?Hay una memoria democr¨¢tica de la Guardia Civil?
No sabemos el total de muertes que se produjeron, pero conocemos lo suficiente para valorar como muy intensa la represi¨®n que los rebeldes desencadenaron sobre el Instituto Armado
El pasado 2 de octubre tuve la oportunidad de desarrollar esta problem¨¢tica en una conferencia en el acuartelamiento del Cuerpo en Barcelona, abierta al p¨²blico, hablada en catal¨¢n, y presidida por el general Jefe de la Guardia Civil de Catalu?a Pedro Antonio Pizarro. Se trataba de rescatar la historia de unos hombres que pagaron con su vida o con muchos a?os de c¨¢rcel su fidelidad a la Rep¨²blica frente a los militares facciosos del 18 de julio de 1936. Adem¨¢s, durante el franquismo su memoria fue ocultada y su personalidad denostada e injuriada, una estigmatizaci¨®n que se extendi¨® a sus famil...
El pasado 2 de octubre tuve la oportunidad de desarrollar esta problem¨¢tica en una conferencia en el acuartelamiento del Cuerpo en Barcelona, abierta al p¨²blico, hablada en catal¨¢n, y presidida por el general Jefe de la Guardia Civil de Catalu?a Pedro Antonio Pizarro. Se trataba de rescatar la historia de unos hombres que pagaron con su vida o con muchos a?os de c¨¢rcel su fidelidad a la Rep¨²blica frente a los militares facciosos del 18 de julio de 1936. Adem¨¢s, durante el franquismo su memoria fue ocultada y su personalidad denostada e injuriada, una estigmatizaci¨®n que se extendi¨® a sus familias.
No sabemos el total de muertes que se produjeron, pero conocemos lo suficiente para valorar como muy intensa la represi¨®n que los rebeldes desencadenaron sobre el Instituto Armado. Desde el primer asesinado (18.8.36) en Pamplona, el comandante Rodr¨ªguez Medel o los 73 fusilados sin juicio en el cementerio de San Rafael de M¨¢laga (1937), a los ejecutados por sentencia de consejo de guerra desde 1939 y hasta 1943: 42 en Catalu?a, 36 en Madrid o 6 en Valencia. Sin obviar a los condenados por su oposici¨®n al franquismo (como los guardias civiles afiliados a la clandestina Agrupaci¨®n de Fuerzas Armadas de la Rep¨²blica Espa?ola, y condenados en 1948) o que se incorporaron al maquis.
Qu¨¦ pensaban o cu¨¢les eran sus afinidades o diferencias ideol¨®gicas con el gobierno del Frente Popular no era relevante: su opci¨®n fue la defensa de un r¨¦gimen legal que reposaba en la soberan¨ªa popular. Y esto les diferenci¨® de qui¨¦nes hicieron de su opci¨®n ideol¨®gica coartada y norma de conducta para transgredir el Reglamento del Cuerpo al unirse a los rebeldes.
El que fuera Jefe de la Guardia Civil de Catalu?a dio un ejemplo de lealtad corporativa y dignidad individual cuando la tarde del 19 de julio de 1936 fue interpelado por el golpista General Goded para que se uniese al Movimiento: de lo contrario ser¨ªa un ¡°traidor¡± y las consecuencias de su ¡°insubordinaci¨®n¡± ser¨ªan mortales. Aranguren se neg¨® y respondi¨®: ...Si ma?ana me fusilan, fusilar¨¢n a un general que ha hecho honor a su palabra y a sus juramentos militares. Pero si ma?ana le fusilan a usted, fusilar¨¢n a un general que ha faltado a su palabra y a su honor¡ Aranguren fue detenido en Valencia, en el consulado de Panam¨¢ a principios de abril. Trasladado a Barcelona, sometido a consejo de guerra, fue ejecutado el 21 de abril de 1939.
El nombre de Aranguren est¨¢ esculpido, entre el de m¨¢s de 1.700 ejecutados en Barcelona y enterrados en el Fossar de la Pedrera (1939-1952), en las columnas que presiden la entrada en este espacio memorial, de duelo, en el cementerio de Montju?c. Es el ¨²nico recuerdo que existe de un profesional que, como otros, ha de ser referente democr¨¢tico del Cuerpo. De una Guardia Civil a la que Franco no s¨®lo persigui¨®, sino que pretendi¨® disolver al considerarla factor decisivo de la derrota del ¡°Movimiento¡± en 1936 y de la guerra civil. Finalmente, asesorado por altos cargos militares de su confianza, no lo hizo. Pero s¨ª que cre¨® una ¡°nueva¡± Guardia Civil desde 1940 que incorpor¨® a los carabineros, que fue sometida a depuraci¨®n y a un estricto control ideol¨®gico, y que fue militarizada hasta del punto de quedar ¡bajo la jurisdicci¨®n de los generales de las regiones militares...
Manel Risques Corbella. Profesor em¨¦rito de Historia Contempor¨¢nea de la Universidad de Barcelona