?De qu¨¦ me est¨¢is hablando, candidatos?
Se intuyen en Catalu?a ganas de pasar p¨¢gina a la polarizaci¨®n identitaria que supuso la v¨ªa unilateral a la independencia de 2017
Dentro de poco, las farolas y los buzones de este pa¨ªs se llenar¨¢n de propaganda electoral. Terminada la campa?a vasca, empieza la catalana y luego vendr¨¢ la europea, que tendr¨¢ mucho de existencial. Corremos el riesgo de que los debates identitarios llenen artificiosamente, aqu¨ª y en Europa, el vac¨ªo discursivo que hay en torno a los asuntos que en realidad marcaran la vida de la mayor¨ªa de los ciudadanos: el declive industrial, la quiebra del campo, la dependencia energ¨¦tica, los desastres clim¨¢ticos y, sobre todo, la creciente polarizaci¨®n social por el aumento imparable y sostenido de la d...
Dentro de poco, las farolas y los buzones de este pa¨ªs se llenar¨¢n de propaganda electoral. Terminada la campa?a vasca, empieza la catalana y luego vendr¨¢ la europea, que tendr¨¢ mucho de existencial. Corremos el riesgo de que los debates identitarios llenen artificiosamente, aqu¨ª y en Europa, el vac¨ªo discursivo que hay en torno a los asuntos que en realidad marcaran la vida de la mayor¨ªa de los ciudadanos: el declive industrial, la quiebra del campo, la dependencia energ¨¦tica, los desastres clim¨¢ticos y, sobre todo, la creciente polarizaci¨®n social por el aumento imparable y sostenido de la desigualdad. En el Pa¨ªs Vasco, para sorpresa de muchos, los debates electorales se hab¨ªan centrado en los asuntos sociales y econ¨®micos, hasta que el frame de la derecha logr¨® colarse en la ¨²ltima semana para poner el fantasma de ETA en primer plano. Veremos esta noche si el artificio ha hecho mella en la din¨¢mica electoral que dibujaban las encuestas, que apuntaban a un sorpasso de EH Bildu al PNV.
De la misma manera que la sociedad vasca ten¨ªa ganas de dejar atr¨¢s la polarizaci¨®n extrema que vivi¨® a causa de ETA, se intuyen en Catalu?a ganas de pasar p¨¢gina a la polarizaci¨®n identitaria que supuso la v¨ªa unilateral a la independencia de 2017 y volver a lo que el candidato del PNV denomina ¡°las cosas del comer y el vivir¡±. Estas son las que m¨¢s importan a la mayor parte de la gente y, muy especialmente a esos que, incluso teniendo trabajo, son pobres y no llegan a final de mes, incluidos cientos de miles de j¨®venes que trabajan por debajo de su cualificaci¨®n y no les da para para tener su propia vivienda. Har¨ªan bien los candidatos en echar una mirada al informe que acaba de publicar el Institut Metr¨°polis encargado por el ?rea Metropolitana de Barcelona seg¨²n el cual, el salario m¨ªnimo necesario para que una persona que trabaja y su familia puedan vivir dignamente es de 1.516,73 euros por persona.
El desbocado precio de la vivienda y el aumento del coste de los alimentos castigan con mayor severidad a las rentas m¨¢s bajas, de manera que ahora, tener trabajo ya no es garant¨ªa de salir de la pobreza. S¨®lo los gastos de la vivienda (alquiler o hipoteca m¨¢s servicios b¨¢sicos) ya se lleva el 45% de los ingresos. Y estamos hablando de medias. Porque solo hay que comparar dos o tres cifras para darnos cuenta de la magnitud del problema. En Barcelona el salario m¨ªnimo para vivir dignamente es de 1.638 euros, pero el alquiler medio en 2023 era de 1.136 euros.
Veremos en qu¨¦ centra su atenci¨®n la campa?a catalana. Carles Puigdemont vuelve dispuesto a que bascule en torno a las cuestiones indentitarias. Al plantear su candidatura como un plebiscito para la restituci¨®n de la presidencia que, seg¨²n ¨¦l, le fue arrebatada, pretende arrastrar a ERC al campo en el que le puede arrebatar votos, como si el proc¨¦s siguiera vivo, cuando los dos est¨¢n ya en la misma tesitura de aceptar la derrota, solo que los republicanos lo reconocen y los de Junts mantienen la falacia de que a¨²n est¨¢n en condiciones de dar la batalla. Pero cuando pidan el voto para la independencia o para un refer¨¦ndum, no deber¨ªan extra?arse de que los votantes que han de elegir entre calentarse o comer, entre reparar la lavadora o quitar al ni?o de una actividad extraescolar, en el improbable caso de que les escuchen, piensen: ?de qu¨¦ me est¨¢is hablando, candidatos?
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