Junts explota la inmigraci¨®n en su estrategia para neutralizar al independentismo islam¨®fobo y a ERC
La ¨²ltima encuesta del ¡®CIS catal¨¢n¡¯ mostraba al electorado de la formaci¨®n de Puigdemont como uno de los m¨¢s preocupados por la gesti¨®n de los extranjeros
El acuerdo para delegar en Catalu?a las competencias en inmigraci¨®n fue la guinda de la sorpresa servida el pasado mi¨¦rcoles en el Congreso, a cuenta de la ag¨®nica primera votaci¨®n de la legislatura. Tras d¨ªas hablando de si a base de multas volver¨ªan a Catalu?a las empresas que huyeron por el proc¨¦s, el PSOE consigui¨® que Junts no bloqueara la aprobaci¨®n de los decretos clave para el Gobierno, cediendo en un punto q...
El acuerdo para delegar en Catalu?a las competencias en inmigraci¨®n fue la guinda de la sorpresa servida el pasado mi¨¦rcoles en el Congreso, a cuenta de la ag¨®nica primera votaci¨®n de la legislatura. Tras d¨ªas hablando de si a base de multas volver¨ªan a Catalu?a las empresas que huyeron por el proc¨¦s, el PSOE consigui¨® que Junts no bloqueara la aprobaci¨®n de los decretos clave para el Gobierno, cediendo en un punto que apenas hab¨ªa asomado en el debate p¨²blico. Los neoconvergentes buscaban un golpe de efecto, pero poner el foco en la gesti¨®n de la pol¨ªtica de extranjer¨ªa tambi¨¦n es el final de un camino pensado por los de Carles Puigdemont para sacar r¨¦ditos electorales en Catalu?a, neutralizando dos frentes abiertos: la pugna con Esquerra por ver qui¨¦n es el interlocutor catal¨¢n y el temor a una fuga de votos hacia el nuevo partido independentista e islam¨®fobo Alian?a Catalana.
En las pasadas elecciones municipales, un Junts que abandonaba el monotema del proc¨¦s se lanz¨® a intentar rearmar filas en el poder local, el gran basti¨®n de la hegemon¨ªa convergente. Pese a que ideol¨®gicamente la formaci¨®n fundada por Puigdemont est¨¢ m¨¢s a la izquierda que sus antecesoras, la implantaci¨®n municipal sigue estando en manos de la vertiente m¨¢s ortodoxa del partido, con un discurso de orden. La compleja realidad de la multirreincidencia delictiva o de la okupaci¨®n que el proc¨¦s hab¨ªa casi invisibilizado fueron entonces respondidas con la propuesta de varios alcaldes de la comarca del Maresme de expulsar a los inmigrantes que estuvieran en esa lista de delincuentes. El argumento era que solo en Calella (Barcelona), su alcalde Marc Buch asegur¨® que un grupo de 11 personas suma 216 detenciones por robos. Otro alcalde de Junts, el de Premi¨¤ de Dalt, no dud¨® en contratar a Desokupa para acabar con el supuesto auge de la invasi¨®n de la propiedad privada. Cuando Josep Triad¨®, el regidor de Premi¨¤ de Dalt, anunci¨® la medida, ninguna vivienda estaba ocupada en el municipio.
Los malos resultados de Junts en las ¨²ltimas contiendas electorales demuestran que el camino para volver a ser la principal fuerza catalana no ser¨¢ f¨¢cil. De los 1,2 millones de votos de las auton¨®micas de 2010 (38% del total), en las de 2021 pas¨® a 570.500 (20%). Pero aparte de la reorganizaci¨®n ideol¨®gica y de la competencia feroz con ERC, por quien gana en el bloque independentista, el aterrizaje de Alian?a Catalana en el panorama genera inquietud. Esa formaci¨®n logr¨® arrebatarle a Junts la alcald¨ªa de Ripoll (10.700 habitantes, Girona), que perdi¨® cinco concejales. El municipio tiene un 16% de inmigraci¨®n (menos que el entorno) y un 8% de paro, pero pese a ello cal¨® el discurso de S¨ªlvia Orriols asegurando que hay un exceso de ayudas sociales a los extranjeros, que acompasa con la defensa de la independencia. Orriols ya maniobra para presentarse a las pr¨®ximas auton¨®micas.
