur¨® 11 a?os por los campos municipales de L¡¯Hospitalet, el campo del Europa o la zona deportiva del FC Barcelona. Un declive social que vivi¨® el club sin campo propio, jugando fuera del barrio, y lejos de las familias. Los a?os fueron muy complicados, pero los santsecs se aferraron a la promesa del Ayuntamiento de devolverles su casa.
Lo lograron con el Juli¨¤ Campmany en 1975. Pero no todo sali¨® bien. Se construy¨® encima de un antiguo vertedero en Montju?c y, por culpa de la fermentaci¨®n de la basura, una serie de agujeros expulsaban unos gases que produc¨ªan peque?as explosiones. Por si fuese poco, 36 clubes diferentes llegaron a jugar en el campo, y uno de ellos, la UD Polvoritense, nunca acept¨® la presencia del Sants. Por las tensiones, el Ayuntamiento cedi¨® el terreno de la B¨¢scula la temporada 1983-84, hasta que ese mismo a?o se inaugur¨® el Mag¨°ria. Un caramelo para los santsencs, que en 2011 se les retir¨®: cerraron el campo con promesas de remodelar la zona. Hasta 2013 jugaron en la B¨¤scula, y se trasladaron al Camp de l¡¯Energia hasta el d¨ªa de hoy. Siguen esperando su campo, el Nou Mag¨°ria. El proyecto, listo. El compromiso de crear un campo de f¨²tbol 11, otro de f¨²tbol 7 y un polideportivo, tambi¨¦n. Pero la construcci¨®n, no. ¡°Se supone que solo ser¨ªan unos cuatro o cinco a?os. Es muy triste ir a jugar a campos de otros equipos o municipales que tienen unas buenas instalaciones y una afici¨®n que los respalda, mientras nosotros lo echamos en falta¡±, argumenta Forcadell.
El descenso, una nueva oportunidad para volver a crecer
Los resultados no han ayudado estos ¨²ltimos a?os. Esta temporada el primer equipo masculino ha descendido tras una dura ¨¦poca en Tercera RFEF. Han protegido su plaza durante cinco a?os, pero una imposible buena planificaci¨®n durante la pretemporada ha condenado al club a dar un paso atr¨¢s. ¡°Es categor¨ªa preciosa, pero demasiado exigente para el Sants. Siempre hemos sido el equipo con menos presupuesto y la hemos ido salvando¡±, cuenta el presidente. Borja L¨®pez, el entrenador del primer equipo, lleg¨® en un momento de lucha y recuperaci¨®n. Sus dos primeros a?os en el club fueron como segundo entrenador. Una ¨¦poca marcada por la covid, y por un posible descenso la temporada que pasaba a ser el primer t¨¦cnico. ¡°Borja se encontr¨® con un efecto domin¨® que nos echaba de la categor¨ªa. Nos dec¨ªan que nos manten¨ªamos, y luego que baj¨¢bamos porque el Cerdanyola necesitaba la plaza¡±, comenta Forcadell.
¡°La planificaci¨®n para esta temporada fue un caos. Es la m¨¢s complicada que me he encontrado, tambi¨¦n a nivel extradeportivo. Durante la pretemporada ¨¦ramos 60 jugadores entrenando. Algunos ten¨ªan precontrato si nos qued¨¢bamos en Tercera, pero cada semana sal¨ªa una informaci¨®n nueva. Pasamos de preparar la primera jornada en Primera Catalana a prepararla en Tercera a 12 d¨ªas de que empezase la competici¨®n¡±, explica Borja. ¡°Todo nos ha perjudicado. El punto de partida ha sido competir en una categor¨ªa con una plantilla que no va acorde¡±. La p¨¦rdida de algunos jugadores como da?o colateral de la Kings League fue tambi¨¦n un problema para el Sants, ya que perdi¨® piezas clave para el equipo.
Los problemas deportivos vienen acompa?ados de los econ¨®micos. ¡°Se arrastra una deuda importante a nivel hist¨®rico por una mala gesti¨®n de hace d¨¦cadas¡±, comenta Forcadell, que lidera la junta para redimir los d¨¦ficits del club. El Sants, adem¨¢s, se ve obligado a pagar las tarifas por horas de los diferentes clubes para entrenar y jugar, un da?o directo de no tener campo propio. ¡°Podr¨ªamos decir que un 30% del presupuesto se marcha en alquileres. Los proyectos importantes que ayudar¨¢n al club econ¨®micamente en el futuro no llegar¨¢n hasta que no tengamos Mag¨°ria¡±, argumenta el presidente. Sus ingresos provienen de las cuotas del f¨²tbol base, de las ayudas del Ayuntamiento y de alg¨²n patrocinador. Para el club, afrontar el ejercicio econ¨®mico con 35 equipos son muchos gastos, pero a¨²n as¨ª, Forcadell asegura que han conseguido sanear las cuentas: ¡°Nuestra junta ha conseguido reducir un 50% la deuda que ten¨ªamos¡±.
Forcadell ha vivido el club como padre, delegado del equipo, miembro de la junta y ahora presidente: ¡°Los clubes de barrio tienen calidez. Son la esencia del f¨²tbol¡±. Los resakas son el grupo de aficionados m¨¢s fiel al Sants, que asisten a todos los partidos, mientras que los padres y socios tambi¨¦n acostumbran a llenar las gradas, pero su presencia en los encuentros ha disminuido por la lejan¨ªa del campo. A pesar de los contratiempos, para el presidente el club ¡°va por buen camino¡±. ¡°Hemos dado un paso atr¨¢s para dar dos adelante¡±, comenta Forcadell respecto al descenso. Ahora, el primer equipo se enfrenta a la Liga Elit. El objetivo del entrenador: quedar entre los seis primeros para disputar el playoff y ¡°estar tranquilos¡±. ¡°Las quinielas nos dan favoritos, pero va a ser dif¨ªcil. Debemos ser un equipo proactivo¡±, comenta Borja. Para ¨¦l, el Sants es un club ¡°con pocos recursos, pero bien optimizados¡±. A nivel personal, supone su ¡°primera piedra en el camino¡±. ¡°Va a seguir creciendo. Se est¨¢ apostando por la juventud y hay potencial. Somos un club escaparate e hist¨®rico¡±, concluye el entrenador. Para Forcadell, mientras Mag¨°ria no sea una realidad, continuar¨¢n luchando contra los m¨¢s grandes siendo el eterno ¡°n¨®mada¡±.
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