Sin techo y con F¨®rmula 1
Ning¨²n ayuntamiento deber¨ªa eludir sus responsabilidades, aunque sea mejor presentar una ciudad con el ¨¢rbol de Navidad m¨¢s alto de Catalu?a o dejar que los monoplazas recorran el Passeig de Gr¨¤cia
El 17 de junio de 1992 abri¨® sus puertas el centro Abraham, pensado para que cristianos, jud¨ªos y musulmanes ¨Cy tambi¨¦n los budistas, aunque el profeta les pillase un poco lejos poco¨C compartieran un lugar de oraci¨®n. El ecumenismo cobraba fuerza con los Juegos Ol¨ªmpicos y con Pasqual Maragall, que cre¨ªa m¨¢s que Juan Pablo II en el di¨¢logo interreligioso. La ilusi¨®n dur¨® poco. Con los a?os ocurri¨® lo propio en este pa¨ªs: el centro en cuesti¨®n pas¨® a ser la parroquia Abraham, dependiente del arzobispado de Barcelona.
Poco a poco, desde hace unos cinco a?os, los soportales del templo ya c...
El 17 de junio de 1992 abri¨® sus puertas el centro Abraham, pensado para que cristianos, jud¨ªos y musulmanes ¨Cy tambi¨¦n los budistas, aunque el profeta les pillase un poco lejos poco¨C compartieran un lugar de oraci¨®n. El ecumenismo cobraba fuerza con los Juegos Ol¨ªmpicos y con Pasqual Maragall, que cre¨ªa m¨¢s que Juan Pablo II en el di¨¢logo interreligioso. La ilusi¨®n dur¨® poco. Con los a?os ocurri¨® lo propio en este pa¨ªs: el centro en cuesti¨®n pas¨® a ser la parroquia Abraham, dependiente del arzobispado de Barcelona.
Poco a poco, desde hace unos cinco a?os, los soportales del templo ya cat¨®lico se llenaron de sintecho. Hasta que, el pasado 31 de mayo, los 11 ocupantes de los porches fueron desalojados pac¨ªficamente por los Mossos d¡¯Esquadra. Otros templos, como la parroquia de Santa Anna de Barcelona, prefieren acoger a los sintecho. Pero en la casa de Abraham de la Vila Ol¨ªmpica no cab¨ªa todo el mundo. Inmediatamente despu¨¦s del desalojo de los soportales, se instalaron verjas a medida para evitar que volvieran a poblarse. Aunque cada vez queden menos ovejas en el redil, hay que mantener muros para preservar al reba?o selecto.
Este fue el Pla Endre?a del arzobispado, en paralelo al que desarrolla el Ayuntamiento de Barcelona desde mayo del a?o pasado. Seg¨²n la Fundaci¨® Arrels, esa actuaci¨®n municipal se ha traducido en que ¡°echan a las personas que viven en la calle de donde pernoctan o est¨¢n normalmente¡±. En 2023, hab¨ªa en la capital catalana 1.384 sintecho: desde j¨®venes hasta personas con problemas de salud mental u org¨¢nica. Arrels censura que ¡°amenazar con tirarles pertenencias o echarlos sin previo aviso, mojar a los que est¨¢n descansando en la calle, tirar a la basura sus mantas cartones, documentaci¨®n o el m¨®vil son algunas de las actuaciones policiales y de los servicios de limpieza¡±.
El tiempo ha hecho coincidir esas denuncias con el cierre del centro Can Bof¨ª Vell, de Badalona, que albergaba hasta a 45 personas y ten¨ªa un comedor para medio centenar. El Ayuntamiento la localidad vecina a Barcelona dej¨® de pagar las facturas y, desde 2021, la cooperativa gestora hab¨ªa acumulado una deuda de 1,7 millones de euros. La S¨ªndica de Greuges, Esther Gim¨¦nez-Salinas, y el alcalde Xavier Garc¨ªa Albiol ten¨ªan previsto reunirse a finales del mes pasado, pero el edil suspendi¨® el engorroso encuentro unas horas antes.
Dejar en manos de las corporaciones locales el dar alojamiento a los sintecho quiz¨¢s sea excesivo. Pero la ley as¨ª lo marca, a la espera de que la racionalidad permita establecer pol¨ªticas supramunicipales. Mientras, ning¨²n ayuntamiento deber¨ªa eludir sus responsabilidades, aunque sea mejor presentar una ciudad con el ¨¢rbol de Navidad m¨¢s alto de Catalu?a o con una concejal¨ªa anti ocupaciones de vivienda con fines propagand¨ªsticos, como sucede en Badalona. O en Barcelona, dejar que los coches de Formula 1 recorran el Passeig de Gr¨¤cia. Al fin y al cabo, la ciudadan¨ªa agradece el glamur y el olor a goma quemada. Hay que acercar los grandes monoplazas al pueblo llano, el que ¨Caseguran¨C no puede ir al Circuito de Catalunya, donde las entradas m¨¢s baratas vienen a costar lo mismo que para un cl¨¢sico Bar?a-Real Madrid. Mientras, mejor ahuyentar a los sintecho e incluso negarles el empadronamiento colectivo sin pernocta en ONGs a quienes carecen de domicilio, como pretende el Gobierno municipal de Barcelona.
En Catalu?a, donde 700.000 personas est¨¢n en situaci¨®n de pobreza material y social severa, hablar de los sintecho no es cool. Mejor invisibilizarlo y aplaudir que las autoridades nos gu¨ªen hacia el estado de felicidad permanente.
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