El secretario general de Junts, Jordi Turull, neg¨® que su formaci¨®n mirara de reojo a Orriols. ¡°Yo siempre defender¨¦ lo de que Catalu?a es un solo pueblo y nosotros no alentaremos pol¨ªticas de confrontaci¨®n¡±, enfatiz¨® este jueves en una entrevista en Catalunya R¨¤dio. Pero s¨ª dej¨® caer que hay algo de t¨¢ctico en poner el foco en la inmigraci¨®n. ¡°Comenzamos [con el PSOE] una negociaci¨®n [sobre los reales decretos] y dijimos que, para compensar, nosotros necesitamos un tema de calado y disruptivo, que estuviera dentro de los reales decretos y que fue el de la inmigraci¨®n¡±, confes¨® ante preguntas. El Gobierno ced¨ªa as¨ª en parte a la reclamaci¨®n hist¨®rica del independentismo de la transferencia, pero esta vez no encabezada por el Gobierno auton¨®mico, sino por el tercer partido de la oposici¨®n, que reclam¨® la transferencia sin consultar ni al Ejecutivo. Con todo, la reivindicaci¨®n no es nueva. Ya en 1999, el entonces candidato de Esquerra a la Generalitat, Josep-Llu¨ªs Carod Rovira, pidi¨® competencias en inmigraci¨®n argumentando que se necesitaban herramientas para evitar reproducir los ¡°guetos urban¨ªsticos¡± de los a?os sesenta.
Pero pese al gran titular lanzado por Junts, y en donde en las entrevistas se juega con la ambig¨¹edad entre traspaso -implica mudar de Gobierno la titularidad de la competencia- y la delegaci¨®n -se mantiene la titularidad-, ninguna de las dos partes del pacto supo dar detalles de la letra peque?a y de sobre qu¨¦ temas espec¨ªficos se estaba hablando. Esto ha motivado el malestar del Govern y de ERC, que se supone que tendr¨¢n que gestionar esta competencia. El presidente de ERC, Oriol Junqueras, acus¨® a Junts de alinearse con la ¡°extrema derecha¡±.
Nogueras ya puso el asunto en el debate al pedir la delegaci¨®n de las pol¨ªticas de inmigraci¨®n durante el debate de investidura de Pedro S¨¢nchez. Un mes despu¨¦s, la tambi¨¦n diputada Anna Madrenas insisti¨® en la idea a ra¨ªz de la pol¨¦mica por el reparto de los inmigrantes llegados a Canarias. ¡°?Con qu¨¦ criterios el Gobierno decide la distribuci¨®n territorial de las personas migrantes? La opacidad del Estado espa?ol es may¨²scula. Su reparto no tiene ninguna l¨®gica, ni por poblaci¨®n, ni por producto interior bruto, ni capacidad de acogida¡±, le dijo la exalcaldesa de Girona al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y aprovech¨® para insistir en el traspaso.
Tras a?os en que la inmigraci¨®n est¨¢ lejos de las primeras posiciones en la preocupaci¨®n de los catalanes, el af¨¢n de Junts por coger esta bandera tiene varias ra¨ªces. Hasta demosc¨®picas. El ¨²ltimo bar¨®metro sobre Opini¨®n Pol¨ªtica del Centre d¡¯Estudis d¡¯Opini¨® (CEO) de la Generalitat, revel¨® en noviembre dos cifras que podr¨ªan parecer contrapuestas. El 60% de los encuestados cree que hay demasiada poblaci¨®n inmigrante en Catalu?a (es el 16% del total, tres puntos por encima de la media estatal), pero el 70% est¨¢ de acuerdo o muy de acuerdo con que esta poblaci¨®n no es fundamentalmente diferente a la aut¨®ctona.
Tras los de Vox, PP y Cs, el votante de Junts es el que manifiesta posiciones m¨¢s contrarias a la inmigraci¨®n. Un 66% considera que el Govern ¡°ha perdido el control de qui¨¦n entra en el pa¨ªs¡±, tres puntos porcentuales por encima de la media. Y, empatado con el PSC con un 60%, su electorado tambi¨¦n cree que hay demasiada poblaci¨®n extranjera.
La sinton¨ªa del espacio que ahora ocupa Junts y que antes colm¨® la extinta Converg¨¨ncia Democr¨¢tica con tesis duras con la inmigraci¨®n, aunque sin llegar a los extremos que hoy muestra Vox o la propia Alian?a Catalana, no es novedosa. En el verano de 2010, por ejemplo, la entonces federaci¨®n de CiU se acerc¨® al PP en la cruzada antiburka en el espacio p¨²blico en varias localidades de Tarragona. El PSC y ERC tambi¨¦n llegaron a reclamar restricciones sobre esta prenda, aunque limit¨¢ndolo a los edificios p¨²blicos.
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